Son 19 las muertes por feminicidio en lo que va del año. Desde el Consultorio Jurídico Feminista revelaron que reciben una llamada al día de mujeres que fueron violentadas y que podrían ser víctimas de feminicidio.
“Cuando se hace conocida alguna historia similar a las que ellas cuentan, o se da un feminicidio, las llamadas aumentan”, señaló la abogada y asesora jurídica de la organización, Mirta Moragas.
Ante la cantidad de casos que se dan a conocer, David Samaniego, psicólogo clínico, señaló que si se detecta a una mujer en un ciclo de violencia, se podría prever un posible feminicidio, aunque explicó que no quiere decir que todas las mujeres que sufran esto vayan a ser asesinadas. “Está comprobado que las víctimas de feminicidio pasaron por un ciclo de violencia”, precisó.
El círculo de la violencia puede empezar con burlas sobre opiniones o actividades que realice la mujer, a este momento se lo llama “acumulación de tensión”; la etapa dos consiste en la “explosión de violencia”, donde sin importar si la mujer trató de evitar el enojo del hombre este llega a la agresión; la última etapa se llama “luna de miel”, en esta, luego de los actos de violencia, el agresor pide perdón, incluso promete no volver a actuar de esa forma, haciéndole confiar a la víctima y creer que la relación cambió. Luego de las tres etapas, el ciclo vuelve a empezar, explicó Samaniego.
“Generalmente, los motivos para violentar o asesinar a una mujer son celos, desconfianza, posibles infidelidades, desobediencia, que viene de un pensamiento donde ellos como hombres son dueños de ellas y por lo tanto deben hacer todo lo que mandan, el típico pensamiento machista”, indicó.
Agregó que el feminicidio en Paraguay tiene mucho que ver con la cultura machista, de que el hombre cree que es dueño de la mujer y esta al no obedecer desencadena la violencia, que podría terminar en un feminicidio.
RASGOS DE POSIBLE FEMINICIDA
Manuela Bogarín, psicóloga clínica, jurídica y forense, explicó que los rasgos de un feminicida se dividen en dos variables, cognitivas y conductuales. “El indicador predominante de los actos de feminicidio son las creencias distorsionadas sobre el género femenino, una ideología machista, dependencia de la mujer del hombre, tareas que debe realizar una mujer, prohibición para salir y sobre todo celos de por medio, estas son las variables cognitivas, de lo que piensa el hombre”, afirmó Bogarín.
Luego están las variables conductuales, que tienen que ver con rasgos de impulsividad porque muchos hombres pueden tener pensamientos distorsionados de la mujer o de que esta le pertenece, pero no arremeten contra la misma. Manifestó que existen muchos tipos de violencia, como psicológica, económica, física y emocional, pero el que tiene un pensamiento distorsionado de la mujer (variable cognitiva) más impulsividad, agresividad y hostilidad (variable conductual) es el que probablemente llegue a cometer un feminicidio.
“El comportamiento humano es un proceso en cadena, de menor a mayor intensidad. Cualquier mujer puede ser víctima de feminicidio”, afirmó.
MÁS EXPUESTAS
Bogarín aseguró que hay mujeres que están más expuestas que otras porque algunas tienen un comportamiento de respuesta más agresiva con la pareja o incluso una relación de competencia con el hombre. Estas por resistirse a la dominación del hombre se arriesgan o se exponen más a ser víctimas de feminicidio. No obstante, si bien hay mujeres que no se exponen a demasiados riesgos, que son sumamente sumisas, virtuosas, también pueden ser víctimas de feminicidio.
PERFIL DE VÍCTIMA Y VICTIMARIO
La especialista dejó claro que no existe perfil de una mujer que pueda ser víctima de feminicidio, ya que todas están en riesgo de sufrir algún tipo de violencia o violencia extrema.
“En cambio, el hombre sí posee un perfil, por la combinación de la variable cognitiva (pensamiento distorsionado) y la conductual (impulsividad y agresividad). Esta segunda posee dos componentes, psicológicos (falta de autocontrol) y fisiológico (algunos hombres poseen un daño físico cerebral que lo pone violento)”, explicó.
A continuación, citó las personalidades que presentan más predisposición a cometer feminicidios: narcisista, trastorno mental en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás; antisocial, las personas que la padecen no pueden adaptarse a las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales; histriónico, patrón general de excesiva e inestable emotividad.
Necesidad de ser el centro de la atención. Incomodidad en las situaciones en las que no es el centro de la atención; borderline, enfermedad caracterizada por la dificultad en la regulación de las emociones. Esta dificultad provoca cambios acusados en el estado de ánimo, impulsividad e inestabilidad, problemas de autoimagen y relaciones interpersonales inestables.
CONSEJO PARA VÍCTIMAS
Moragas aconseja a las mujeres que están pasando por algún tipo de acoso o maltrato que pidan ayuda porque muchas veces salir de una situación de violencia no es posible sin apoyo, se necesita ayuda tanto de la familia y sobre todo profesional.
“Las mujeres que salen de situaciones difíciles son las que tienen un poquito más de empoderamiento para tomar decisiones, para llegar a esto se requiere de un proceso de trabajo con una misma”, manifestó e instó a que “busquen apoyo, ayuda psicológicayemocional, obtenganinformación”.
“NO ES DELITO DE MODA”
La ministra de la Mujer, Nilda Romero, emitió un comunicado en el que rechaza las expresiones del abogado Federico Campos López Moreira, representante de Gerardo Stadecker, imputado por el feminicidio de Sabryna Breuer. López Moreira, quien refirió que la muerte de Breuer fue a causa de una sobredosis y no de un “delito de moda”, en alusión al feminicidio. Romero aclara que el feminicidio no es una moda, sino más bien una realidad que afecta a toda la sociedad y que se encuentra tipificada en el Art. 50 de la Ley 5777/2016, que castiga el hecho con una pena privativa de libertad de 10 a 30 años.
“Esta problemática debe ser abordada con seriedad y su erradicación debe resultar del esfuerzo conjunto y colaboración entre el Estado y la sociedad, que llevará a la construcción de un Paraguay libre de violencia. Un país donde esta no sea justificada, promovida, tolerada y perpetrada en ninguna de sus formas”, puntualiza.