Bajo el lema de "El Corazón de San Pío visita el Corazón de América, y quiere encontrarse contigo" cientos de fieles se acercan a diario a la reliquia que por segunda vez abandona el Convento de San Giovanni Rotondo de Italia.
Al igual que los días anteriores, una multitud de fieles se congregó ayer en la capilla San Leopoldo, en Lambaré, en el convento de los Hermanos Franciscanos Capuchinos, donde durante todo el día hubo espacios para venerar y tocar la reliquia de primer grado, el Corazón de San Pío que está de visita oficial en Paraguay.
De esta forma, los fieles vivieron momentos de suma emoción y sobre todo de entrega al milagroso Santo que llegó al país el pasado 10 de abril y que permanecerá hasta el 18. A partir de la presencia de la reliquia, en todos los lugares donde llegó el Corazón de San Pío se vivieron momentos de mucha emoción y esperanza.
En los templos –ya sean capillas o en la Catedral de San Lorenzo– las jornadas fueron acompañadas con espacios de confesión, a fin de brindar a los fieles el sacramento de la reconciliación para completar el reencuentro con Dios, bajo la mediación de San Pío, cuyo número de devotos aumenta cada día.
Ayer, además de las misas y confesiones en el convento San Leopoldo, largas filas fueron formadas por los devotos para acceder hasta la urna que contiene los restos del miocardio del Santo, quien llevó durante 50 años los estigmas de Cristo. Los fieles no solo tocan la urna, sino que se acercan con estampas, pañuelos o rosarios para tener un objeto que estuvo en contacto con el corazón del Santo y así pueda servir de reliquia.
Los fieles que aún no tuvieron la ocasión de acercarse a la urna, todavía pueden hacerlo hoy en la Catedral Metropolitana de Asunción, donde la urna estará todo el día para la Maratón de Misericordia.
Si bien la acogida a la reliquia será a las 7:45, habrá misas a las 8:00, a las 11:00, a las 15:00 y a las 18:00, además de confesiones, adoración al Santísimo y la veneración a la reliquia. Numerosos grupos participarán de la jornada y se invita a la ciudadanía en general a que formen parte de las actividades.
La visita del Corazón de San Pío al Paraguay se dio de manera milagrosa, según explicó el propio custodio de la reliquia, el hermano Carlos María Laborde, quien aseguró que pensó que la peregrinación no iba ser posible.
No obstante, tras guiar al arzobispo metropolitano Edmundo Valenzuela y al embajador ante la Santa Sede, Esteban Kriskovich, el pedido fue concedido, en el marco de los 30 años de la permanencia de la misión de los hermanos Franciscanos Capuchinos, así como también dentro de las recordaciones por los 50 años del fallecimiento del Santo y los 100 años de la aparición de los estigmas.
¿Quién fue y cómo vivió el padre Pío?
Los dones de este sacerdote fueron el discernimiento, la curación, la bilocación, el perfume en su presencia y los estigmas.
Francesco Forgione, conocido como el padre Pío, nació en Pietrelcina (Italia) el 25 de mayo de 1887. Desde pequeño mostró mucha piedad e incluso actitudes de penitencia y su infancia se caracterizó por la salud frágil.
A los 16 años fue aceptado como novicio en el convento de Marcone y el 22 de enero de 1904 terminó su noviciado, pronunciando los votos temporales. En el convento de Sant'Elía, el 27 de enero de 1907 hizo sus votos solemnes y ese mismo año fue trasladado al convento de Serracapriola.
El 10 de agosto de 1910 fue ordenado sacerdote en la catedral de Benevento y en 1916 fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, donde vivió hasta su muerte. Si bien era un sacerdote que ayudaba a la conversión, sin duda fue famoso por los estigmas pasionarios, por ser semejantes a los de Jesucristo.
Las dolorosas heridas aparecieron en las manos, pies, costados, hombro, que comenzaron entre 1911 y 1918, cuando ya se hicieron bien visibles. Los dones del padre Pío fueron el discernimiento, la curación, la bilocación, el perfume en su presencia y los estigmas. Fue el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia Católica, por lo que su caso fue investigado por la Santa Sede, que en base a tres informes, el Vaticano aisló al padre Pío por casi 10 años, y luego se revirtió el decreto.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, el padre fundó los grupos de oración y en 1940 propuso el proyecto Casa Alivio del Sufrimiento, que fue inaugurado el 5 de mayo de 1956. La finalidad de este hospital fue curar a los enfermos, tanto desde el punto de vista espiritual como físico. Tras 50 años de tener visible los estigmas, el 20 de setiembre de 1968, el padre Pío celebró una misa multitudinaria y el 23 de setiembre de ese año falleció.
Algunas de sus citas famosas son: "Quédate conmigo, Señor"; "Reza, ten fe y no te preocupes"; "La oración es la mejor arma que tenemos"; "Dulce es la mano de la Iglesia también cuando golpea, porque es la mano de una madre"; "Haré más desde el cielo, que lo que puedo hacer en la tierra".