Carmen del Paraná cumplió 182 años como ciudad creciente en industrias y turismo
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Un 25 de abril de 1843 el gobierno consular de Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso fundaba a Carmen del Paraná como distrito. La ciudad celebró 182 años de historia, trabajo y crecimiento, y es un indiscutible destino turístico en el departamento de Itapúa.
Para celebrar la fecha, realizaron un acto oficial con las autoridades, estudiantes y pobladores, como también una correcaminata, carrera de bicicletas y una misa de acción de gracias en la parroquia Nuestra Señora del Carmen.
El intendente Germán Gneiting reiteró su compromiso de seguir poniendo a Carmen en el mapa de todas las actividades turísticas, deportivas e industriales que destacan a la ciudad.
Capital del arroz y el “mar paraguayo”
Carmen del Paraná es también conocida como la capital del arroz, porque en su distrito existen numerosos silos donde guardan los granos y los procesan. Con una población de 8.000 habitantes, las agroindustrias dan trabajo a 1.000 familias.
Germán Gneiting, intendente de Carmen del Paraná. Foto: Gentileza
“Las industrias están creciendo, el 70 % de arroz que se produce en el país pasa por Carmen. Actualmente, fábricas que proveen silos y maquinarias para los molinos de arroz y soja se están instalando aquí. Entre ellas hay una empresa argentina que fabrica implementos para moler el arroz y se instalará en Carmen, proveyendo trabajo a más de 200 personas”, explicó el jefe comunal.
Turismo todo el año
La localidad de Carmen del Paraná se ha ido consolidando como una de las ciudades con las playas más concurridas en la temporada veraniega, incluso teniendo como vecina a Encarnación, la capital del verano del país en la actualidad. Sus tres playas municipales Pirayú, Ibicuy y Tacuary enamoran a los turistas extranjeros y nacionales, como también las vistas, reservas y espacios verdes en los que realizan todo tipo de actividades turísticas y deportivas.
“Es una ciudad pujante que está recibiendo inversiones en hoteles y posadas. Ya sumamos más de 1.000 camas y varios emprendimientos en la parte inmobiliaria en la zona, porque la gente quiere venir a vivir a Carmen. Hoy, el turismo se volvió nuestra industria sin chimenea que transformó la ciudad a ser visitada no solo en temporada alta sino todo el año”, sostuvo Gneiting.
Cada mes del año, la ciudad alberga como mínimo dos actividades deportivas o turísticas. Foto: Gentileza
Cada mes del año, Carmen alberga mínimo dos actividades deportivas o turísticas, como lo son el concurso internacional de pesca, ciclismo, triatlón, el transitapua bike, el campeonato nacional de fútbol de salón, el torneo nacional de ping pong, entre otras actividades. Resultado de este esfuerzo, solo en una semana más de 50.000 personas visitaron la ciudad.
“Disfrutamos la satisfacción de que nuestra ciudad no es solo de turismo interno sino a nivel mundial con los eventos deportivos y lo que se viene con el World Rally Championship. Debemos estar orgullosos los carmeños por ser sede de un mundial de rally que solo 14 países en el mundo tienen ese privilegio, y entre esas ciudades, esta nuestra querida Carmen”, puntualizó el intendente.
El Mundial de Rally WRC 2025 se llevará a cabo en Paraguay por primera vez, del 28 al 31 de agosto. El departamento de Itapúa será el epicentro de este evento histórico que busca convertir al país en un destino clave para el turismo internacional y el automovilismo. Y entre los 13 distritos donde recorrerán los tramos, Carmen del Paraná se destaca con sus vistas de ensueño del rio Paraná.
