San Pedro. Lorenzo Agüero, corresponsal.

Con 40 años de docen­cia, el profesor Tomás Libardi es uno de los docentes pione­ros de San Pedro del Ycua­mandyyú, distrito del depar­tamento de San Pedro. Hoy, con 80 años, asegura que el rol del docente es el más sacrificado de todos y el menos reconocido. El profe­sor Tomás dedicó la mayor parte de su vida a la docen­cia y formó a miles de ciuda­danos de San Pedro. Enseñó, en su momento, en los dos colegios de la capital depar­tamental, Colegio Nacio­nal de San Pedro y Colegio Parroquial. Incluso, es uno de los fundadores del Cole­gio Nacional General Mar­cial Samaniego, del distrito de Antequera, donde también ejerció la docencia.

“Enseñaba horas cátedras durante 40 años. Cuando me inicié tenía una bicicleta, terminada mi clase en uno de los colegios, tenía que despla­zarme en mi bici hasta el otro. Esa era mi rutina de todos los días, iba y venía en ambos cole­gios. Luego empecé a enseñar en el Colegio General Marcial Samaniego, que se encuentra a 13 km, entonces, tuve que comprar una motocicleta para llegar”, recordó Tomás.

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Para él, lastimosamente, ser maestro en nuestro país es el peor oficio, ya que es el más sacrificado y el menos reconocido. “La vida de un docente es muy sacrificada, uno tiene que deambular de aquí para allá. En Paraguay, lastimosamente, el peor ofi­cio es ser maestro, uno va a enseñar y regresa cansado a su casa, pero no hay tiempo para descansar, uno tiene que empezar a preparar nueva­mente su planeamiento para el siguiente día, por eso digo que no hay otro oficio más sacrificado que el de un pro­fesor y el menos reconocido”, reiteró y agregó que antes, en época de la dictadura, no se tenía la jubilación automática, por lo que uno enseñaba años sin poder jubilarse.

Actualmente, ya alejado de las aulas, el profesor se dedica a la investigación, incluso ya lanzó dos libros producto del trabajo que viene realizando y reveló que próximamente se realizará el lanzamiento de su tercer libro.

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