Para la Policía Nacional, el caso del intento de asesinato de la embarazada Wilma Castillo quedó cerrado, tras la detención de la autora moral del crimen, Bernardina Duré Aquino y del cómplice Martín Antonio Vera (40), quien es el padre de los dos bebés que espera la mujer que recibió tres balazos y se salvó de milagro.
Duré Aquino estaba escondida en la casa de su hermana en Capiatá, y la Policía tenía planteado allanar la vivienda. Sin embargo, el procedimiento no fue necesario, debido a que en la noche del miércoles la mujer se entregó, tras hallarse acorralada. Por su parte, Vera estaba en la casa de un amigo, cuya vivienda también fue vigilada, por lo que ayer, a primeras horas del día, se entregó y fue puesto a disposición de la Justicia.
Para la Policía, desde un principio el caso fue un intento de homicidio y no un asalto, en vista que la mujer atacada entregó todas sus pertenencias y aún así fue baleada. De milagro pudo salvar su vida y la de los gemelos en gestación.
De acuerdo a las investigaciones, Duré Aquino vivía en España y llegó al país en abril, tras conocer que su pareja tenía una relación sentimental con Castillo. Con el objetivo de acabar con la vida de la mujer y también de los bebés en gestación, planeó el atentado, simulando un asalto. Para esto, contó con el apoyo de su marido, Martín Vera, quien en todo momento estaba en contacto con Castillo y quien citó a la joven para que fuera a un punto, donde finalmente le esperaban los sicarios.
En un audio que se difundió por WhatsApp, se escuchó a Duré Aquino dando instrucciones a su cuñado, Roque Javier Vera, quien junto a Marcos Brítez Armoa ejecutaron el plan a cambio de una importante suma de dinero. Le sugería en guaraní, que si había cámaras en las cercanías se hagan de los desentendidos, a fin de no llamar la atención y poder perpetrar el crimen, simulando un asalto.
La pareja ya fue imputada por la fiscala Ana Girala al igual que los otros detenidos en esta causa, quienes son Roque Vera y Brítez Armoa.