Cerro Vera, una de las grandes vistas del paisaje paraguayo
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Jorge Zárate
jorge.zarate@nacionmedia.com
Fotos: Jorge Jara
Para llegar al mirador del cerro Vera de Acahay, departamento de Paraguarí, se recorren senderos de bella vegetación, entre la que se destacan los caraguatás de gran tamaño, las flores silvestres, el aire de gran pureza. Recorriendo el área se pueden avistar los cerros vecinos, los campos preparados para cultivos, mirar la vida desde sus 348 metros de altura. Aquí un acercamiento a sus paisajes y características geológicas en la mirada de una especialista.
Los yryvu hu despliegan su plumaje negro, brillantes al sol. Parecen custodiar el paisaje imponente, el mbokajaty que se despliega en el valle y se trepa a los cerros; el camino de piedra y tierra colorada que se ve como un sendero desde la altura.
Trepar, subir la montaña, desde que el hombre es tal, tiene efectos terapéuticos, ayuda a valorar esfuerzo y consecución. Cuando se corona una cima, algo cambia para bien.
Ubicado a 130 kilómetros de Asunción, se encuentra en la compañía Pintos, de Acahay, y es uno de los espacios preferidos por jóvenes aventureros y viajeros que buscan adentrarse en el paisaje nacional.
Esta situación puede verificarse en las redes sociales, donde en pequeños videítos la gente se filma subiendo el cerro, acampando, en caminatas en familia, inclusive escalando, practicando montañismo.
ACCESO
Desde la capital se puede llegar a velocidad promedio en dos horas y media hasta el punto de entrada, que está sobre la ruta PY-18, en el tramo que une Acahay con La Colmena. El ingreso está indicado por un pequeño cartel que dice “Cerro Vera-Rubio Ñu”, aunque para más precisión se puede buscar en internet como “Entrada al cerro Vera” y obtener la guía de navegación y el mapa que lleva hasta el sitio.
Una vez allí, hay dos maneras de acceder. Se puede ir con vehículo familiar hasta un estacionamiento y después seguir la travesía a pie o, si se dispone de un 4 x 4, avanzar en un camino algo difícil que acerca hasta el mirador.
LA INMENSIDAD
Las rocas, la formación del cerro tienen una historia especial. Dice la geóloga Ingrid Godoy: “La verdad que es muy impresionante, siempre sorprende y hay cosas nuevas que nos dan una visión de lo pequeños que somos y de lo mucho que tenemos que aprender de lo impresionante que es la naturaleza”.
Lo hace mientras explica los pilancones, una formación especial que se avista en el mirador del cerro, suerte de pequeñas piletas que acumulan agua de lluvia y, al verlas desde cierta distancia, asemejan un rostro, una máscara.
“Es un ejemplo muy bueno de la fuerza de la naturaleza, del transcurrir del tiempo, porque eso se va formando por granitos de arena que se quedan en un hueco en la roca y con el paso del tiempo con ayuda del agua y del viento van puliendo la roca hasta formar oquedades que posteriormente forman estas piletas naturales”, indica.
Ingrid Godoy, geóloga. Foto: Jorge Jara
VEGETACIÓN
Las piedras tienen unas manchas muy particulares. “Son un tipo de alga llamadas líquenes que se forman en ambientes de aire puro, ya que no podemos encontrar en ambientes con aire contaminado. Entonces, eso ya es una característica de cierto tipo de lugares nada más y la vegetación también. Como estas son rocas que acumulan agua, entonces de a poquito las algas mismas van a ir evolucionando y dando origen a esta vegetación que vemos acá”.
También el verde hace su trabajo en la elevación. “La vegetación forma otro tipo de erosión, que es la meteorización biológica. Así se dice cuando las plantas mismas se van enraizando, van rompiendo la roca y formando de repente un poco de suelo también sobre los cerros”, comenta.
Allí desde el mirador se pueden apreciar dos formaciones erigidas en vertical que se escindieron del cerro Vera por obra de la erosión. “Estos son unos inselberg o iceberg de roca”, cuenta Godoy. “Aquí cerca tenemos el cerro Pa’û, donde por la erosión se fue construyendo ese paso que lo identifica, pero en este caso las formaciones quedaron un poco más alejadas”, dice.
