Católicos de todo el mundo celebraron ayer el final de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos, que significa la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén sobre un burro en señal de humildad y mansedumbre, según el calendario religioso. La feligresía paraguaya, como es tradicional, con el “pindo” o palmas en mano se convocó en las catedrales, templos, capillas, así como en algunos lugares como el Cerro Ñemby, donde se realizó por primera vez la celebración eucarística y la escenificación de la entrada del Rey de Reyes.
Pese a la calurosa mañana, multitudinaria fue la participación de la comunidad ñembyense y de personas de otros puntos del país que llegaron para lo que fue la Misa Campal del Domingo de Ramos, celebrada en el cerro de la ciudad que se caracteriza por su religiosidad cultural. Allí, como hace más de 2000 años atrás, un elenco de actores de la comunidad de la Iglesia San Lorenzo, encabezado por Martín Villanueva, revivió la entrada triunfante de Jesús de Nazaret a Jerusalén y el público participó de esta escenificación como el pueblo de Jerusalén. Con sus palmas en manos dieron paso a Villanueva, quien representaba a Jesús.
La representación fue acompañada por jinetes de la Asociación de Jinetes del Paraguay, la Orquesta de Cámara, integrantes de Sonidos de mi Tierra y varios grupos de estacioneros como el de la Capilla San Juan Bautista de Cañadita. También se contó con un despliegue de seguridad alrededor del lago, también con la presencia de bomberos voluntarios, la Policía Nacional, la Cruz Roja Paraguaya y la Patrulla Caminera.
La agenda turística religiosa de Ñemby continúa el jueves y el viernes Santo con la escenificación de la captura de Jesús y el vía crucis.
EN FERNANDO
La parroquia Medalla Milagrosa de Fernando de la Mora también congregó a una importante cantidad de fieles, pero la bendición de las palmas la hicieron en la zona del metrobús, “que representa el sufrimiento y corrupción de muchos”, según indicó el padre Lucio Arana.