Tras cumplir 101 años de vida, alegría y evangelización, el padre Antonio Rojas falleció el pasado jueves 29 de agosto. Sus restos mortales descansan en el cementerio Santos Mártires de Limpio desde ayer, tras realizarse la misa de cuerpo presente en la capilla Santos Mártires de Cristo Rey.

Pa’i Rojas, como es conocido por la congregación de la Compañía de Jesús y por sus allegados, fue testigo ocular del retorno de los Jesuitas al Paraguay en 1927. A los 7 años celebró la llegada de los religiosos con banderita en mano. Más tarde, apenas a los 16 años decidió ingresar a la Compañía de Jesús, un 24 de enero de 1935. Fue ordenado sacerdote en San Miguel, Argentina, un 18 de diciembre de 1948 y un día después celebró su primera misa con la presencia de la reliquia de San Roque. Volvió al país en 1952, fue director del colegio Cristo Rey de Asunción, donde sólo se impartía la primaria, un año después fue el fundador de la secundaria. Era conocido por sus alumnos como “Pa’i 90” por la rapidez con la que desarrollaba sus lecciones.

Estrechó la mano a San Juan XXIII, San Juan Pablo II, San Alberto Hurtado y el papa Francisco. También le dio la unción de los enfermos a la promovida beata Chiquitunga.

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