Mientras el recién nacido del Hospital Materno Infantil de Loma Pytã consiguió el lugar que necesitaba en terapia intensiva neonatal, otro recién nacido de apenas tres días falleció en el centro asistencial de Villa Hayes, esperando también ser derivado a alguna UTI disponible, ya sea en el sistema de salud público o privado.
El bebé de 7 meses de gestación y 1,600 kilogramos nació el jueves, y presentó complicaciones respiratorias, por lo que requería de una terapia. Tanto los padres como los médicos comenzaron a buscar lugar para trasladar al pequeño, logrando que sea derivado al Hospital Pediátrico Acosta Ñu en la mañana de ayer. Allí permanece en la unidad de cuidados intensivos.
Por otro lado, otro pequeño que también requería de terapia falleció ayer en el Hospital Distrital de Villa Hayes, tras tres días de espera. Se trata de un chico con 30 semanas de gestación y 700 gramos, cuya madre era hipertensa, informaron desde la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Salud Pública.
En ambos casos, desde Salud adujeron que las embarazadas no tenían un control prenatal adecuado, por lo que no se podían prever los riesgos.
FALTA DE TERAPIA
La falta de terapia intensiva neonatal en el país es un problema grave que al Ministerio de Salud le cuesta resolver. Además de la escasez de equipos, el problema se agudiza con la falta de profesionales que puedan atender estas camas, había dicho a La Nación el doctor Juan Carlos Portillo, director de Servicios de Salud del Ministerio de Salud Pública.
Algunos padres consiguen salvar la vida de sus pequeños acudiendo a la prensa, haciendo un llamado desesperado para conseguir la camita en cuidados intensivos, que le permita estar en constante monitoreo al bebé. Otros no tienen los contactos y solo esperan que el SEME se encargue de conseguir la terapia, un aviso nunca llega y los recién nacidos mueren esperando una oportunidad.