Luego de conocerse la historia de Diana Ramírez Ortiz a través de La Nación, la joven mecá­nica de Limpio que aprendió el oficio cebando tereré a su papá, la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA) tomó la decisión de brindarle una beca completa para cur­sar la carrera de Ingeniería Electromecánica.

La UCSA hizo entrega de una beca completa a Diana, quien de entre 14 hermanos y hermanas, 8 son varones y todos se dedican al oficio, pero Diana es la única mujer de entre 6 hermanas que se animó a ser mecánica.

Luis Lima y Helga de Sarubbi.

La universidad, que cuenta con 3 áreas que se dividen en Ingeniería, Empresaria­les y Humanidades, otorga anualmente becas a alum­nos y alumnas, entre ellas, deportivas y sociales. “Vimos el caso de Diana y nos llegó su historia, por eso le quisi­mos dar la bienvenida a nues­tra universidad”, expresó la vicerrectora administrativa-financiera, Helga de Sarubbi.

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Por su parte, el rector de la UCSA, Luis Alberto Lima, señaló que cuentan con un departamento de Bienestar Estudiantil, que se encarga de acompañar y monitorear todo el programa semestre a semestre. “Hay también un sistema de clases de refuerzo cuando los grupos están con problemas, sobre todo en el primer año”, explicó.

En cuanto a la beca, Diana dijo que es algo maravilloso porque es una oportunidad muy grande para ella y que le entusiasma la idea.

Los directivos de la UCSA hicieron entrega de la beca a la joven.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

ABRAZAR EL OFICIO

Cebando tereré a su papá, quien también se dedica a la mecánica, Diana aprendió a amar el oficio. Él le enseñaba cada una de las piezas de las herramientas y de los moto­res. A los 9 años empezó a aprender y lo que más le gustó fue desmontar un motor. “Trabajar con las herramien­tas que tengo y bajar el motor, ver cómo son las piezas com­pletas del motor, eso es lo que me gustó más”, contó la joven.

Diana explicó que en su fami­lia encontró el apoyo que necesitaba para decidirse y seguir el camino de su papá, a pesar de que en la escuela y el colegio muchas veces reci­bía burlas de sus compañeros y compañeras. “No les hacía caso porque tenía el apoyo de mi familia”, aseguró.

Diana contó con el apoyo de su familia para poder dedicarse a lo que le gusta.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

A los 14 años realizó su pri­mer trabajo y cambió com­pletamente un motor. “Desarmaba y cambiaba los repuestos del motor que es un poquito complicado, pero con cuidado se arma y desarma”, sostuvo la joven que luego de terminar el cole­gio siguió un curso de electri­cidad del automóvil en el Ser­vicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP).

TALLER RAMÍREZ

Contó que si bien el taller no tiene un nombre con­creto, se les conoce como “Taller Ramírez” y que atienden todos los días. Las personas contactan con Diana al (0994) 545-072 y ella les explica cómo llegar, mediante la ubicación que les envía por Whatsapp o van hasta el domicilio para auxiliar.

Diana realizando las gestiones correspondientes para recibir la beca que le otorgaron para estudiar Ingeniería Electromecánica.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

“Muchas veces no confían tanto en mí por ser mujer y creen que no voy a poder solucionarles, después toman confianza. Cuando ven que ya está todo hecho el trabajo, se quedan sor­prendidos y me agradecen, además de pedirme discul­pas por haber desconfiado de mí”, mencionó.

LO QUE ANHELA

La joven señaló que le gus­taría poder seguir sus estu­dios para poder profesiona­lizarse y enfocarse más en la parte del motor porque cada día vienen más avanzados los vehículos. “Tener un taller propio y trabajar con mi papá, ese es mi anhelo. Me gustaría tener en el centro de Limpio para que todos los clientes sepan dónde queda mi taller”, confesó Diana, quien mani­festó que es la mano derecha de su papá.

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