Aproximadamente 60 jóvenes recluidos en el Centro Educativo de Itauguá (CEI) se amotinaron ayer bien temprano en protesta por los controles que iniciaron las autoridades durante el fin de semana a fin de evitar el ingreso de estupefacientes, según comentó la viceministra de Política Criminal, Alejandra Peralta.
Molestos porque no tenían sus respectivas dosis, la rebelión se inició en el momento de las tareas diarias y dejó como saldo ocho heridos, cinco de ellos derivados al hospital nacional debido a las lesiones de consideración. Los otros tres fueron atendidos por médicos en el mismo predio del penal, según comentó el comisario Emilio Alfonzo, de la Comisaría 6ª del área central.
Las lesiones fueron producidas por cortes de arma blanca como machetes, machetillos y otros elementos que son los usados habitualmente en las tareas de la huerta. El amotinamiento comenzó en este sector cuando los jóvenes agarraron las herramientas para el trabajo, tomaron de rehén a dos guardiacárceles y a uno de ellos le sacaron la escopeta reglamentaria.
Al ver el motín, otros jóvenes se sumaron a la revuelta quemando colchones, pupitres y otros muebles en otros pabellones. Solo uno de los bloques no fue afectado por el motín, que fue controlado por efectivos antimotines luego de dos horas de haberse iniciado la protesta. Los uniformados llegaron para reforzar a oficiales de la comisaría de la zona y a los guardiacárceles, que en ese momento se vieron sobrepasados.
El CEI tiene 120 jóvenes y adolescentes infractores, quienes guardan reclusión en el lugar por delitos de diversas consideraciones. La viceministra Peralta indicó que el CEI comenzó una política de control para evitar el ingreso de droga, lo que generalmente se mete los fines de semana, y que el 90% de los jóvenes es adicto.
Tras darse a conocer la rebelión, numerosos familiares de los internos llegaron hasta el lugar para saber con más precisión la situación generada y si sus seres queridos estaban bien.