Como de costumbre, las ingeniosas formas de blindar el transporte no pasaron desapercibidos por el olfato de los canes especializados en la materia: Erick y Vanna.

El operativo a cargo de la Fiscalía y la Secretaría Nacional Antidroga (Senad), frenó el envío de cocaína oculta en cierres e hilos de bordar que iban rumbo a Irlanda y Tailandia. La droga (cocaína) fue descubierta en encomiendas aéreas interceptadas en el Aeropuerto Silvio Pettirossi.

Por otro lado, otra carga se detectó vía escaneo en cajas de una conocida marca internacional de envío de encomiendas. Las mismas iban rumbo a Amsterdam, capital de Holanda. Inmediatamente después se dio participación a la Secretaría Nacional Antidroga y a la Fiscalía.

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Las cajas que contenían la droga, fueron enviadas por courrier a través de DHL. Aún no se sabe la cantidad, puesto que el procedimiento fue derivado al Palacio de Justicia, según Fernando Gallardo, administrador del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi.

Con respecto a los insumos textiles, en la Oficina de Atención Permanente del Poder Judicial, los antidrogas procedieron a la apertura de los paquetes de encomiendas interceptados, con la presencia de la jueza penal de Garantías Lici Teresita Sánchez y el fiscal Abog. Marcelo Pecci.

El primer paquete, cuyo contenido eran hilos de bordar, tenía como destino Irlanda. Constataron que pretendían enviar clorhidrato de cocaína de alta pureza oculta entre los carretes. En total la cocaína a ser enviada al continente europeo alcanzó un peso de 1 kilo y 713 gramos.

El segundo paquete pretendía ser enviado a Tailandia y la droga estaba oculta en cierres: 1 kilo 178 gramos de cocaína. Las sustancias tendrían un valor aproximado de US$ 100.000 por kilo en el mercado asiático y europeo.

Por orden fiscal, las evidencias fueron derivadas hasta la base de operaciones de la Secretaría Nacional Antidroga.

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