- Por YESICA VERA ZARZA
- Periodista
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Luego de conocerse la historia de Diana Ramírez Ortiz a través de La Nación, la joven mecánica de Limpio que aprendió el oficio cebando tereré a su papá, la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA) tomó la decisión de brindarle una beca completa para cursar la carrera de Ingeniería Electromecánica.
La UCSA hizo entrega de una beca completa a Diana, quien de entre 14 hermanos y hermanas, 8 son varones y todos se dedican al oficio, pero Diana es la única mujer de entre 6 hermanas que se animó a ser mecánica.
La universidad, que cuenta con 3 áreas que se dividen en Ingeniería, Empresariales y Humanidades, otorga anualmente becas a alumnos y alumnas, entre ellas, deportivas y sociales. “Vimos el caso de Diana y nos llegó su historia, por eso le quisimos dar la bienvenida a nuestra universidad”, expresó la vicerrectora administrativa-financiera, Helga de Sarubbi.
Por su parte, el rector de la UCSA, Luis Alberto Lima, señaló que cuentan con un departamento de Bienestar Estudiantil, que se encarga de acompañar y monitorear todo el programa semestre a semestre. “Hay también un sistema de clases de refuerzo cuando los grupos están con problemas, sobre todo en el primer año”, explicó.
En cuanto a la beca, Diana dijo que es algo maravilloso porque es una oportunidad muy grande para ella y que le entusiasma la idea.
ABRAZAR EL OFICIO
Cebando tereré a su papá, quien también se dedica a la mecánica, Diana aprendió a amar el oficio. Él le enseñaba cada una de las piezas de las herramientas y de los motores. A los 9 años empezó a aprender y lo que más le gustó fue desmontar un motor. “Trabajar con las herramientas que tengo y bajar el motor, ver cómo son las piezas completas del motor, eso es lo que me gustó más”, contó la joven.
Diana explicó que en su familia encontró el apoyo que necesitaba para decidirse y seguir el camino de su papá, a pesar de que en la escuela y el colegio muchas veces recibía burlas de sus compañeros y compañeras. “No les hacía caso porque tenía el apoyo de mi familia”, aseguró.
A los 14 años realizó su primer trabajo y cambió completamente un motor. “Desarmaba y cambiaba los repuestos del motor que es un poquito complicado, pero con cuidado se arma y desarma”, sostuvo la joven que luego de terminar el colegio siguió un curso de electricidad del automóvil en el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP).
TALLER RAMÍREZ
Contó que si bien el taller no tiene un nombre concreto, se les conoce como “Taller Ramírez” y que atienden todos los días. Las personas contactan con Diana al (0994) 545-072 y ella les explica cómo llegar, mediante la ubicación que les envía por Whatsapp o van hasta el domicilio para auxiliar.
“Muchas veces no confían tanto en mí por ser mujer y creen que no voy a poder solucionarles, después toman confianza. Cuando ven que ya está todo hecho el trabajo, se quedan sorprendidos y me agradecen, además de pedirme disculpas por haber desconfiado de mí”, mencionó.
LO QUE ANHELA
La joven señaló que le gustaría poder seguir sus estudios para poder profesionalizarse y enfocarse más en la parte del motor porque cada día vienen más avanzados los vehículos. “Tener un taller propio y trabajar con mi papá, ese es mi anhelo. Me gustaría tener en el centro de Limpio para que todos los clientes sepan dónde queda mi taller”, confesó Diana, quien manifestó que es la mano derecha de su papá.