Sobre ellos y entre las grietas vuelan y se posan los yryvu con gran señorío, se les admira la perspectiva, que apenas podemos imitar con el vuelo del drone con las imágenes de esas paredes de areniscas con cuarzos que el sol pone a brillar y que le dieron nombre a este bello cerro Vera.
UNA PRESENCIA DE MILLONES DE AÑOS
El cerro Vera está formado por areniscas del Ordovícico, característica del bloque Cordillerita y para adquirir su forma actual fueron necesarias erosiones tectónicas, fluviales y también eólicas, cuenta la geóloga Ingrid Godoy, de Geopetram E.A.S.
“Fue formado por erosión estructural, por el evento que dio origen al rift de Asunción”, una acumulación importante de sedimentos que ocurrió en el Mesozoico, hace 60-65 millones de años aproximadamente. Aunque las rocas “sobre las que estamos parados tienen una formación de entre 440 y 480 millones de años aproximadamente”, explica.
“A este tipo de estructura se le llama tepuy, una clase de meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas relativamente planas y es parecida a la del monte Roraima en Venezuela. La diferencia es que allá tiene rocas precámbricas, pero acá en el cerro Vera lo que tenemos son rocas de edad ordovícica”.
SEDIMENTACIÓN
Las areniscas ordovícicas, rocas sedimentarias, se forman en ambientes marinos a través de la acumulación y compactación de sedimentos arenosos, que luego son cementados. “O alguna vez estuvieron bajo el mar y se elevaron o la erosión fue cavando los valles”, cuenta la especialista.
El Ordovícico es el segundo sistema y período del Paleozoico en la escala temporal geológica. Sucede al Cámbrico y antecede al Silúrico. Comenzó hace unos 487 millones de años y terminó hace unos 443 millones de años. Debe su nombre a la tribu celta de los ordovicos, que vivieron en el centro y norte de Gales, lugar donde el geólogo inglés Charles Lapworth identificó este sistema en 1879.
Sigue contando Godoy que el cerro Vera está compuesto de “areniscas feldespáticas que tienen mucho mineral de feldespato, son mayormente cuarzosas de óxido de sílice, pero también tienen mucho contenido de feldespato, que es lo que le da una coloración anaranjada y también podemos encontrar de repente zonas arcillosas, capas de areniscas intercaladas con arcilla. Minerales más duros como hierro en estas formaciones no hay”.
Apunta que a pesar de ello “pueden tener algunas concreciones de hierro, de manganeso, pero a nivel superficial, no como parte de la composición de la roca”.
El cerro Vera vendría a ser una “colita” de las formaciones que se aprecian en Cordillera: “Es como una continuación hacia el sur de lo que es la cordillera. En algún momento capaz estuvieron unidos, pero por los eventos estructurales, ya sean fallas o fracturas, se separaron”, sostiene.
ALTO INTERÉS TURÍSTICO
Todavía está pendiente la declaración de reserva natural y de interés turístico del cerro Vera desde su acceso hasta la cima, que facilitaría el acceso al sitio. Hubo acciones en este sentido desde la intendencia de La Colmena, iniciativas a nivel departamental en Paraguarí, pero también se busca interesar a los legisladores nacionales para avanzar en este tema.
La declaración de monumento natural sería una forma de proteger la vegetación y la fauna del lugar, una calidad que ya tiene el cerro Acahay, lo que daría más herramientas al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) para custodiar el lugar.
Unas decenas de hectáreas del cerro son de propiedad privada y en algún momento se llegó a prohibir el acceso a visitantes, situación que hoy en día no se da.
