Por Carolina Vanni, periodista, carolina.vanni@gruponacion.com.py
Con la aprobación de la Ley Anita, mucha gente se quejó por las redes sociales de que con esta normativa prácticamente se obliga a todo aquel que no exprese su opinión, a ser donante en caso de muerte cerebral. Sin embargo, no todas las personas con esa condición clínica pueden ser donantes, ya que existen ciertos requisitos que deben ser cumplidos para donar órganos.
“La ley no es obligatoria. Cuando alguien se registra como objetor a la donación no se le puede tocar ni un pelo. La ley es muy respetuosa”, dijo el Dr Gustavo Melgarejo, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante.
Agregó que el paciente donante tampoco debe tener alguna infección, especialmente adquirida en los hospitales. “En Europa usan la donación como parámetro de calidad, porque si un paciente tiene una infección hospitalaria ya no es donante. Aquellos hospitales que tienen mucha infección hospitalaria no pueden tener donantes”, manifestó.
¿QUÉ SE DONA?
Las partes del cuerpo que se pueden donar son el corazón, riñones, hígado, pulmón y páncreas. Cuando se habla de tejidos, también se pueden donar piel, huesos, córneas y membrana amniótica. La ablación es la extracción del tejido y órgano y el trasplante es el injerto del mismo, explicó la Dra. Elsa Escalante, miembro del equipo de Trasplante del Hospital Central del IPS. No obstante, en nuestro país no todos los órganos y tejidos son trasplantados.
Para donar existen cuestiones técnicas que son de vital importancia, ya que cuando hay muerte cerebral, los órganos se empiezan de deteriorar. Los análisis se hacen contra reloj ya que en Paraguay estos estudios se inician una vez que los familiares autorizan. “Los médicos deben tener la capacidad de mantener los órganos viables para que sean apropiados, porque de lo contrario, cuando el órgano se inflama y se pierde la vida del receptor. El sistema siempre está dirigido a proteger al receptor”, explicó Melgarejo.
MÁS ANOTADOS
Con la aprobación de la Ley Anita, el número de pacientes en lista de espera aumentó considerablemente. De 83 inscriptos se pasó a 103, solo en área de renal. En pacientes cardiacos, de 9 pasó a 13, dijo el director del INAT. Existía una especie de escepticismo de los propios grupos médicos. Como no había donantes, la gente no inscribía a sus pacientes que requerían trasplante”, aseguró.
MÁS ECONÓMICO
Según estudios de la OPS, los trasplantes no solo mejoran la calidad de vida de los pacientes, sino que resultan más económicos tanto para pacientes como para el Estado, debido a que con los años, los tratamientos resultan más costosos.
Esto se aplica especialmente a los pacientes renales, que deben vivir dependiendo de máquinas para limpiar su sangre. Si bien en los primeros años es más cómoda la diálisis, luego se va encareciendo y deteriora cada vez más a los pacientes.
“Hay un informe de la OPS que muestra claramente el costo beneficio de los trasplantes, que lejos le gana a la diálisis. Entonces, debemos tener una política de trasplante porque mejora la calidad de vida y es un ahorro para el sistema”, manifestó Melgarejo.