Hace 160 años, Paraguay le declaró la guerra a Argentina y se oficializó el peor conflicto regional
Compartir en redes
El 29 de marzo de 1865, el gobierno de Paraguay le declaró la guerra a Argentina, oficializando el inicio de la Guerra de la Triple Alianza, hace 160 años. El 18 de marzo de 1865, el Congreso paraguayo autorizó esta decisión al presidente Francisco Solano López, quien once días después publicó los motivos de la declaración, ante la negativa de Argentina para permitir que tropas paraguayas crucen su territorio rumbo a Uruguay, invadido por Brasil el 12 de octubre de 1864. Contra Brasil ya se había declarado la guerra, tres meses antes, el 13 de diciembre de 1864.
“La verdad es que la guerra empieza con una fase ofensiva por parte del Paraguay, primero tomando el territorio que le correspondía a Mato Grosso (estado brasileño), justamente para cubrirse la espalda, y después fue en ayuda del Uruguay y ahí entró en conflicto con Argentina. O sea, el inicio de la guerra marca la etapa ofensiva paraguaya, pero una vez que ellos ingresaron a territorio paraguayo, todo se hizo muy difícil para nuestro país”, explicó el historiador y profesor Fabián Chamorro, en conversación con La Nación/Nación Media
El detonante local que habría llevado a que se desatara la Guerra de la Triple Alianza fue la intervención militar del Brasil, que invadió el Uruguay, donde el gobierno uruguayo pidió ayuda al Paraguay, cuyo presidente era el entonces general Francisco Solano López, que decidió atacar al Brasil, temiendo que la invasión militar brasileña fuese el primer paso para una ocupación definitiva del Uruguay, lo cual rompería el equilibrio del Río de la Plata y pondría en peligro la independencia del Paraguay, proclamada el 14 y 15 de mayo de 1811, cinco décadas antes.
Campaña de Mato Grosso
El 27 de diciembre de 1864, las tropas paraguayas atacaron el Fuerte de Coímbra y en unos meses vencieron toda resistencia, ocuparon las principales ciudades del Mato Grosso, como Corumbá, Dourados, Nioaque, Anhambai, Miranda, Coxim y Laguna; y se apoderaron de una considerable cantidad de armas. Esta etapa fue conocida posteriormente como la Campaña de Mato Grosso, la cual terminó con una victoria paraguaya, que se extendería hasta abril de 1868.
López pensaba enviar tropas al Uruguay para expulsar a los invasores brasileños. Esto finalmente no ocurrió, puesto que, en febrero de 1865, los brasileños comenzaron el sitio de Montevideo y controlaban los puntos estratégicos del Uruguay. Tras el reemplazo del presidente uruguayo Atanasio Aguirre, quien era afín con el gobierno paraguayo, por Venancio Flores, con simpatía hacia el Brasil, el entendimiento bélico entre el Paraguay y el Uruguay se vería completamente modificado.
Solano López decidió atacar Río Grande del Sur y solicitó permiso al presidente argentino, Bartolomé Mitre, para que sus tropas accedieran por la zona de Misiones, petición que le fue negada por el mandatario argentino, tras lo cual el presidente paraguayo sospechó de la existencia de un acuerdo entre el jefe de Estado argentino y el emperador Pedro II de Brasil, y decidió tomar la iniciativa de la invasión.
En represalia a la negativa de Argentina, el 13 de abril de 1865, la marina paraguaya se apoderó de embarcaciones de guerra argentinas ancladas en el puerto correntino y ocupó Corrientes. El 1 de mayo del 1865, los representantes de Brasil, Argentina y Uruguay firmaron el tratado de la Triple Alianza en Buenos Aires.
Fabián Chamorro comentó que el Paraguay debía de lidiar con varias desventajas, como el hecho de que quedó aislado, el salto tecnológico que habían causado la guerra de Secesión estadounidense (1861-1865), donde muchos armamentos se habían modernizado y a los cuales Paraguay no tuvo acceso. Además de las reservas ilimitadas de hombres con que contaban los aliados, ya que Paraguay tenía una población muy pequeña (365.000 a 450.000 habitantes, según proyecciones científicas, y no la versión de Du Graty, de 1.337.000 habitantes), hecho que de alguna manera terminó definiendo la contienda.
Al hablar respecto a la realidad nacional en aquel momento, el historiador subrayó a LN el hecho de que el 95 % de la población se dedicaba a las tareas agrícolas, por lo que era una zona conocida por su trabajo rural, pero que se veían ciertos elementos de progreso importantes, como el ferrocarril que, si bien aún no llegaba a todo el país, abarcaba las principales localidades de la época.
Así también mencionó que existían ciertos avances en materia de producción de armas y arsenal, teniendo en cuenta el astillero y la fundición de hierro de Ybycuí, los cuales generaban un impacto positivo en el desarrollo macroeconómico nacional. Respecto a los objetivos de la contienda bélica en general y por sobre todo la de los aliados, Fabián Chamorro comentó que la finalidad de las guerras, en su gran mayoría y en esta en específico, el panorama lo marcaba la política emergente.
