Las más de 18 horas de trayecto para llegar hasta la Virgen en la localidad argentina de Salta fue aprovechada por los peregrinos para rezar y contar sus experiencias, en las que se nota la intercesión de la Beata María Felicia y la Virgen en los momentos más difíciles.
“Tenía cáncer. Ya no disponía de dinero para hacerme la radioterapia y días antes de la beatificación, me regalan las 33 sesiones que necesitaba. Sin saber que yo era devota, el doctor Guggiari –sobrino de Chiquitunga– me regala una estampa de ella”, comentó entre lágrimas Elsi Vera, una sobreviviente del cáncer de mamas, quien viaja con otros devotos a Salta, para agradecer por su sanación y por esta nueva oportunidad que le da la vida.
Hace un año la emoción embriagaba a los “chiquitungueros” porque estaban a tan solo 24 horas del gran día en que María Felicia de Jesús Sacramentado se situaría en los altares de la Iglesia Católica y podía ser invocada y venerada oficialmente. Los preparativos en ese entonces eran tales, que el rostro de la ahora beata estaba fuertemente guardado bajo un velo, que fue descubierto en la multitudinaria misa celebrada en el estadio Pablo Rojas.
“El día antes me hice la quimioterapia y el doctor me dijo que no iba poder ir a la ceremonia de beatificación porque estaba débil. Pero estuve allí, tres horas en la fila y bajo el sol, porque tenía que darle gracias a Chiquitunga el milagro de conseguir la terapia”, comentó.
Hoy, un año después de ese memorable momento, los devotos de la beata siguen incansables en su fe y llegaron hasta Salta, Argentina, para pedir a la Virgen Nuestra Señora Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús la pronta canonización de esta mujer, oriunda de Villarrica, quien vivió santamente en suelo paraguayo entre los años 1925 y 1959.
“‘Chiquitunga’ era como nosotros, vivió hace poco tiempo y sintió lo mismo que nosotros: sufrió por los problemas familiares, el exilio político, se enamoró, pero siempre quiso hacer cosas que agraden a los ojos de Dios, por eso siguió las bienaventuranzas”, dijo Nancy Melgarejo, una de las pioneras en expandir la devoción hacia la beata.
Mientras para hoy se prepara la peregrinación al Cerro de las Apariciones, los devotos contaron su experiencia de fe.
LOS 7 COLORES
La belleza natural que rodea el camino cercano a la localidad de Salta cautivó a los peregrinos. La parada en la Purmamarca, Jujuy, una antigua localidad declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, no solo sirvió para apreciar de cerca el cerro de los 7 colores, sino además para conocer más de la artesanía, la cultura y la gastronomía de esa zona del nordeste argentino.