Vale recordar que el Código Civil Paraguayo, en su artículo 1898, indica: “Son bienes del dominio público del Estado:
a) las bahías, puertos y ancladeros; b) los ríos y todas las aguas que corren por sus cauces naturales, y estos mismos cauces; así como las aguas subterráneas c) las playas de los ríos, entendidas por playas las extensiones de tierras que las aguas bañan y desocupan en las crecidas ordinarias y no en ocasiones extraordinarias; d) los lagos navegables y sus álveos; y e) los caminos, canales, puentes y todas las obras públicas construidas para utilidad común de los habitantes. Los bienes del dominio público del Estado son inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
Como se lee, el mismo no incorpora a los cerros, por lo que debería darse un tratamiento legislativo especial para garantizar el disfrute público del lugar de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
Esta ciudad del departamento de Alto Paraná se encuentra en proceso de crecimiento. Su economía gira en torno al comercio, la agricultura y la ganadería. Foto: Gentileza
Itakyry: una ciudad con rica historia que va posicionándose para el turismo
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A 435 kilómetros de Asunción se encuentra Itakyry, un municipio del departamento de Alto Paraná. Es una de las cinco ciudades más pobladas que integra el conurbano del Gran Ciudad del Este. Fue fundada en julio de 1946 y la superficie total es de 1.964 kilómetros cuadrados.
Lleva el nombre de Itakyry porque por muchos años fue habitada por comunidades aborígenes de la etnia Ava Guaraní y Mbya, que se asentaron a lo largo del arroyo Itakyry. Fueron ellos mismos quienes le dieron este nombre por su característica pedregosa.
En contacto con La Nación/Nación Media, el intendente de la ciudad, Miguel Ángel Soria, contó que el distrito está creciendo bastante y se posiciona como un lugar ideal para realizar turismo interno. Señaló que los habitantes de Itakyry se dedican mayormente al comercio, la agricultura, la ganadería y últimamente muchos están incursionando en el emprendedurismo. Anteriormente, era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa.
Itakyry era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa. Foto: Gentileza
Entre los atractivos turísticos más importantes de la ciudad, mencionó al Festival Internacional del Tereré que se desarrolla en febrero y ya lleva 27 años de celebración. También cuenta con espacios para conectarse con la naturaleza y para recreaciones que serían los arroyos, la plaza central Francisco Pagen, la plazoleta del Tereré y la doble avenida el Mensú que en todo su trayecto es alegórico a la explotación de la yerba mate .
Hospedaje
Acerca de los lugares ideales para hospedarse en Itakyry, Soria indicó que la ciudad cuenta con 15 hospedajes entre posadas, hoteles y hostales. Hay un promedio de 10 habitaciones en cada una. Es decir, más de 100 camas disponibles en la localidad.
Población
El jefe de la comuna precisó a LN que Itakyry cuenta con 45.000 habitantes, de los cuales el 60 % corresponde a la población adulta y el 40 % restante a jóvenes, según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Itakyry se encuentra en proceso de crecimiento, gracias a las gestiones de las máximas autoridades municipales. Hoy se está construyendo una pujante ciudad, a pesar de su corto presupuesto”, manifestó a LN el intendente Soria.
Resaltó que se logró, gracias a varias gestiones, que Itakyry fuera uno de los distritos priorizados por el Gobierno para seguir trabajando en beneficio de las comunidades, apostando por mejoras y oportunidades de crecimiento.
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Foto: César Arias
Su posición geográfica destaca a esta comunidad del Alto Paraná y se convirtió en un destino importante para la explotación forestal. Su principal vía de comunicación terrestre es un ramal que parte de la supercarretera, que es la que la conecta con las ciudades de Hernandarias y Ciudad del Este por las rutas PY02 y PY07.
Origen del nombre
El nombre Itakyry está formado por la unión de dos vocablos: itaky, que quiere decir piedra no saturada, en proceso de formación, y ry, que quiere decir corriente de agua. Combinando ambos vocablos se concluye con: Itakyry, es igual agua que corre sobre piedra en proceso de formación.
Arroyos
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Esta abundancia de cursos de agua convierte a la zona en una región fértil y rica en biodiversidad. Entre los arroyos más destacados se encuentran el Piraitý, Ytú, Itakyry, Santo Tomás, Capiibary y Paso Itá.