“Brasil, que creo que era el que tenía mejor panorama y sabía lo que quería, logró primero su pretensión territorial, que hoy sería un tercio del Mato Grosso del Sur, y evitar que Argentina se vuelva un Estado más fuerte, porque en aquella época se hablaba todavía de la posibilidad de que lo que son Paraguay y Uruguay se vuelvan parte de lo que hoy es Argentina, viendo así que el único país que logró todos sus objetivos políticos fue Brasil”, expresó Chamorro a La Nación.
No subestimar la deuda, aun con bajas tasas de interés
Víctor Pavón
Compartir en redes
Víctor Pavón (*)
Paraguay se caracteriza por una deuda pública contraída a tasas fijas con tipos de interés bajos. Esto comparado con otros países es una ventaja, aunque la mayor parte de los empréstitos se encuentran en dólares.
Esto último es un riesgo de seguir concentrándose la deuda en la citada moneda, hecho que, es de destacarse, el Gobierno viene tratando de corregir con la diversificación a nuestra moneda, el guaraní. En este momento el endeudamiento llega al 41 por ciento con relación al producto interno bruto (PIB).
El servicio de la deuda con las amortizaciones o pagos de capital, intereses, comisiones y otros se vienen cumpliendo. Sin embargo, se ha llegado a un punto donde el espacio fiscal se ha comprometido.
Por este motivo, se hace necesario cortar con el endeudamiento y cuanto antes mejor. Para empezar se deben dar más incentivos a la inversión privada como las Alianzas Públicas-Privadas con el que ya se cuenta con un régimen normativo. De no procederse de este modo, la imagen y el bajo riesgo país que transmiten una fortaleza nacional tendrá fisuras en su cimiento.
De continuarse con el endeudamiento se terminará inexorablemente por aumentar los impuestos y/o a crear nuevos, contraer cada vez más deudas así como apelar a políticas de emisión monetaria.
Las finanzas públicas, primero, se volverán dependientes de nuevos empréstitos; segundo, los nuevos impuestos o la elevación de los ya existentes afectarán la creación del ahorro interno y; tercero, se perderá la inflación de un solo dígito. Cualquiera de estos casos son dañinos no solo para las finanzas estatales, sino sobre todo para la economía privada, la que crea riqueza real.
Además, el país perderá activos estratégicos claves con los que dispone para atraer el capital nacional y extranjero, como su sistema tributario todavía sencillo y de bajas alicuotas como porcentaje aplicado a la base imponible.
Las políticas de endeudamiento sin reformas profundas provocarán el debilitamiento de los bonos soberanos con relación a los mercados financieros. Se podrán seguir emitiendo deudas, pero los mercados no los compensarán debido a la incertidumbre de los nuevos títulos de deudas.
Se iniciará una “burbuja” sin correspondencia con el pago en tiempo y forma de la deuda porque la economía privada ya no podrá responder a los nuevos requerimientos. Después de todo, es el sector privado el único y verdadero pagador.
Lo expresado aquí en esta nota tiene como objetivo alertar a las autoridades sobre lo que se viene. Deudas sin reformas de fondo es igual a estancamiento y a la caída del crecimiento cuyo correlato se da en el empleo y los salarios reales. El Estado tratará de impedir consecuencias todavía más graves, pero siempre y en todo momento el costo lo paga la población.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de la Fundación Faro. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.
El protocolo de paz fue firmado en la Casa Rosada de Buenos Aires y llevó la rúbrica de los cancilleres de Paraguay y de Bolivia, Luis Alberto Riart y Tomás Elío
El Chaco, el territorio que une y separa a dos países
Compartir en redes
Jimmi Peralta
Fotos: Gentileza/Archivo
El 12 de junio de 1935 fue firmado en Buenos Aires el protocolo de paz que dio por terminadas las acciones bélicas que enfrentaron a Paraguay y Bolivia desde 1932. Los historiadores Erasmo González y Herib Caballero Campos cuentan los pormenores de las arduas negociaciones y el contexto en el que se desarrolló el conflicto entre ambos países por la posesión del Chaco Boreal.
Luis Alberto Riart y Tomás Elío, cancilleres de Paraguay y de Bolivia, respectivamente, fueron los encargados de refrendar el documento para poner fin a las hostilidades entre ambas naciones mediterráneas, que se disputaron una salida fluvial al mar y sufrieron la falta del vital líquido durante varios tramos de la contienda, lo que infligió múltiples sufrimientos además de los propios de toda guerra.
A 90 años del histórico acuerdo, se celebra la hermandad entre pueblos que, si bien tienen amplias fronteras en común, en gran parte siguen separados por el gran territorio chaqueño.
