Ninguna integrante de la Orden de las Carmelitas Descalzas se sintió indiferente ayer durante la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado “Chiquitunga”. Una de las suyas, que fue ejemplo de dedicación al prójimo, se convirtió en la primera beata paraguaya.
Las hermanas de esta Orden, que prácticamente todo el año están en encierro, salieron ayer del convento del barrio que lleva el nombre de esta congregación para rendirle tributo a la mujer que las representa. Algunas salieron después de 50 años, otras menos.
La hermana Catalina de Cristo, que integra la Orden hace 12 años, dijo a La Nación que Chiquitunga Guggiari representa para ella una hermana y compañera, ya que “es un ejemplo de vida religiosa”.
En relación al mensaje que transmitió siempre la hoy beata, la hermana dijo que entregarse a Jesús, entregarse a los demás, es la mejor enseñanza que dejó. “Es un mensaje de abnegación evangélica muy fuerte”, aseguró.
Por su parte, la hermana Ana María Santa Teresa de Jesús, de 83 años, quien fue alumna de catequesis de María Felicia y luego compañera de noviciado, dijo que la hoy beata paraguaya es “un instrumento de Dios. “Él obra a través de ella”, precisó y agregó que son incontables las familias que creen y rezan a Chiquitunga, tanto en Paraguay como en el extranjero.
ALGO GRANDIOSO
Hace 66 años que Ana María sirve en la congregación y actualmente vive en el convento de Ciudad del Este. “Para mí esto es algo grandioso, porque Paraguay va a tener la primera mujer beata. Fue un ejemplo de sencillez y de servicio y hay demasiadas pruebas de su intervención a favor de la gente que confía en ella y en Dios. Ella es una intercesora ante Jesús y estoy segura que después de su beatificación va a conceder más milagros para que sea santa”, subrayó.
La hermana carmelita Jesica Vázquez también manifestó su emoción por la cantidad de gente que reunió María Felicia. “Ella siempre fue del pueblo. Es una hermana que donó su vida a Dios y al pueblo. Y espero que hoy interceda por todo el Paraguay”, recalcó.
Alrededor de 40 integrantes de la Orden estuvieron presentes ayer en Barrio Obrero para la ceremonia de beatificación de Chiquitunga.