El psiquiatra Agustín Barúa Caffarena analizó el trágico hecho del fin de semana en la ciudad de Itauguá, con la muerte de una mujer y sus dos hijos menores de edad. Para el especialista, se han roto los vínculos solidarios y cada vez más hay una sociedad juzgadora.

El médico alertó sobre el impacto de la desesperación social en la salud mental ante el creciente aumento de hechos de violencia, crímenes y suicidios.

“Siento que hay como unos hilos conductores de diferentes eventos que están habiendo. Uno es: somos una sociedad absolutamente desprotegidos en términos de derechos. En la cotidianidad cuando uno convierte la palabra derecho en cuestiones concretas como transporte, vivienda, salud, educación es un horror”, afirmó a la 780 AM.

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Consideró que hay un clima de desesperación social muy grande. “Entonces, eso es muy enloquecedor. Nosotros decimos mucho una salud mental sin salud y no hay salud mental sin derecho. En esa secuencia, uno hace una conexión con las conductas que observamos y el marco de la desigualdad”, expresó.

Mencionó que el segundo elemento a evaluar es que se “han roto los vínculos solidarios”. “Esa cuestión de cuidarnos, de ayudarnos, de verle al otro, de ser solidarios, armar grupos, organizaciones, colectivos, movimientos sociales cuesta mucho porque somos también una sociedad muy castigada por el agruparnos”, indicó.

Según el profesional, la gente se queda muy sola con sus problemas y sin la cultura de la solidaridad. “Por lo menos en los barrios de Asunción, cada vez más lo que genera solidaridad es el crimen organizado. O sea el organizador social que cada vez avanza más y que genera respuestas concretas para la gente pasa por ahí”, subrayó.

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