El espíritu navideño está instalado en los refu­gios de las familias dam­nificadas por la crecida del río Paraguay. Pese a las condiciones precarias en las que viven los bañadenses a causa de las inun­daciones y el hacinamiento en los refugios, muchas familias no perdieron la tradición de mon­tar sus pesebres para cumplir con sus promesas al Niño Jesús.

Según datos de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), desde las evacuaciones en setiembre hasta la fecha se tie­nen en los 117 refugios aproxi­madamente a 6.900 familias en Asunción.

Cecilia Salgueiro, del Bañado Sur; Carolina Aranda, de Vir­gen de Luján, y otras fami­lias de las zonas afectadas montaron la recreación del nacimiento en sus humildes viviendas de terciadas, hules negros y chapa eternit.

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“Esto es una tradición que surge hace 28 años con mi hija, la mayor. Cuando ella nació, yo monté el pesebre en mi casa en el Bañado Sur –barrio Santa Ana– hasta que ella cumplió siete años. Después ya le dejé a ella que arme y que le pida al Niño Jesús lo que deseaba con todo su corazón. Cuando ella cumplió los siete años de pro­mesa, pasó a encargarse mi otra hija Carolina y así fuimos tur­nándonos porque el Niño Jesús nunca nos abandonó, siempre nos bendice”, señala doña Ceci­lia Salgueiro, afectada por las inundaciones y asentada actual­mente en el refugio montado sobre la avenida 21 Proyecta­das del barrio Tacumbú, mien­tras reordenaba su pesebre que fue movido durante la noche de lluvia del pasado viernes.

Los bañadenses piden al Niño Dios volver a sus casas.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

Doña Cecilia relató que desde hace 25 años que vive mudán­dose en zonas altas por las crecidas cíclicas que se regis­tran desde entonces. Ella, ya con años encima y todo lo que fue perdiendo por culpa de las mudanzas, asegura que ya no quiere vivir en esas condiciones, pero que no tiene dónde ir. “Si el Gobierno o alguien nos quiere ayudar sacándonos del Bañado, con gusto aceptaré. Es muy difí­cil esta situación y ya no quiero vivir así, de un lado a otro”, dijo.

Por su parte, Carolina Aranda, del barrio Virgen del Luján del Bañado Sur, también colocó su pesebre en su precaria casita del refugio y asegura que sus pequeños montaron el pesebre pidiendo como deseo al Niño Jesús volver a su casa. “Vamos a pasar otra Navidad triste, en estas condiciones, pero lo importante es que vamos a estar juntos y estamos sanos. Pero no es lo mismo pasar estas fechas sensibles en la calle y ver a otras familias compartir en sus casas”, lamentó Aranda.

INSTAN A NO PASAR SOLOS

Autoridades sanitarias instan a las personas que viven en situación vulnerable o solita­rias que no pasen solas estas fiestas. Mucha gente está lejos de sus afectos debido a que sus familiares viajaron o fallecieron, por lo que se insta a los vecinos, amigos y parientes a invitar a estas personas para que compar­tan la Nochebuena y Navidad en compañía de las familias que puedan brindarles cariño y contención.

Las personas que se sienten solas deben buscar en estas fechas la compañía de los amigos, vecinos y así evitar la soledad, sobre todo en esta época del año, en la que por la nostalgia se hace más difí­cil de sobrellevar las fiestas.

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