Todos ellos fundamentales para el ecosistema local y el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas. El río Acaray, que bordea gran parte del distrito, se encuentra rodeado de extensos humedales y pantanos, lo que contribuye a la singular belleza paisajística de la región y potencia su atractivo para el ecoturismo.
Literatura
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú, el trabajador de los obrajes yerbateros. Esta realidad fue denunciada por escritores como Rafael Barrett en su ensayo “Lo que son los yerbales”, donde describe las condiciones inhumanas en las que vivían y trabajaban los mensúes, sometidos a un sistema cercano a la esclavitud . Augusto Roa Bastos también habló sobre esta temática en su novela “Hijo de hombre”, reflejando la dura vida en las plantaciones de yerba mate.
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú. Foto: Gentileza
“Melodías de una vida” se denomina el concierto que tendrá lugar esta noche en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” (Presidente Franco entre Chile y Alberdi) en honor al gran maestro de la música paraguaya Herminio Giménez (General Caballero, 20 de febrero de 1905 – Asunción, 6 de junio de 1991), en conmemoración a los 120 años de su natalicio.
La cita contará con la imponente presencia de la Orquesta Philomúsica de Asunción, que tendrá a su cargo el recorrido por la historia musical de uno de los compositores más emblemáticos del Paraguay. Tres grandes directores tendrán a su cargo las batutas de la orquesta: Luis Szarán, Miguel Ángel Echeverría y Gustavo Gómez Nardo.
SU LEGADO
Giménez, nacido en Asunción, formó parte de la Orquesta del Dr. Atilio Valentino, que fue el primer grupo en grabar un álbum completamente dedicado a la música paraguaya en 1927, contratado para el efecto por la tienda de música Viladesau de Asunción. Vivió una parte importante de su vida en el exilio, a consecuencia de sus posiciones políticas. Las entradas están a la venta a través de tuti.com.py.
Celebran el 90 aniversario de la Paz del Chaco con la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional a 450 km de la capital.
Por Jorge Zárate y Matías Amarilla
Loma Plata, Boquerón, enviados especiales.
La fuerza de la marcha Chaco Boreal en brillante ejecución de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) abrió el capítulo de homenaje a los héroes de la contienda en el concierto realizado en esta ciudad, distante a 450 kilómetros de Asunción.
“Es la primera vez que la OSN llega hasta aquí y por fortuna en esta fecha tan especial”, dijo su directora María Victoria Sosa al abrir el evento desarrollado en el Centro Cultural Chortitzer ante unos 800 espectadores que concluyeron aplaudiendo de pie el logrado espectáculo de la formación orquestal.
El acto que contó con la presencia del gobernador de Boquerón, Harold Bergen, y representantes de la comunidad local, tuvo un programa que en la primera parte abordó pasajes clásicos de la ópera universal como “El barbero de Sevilla”, “Carmen” y una versión especial y cantada en alemán de “La viuda alegre” que fue muy celebrada por el público.
El Centro Cultural Chortitzer de Loma Plata (Boquerón) fue escenario del evento
OBRAS DE FLORES
Acto seguido, la orquesta, dirigida por Ernesto Estigarribia Mussi, abordó cuatro piezas de creación de José Asunción Flores que lograron conmover por su sentida ejecución.
Especialmente la versión de “India” a cargo de la soprano Carolina López y el tenor Marcos Villalba que aprovecharon especialmente la excelente acústica del auditorio. La organizadora del evento y directora del Conservatorio del Colegio de Loma Plata, Lilian Guenther, mostró su beneplácito por la visita de la OSN apuntando que “en esta ocasión llenamos el Chaco de música, un arte que no reconoce fronteras y hermana a los hombres”, recordando especialmente su efecto en la fecha de la firma del acuerdo de la Paz del Chaco.