Ayer de mañana se realizó la tradicional celebración en honor de la Virgen Nuestra Señora de la Asunción, patrona del Paraguay y mariscala del Ejército Paraguayo. Como todos los años, la advocación congregó a muchos fieles, en especial los capitalinos que celebran su fiesta patronal. Para honrar a la Santa se realizaron numerosas actividades, tanto religiosas como populares. Desde el seno de la Iglesia, la celebración incluyó dos procesiones: por agua, navegando por el río Paraguay, y por tierra, desde el Puerto hasta la Catedral.
La peregrinación náutica se inició en el Club Puerto Sajonia y desembarcó en el Puerto de Asunción. Mucha gente acompañó la navegación que duró aproximadamente 30 minutos y se hizo con un navío de la Armada Paraguaya. Varias embarcaciones pequeñas acompañaron yendo detrás del buque. Durante su paso por el río, la gente fue saludando desde la costa con pañuelos blancos.
Al llegar al Puerto de Asunción, la imagen fue recibida por otro grupo de fieles que se sumaron a la caravana, que en todo momento estuvo encabezada por el arzobispo metropolitano, monseñor Edmundo Valenzuela. La figura de la Santa, ataviada con arreglos florales, fue llevada en andas hasta la Catedral Metropolitana, donde más personas se sumaron a la tradicional celebración religiosa y popular.
En la explanada del templo se ofició la multitudinaria misa, de la que también participaron autoridades locales. El arzobispo metropolitano aprovechó la homilía para pedir que a pesar de la crisis política que atraviesa actualmente el país, la gente pueda volver a recuperar la credibilidad y sobre todo la confianza.
JINETES
Tras concluir la tradicional celebración religiosa, la imagen de la Virgen fue llevada por un grupo de jinetes en un peregrinaje que llegó hasta el ex Seminario Metropolitano. Allí, hombres y mujeres que cabalgan mostraron su destreza sobre el caballo, lo que fue muy aplaudido por la gente que asistió a esta actividad que en los últimos años se va volviendo tradicional.