ANTECEDENTES
La guerra del Pacífico (1879-1884) cercenó territorialmente a Bolivia y lo despojó de 120.000 km2 de superficie y 400 km de litoral marítimo. Este fue un momento clave que provocó que el Chaco paraguayo entrara en los planes estratégicos del país del altiplano.
En Bolivia, con la pérdida de su costa sobre el océano Pacífico en la guerra que tuvo contra Chile, desplazaron hombres para irrumpir en el Chaco fundando fortines, al tiempo que los tratados se realizaban, pero no se solucionaron las diferencias territoriales.
“Las incursiones generaron tensiones al punto de que en febrero de 1927 es muerto en el fortín Sorpresa el teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva. A partir de ese episodio el conflicto contra Bolivia se desarrolló en un ambiente en el que amplios sectores de la ciudadanía paraguaya reclamaban mayor presencia del Estado paraguayo en el Chaco. Desde el llamado a la movilización en diciembre de 1928 luego del ataque de tropas paraguayas al fortín Vanguardia, donde los bolivianos fueron desalojados, la crisis diplomática afloró con la expulsión de sus respectivos representantes diplomáticos que cumplían funciones en ambos países”, explica Erasmo González, doctor en historia.
El 23 de octubre de 1931, registrado como un ícono del reclamo ciudadano por la protección del Chaco, quedó en la memoria por la masacre de manifestantes estudiantiles en los jardines del Palacio de Gobierno, que estaba ocupado entonces por el presidente José P. Guggiari.
SIGILO
“Lo sucesivos gobiernos paraguayos venían realizando una prudente campaña de reforzar y dotar de mayor armamento al Ejército, que se inició con las reformas realizadas por el presidente Eligio Ayala. Durante su gobierno se mandaron comprar armas e incluso las dos cañoneras adquiridas de Italia: El Paraguay y el Humaitá”, indica González.
“En los últimos años han sido varias las investigaciones históricas académicas que han permitido comprender el esfuerzo del Estado paraguayo para armar al país. Efectivamente, sin un préstamo internacional se pudo comprar armamento moderno y capacitar a los jefes y oficiales para enfrentar el conflicto a partir de los planes consensuados entre el Gobierno y los jefes del Ejército en agosto de 1924”, explica, por su parte, el historiador Herib Caballero Campos.
A pesar de estos esfuerzos, en comparación con el despliegue boliviano Paraguay se encontró con una preparación un tanto menor en efectivos y en armamento para el inicio de las hostilidades.
EL AGUA Y EL GUARANÍ
“La contienda se inició con la toma boliviana en Pitiantuta, casi al mismo tiempo en que el doctor Eusebio Ayala asumía la Presidencia. Era una etapa difícil e incierta, pero el presidente tuvo el tino de apostar por José Félix Estigarribia para el mando del Ejército. La estrategia del comando paraguayo de llevar la guerra al interior de la región chaqueña fue fundamental. Los bolivianos incursionaron en un territorio adverso por las condiciones naturales del territorio, alejados de donde existía agua; además, considerablemente lejos de su puesto logístico”, refiere González.
“La utilización del idioma guaraní por orden general del comandante Estigarribia fue estratégica para comunicarse y despistar a los enemigos con códigos que los jefes oficiales y los soldados paraguayos podían entender. Además, servía para identificarse entre paraguayos si se encontraban en un lugar determinado, evitando confusiones que podían llevar al enfrentamiento entre los mismos”, agregó.
UNIDAD Y ESTABILIDAD
La primera mitad del siglo XX en Paraguay se caracterizó por un sinfín de tragedias internas a consecuencia de la inestabilidad política con revoluciones, golpes de Estado, exilios, atropellos, proscripciones y muerte. La hegemonía liberal había arrancado en 1904, pero tanto los conflictos dentro del propio partido de gobierno como las confrontaciones con la oposición impedían el desarrollo de un proyecto nacional.
“En el contexto de la guerra se había generado una tregua política. Según se estableció por leyes aprobadas por el Congreso, se reprimió a los sectores socialistas y comunistas que eran antiguerreristas, pues consideraban que la guerra del Chaco era una guerra imperialista. Asimismo, importantes jefes políticos de los dos partidos tradicionales se movilizaron o apoyaron al gobierno de Eusebio Ayala”, señala Caballero Campos.
“El territorio chaqueño no conoció diferencias políticas entre los combatientes paraguayos. Diferentes sectores de la sociedad acudieron al llamado: campesinos, obreros, estudiantes y con ellos artistas, poetas, intelectuales, choferes, deportistas, enfermeras y médicos. Con ese esfuerzo mancomunado se pudo sobrellevar la guerra con el acompañamiento de las mujeres, que realizaron diferentes actividades tanto en retaguardia como en el frente. Se destaca la labor de las madrinas de guerra como apoyo emocional para el soldado combatiente”, explica González.
A renglón seguido, destacó la unidad que se logró en el Paraguay durante la guerra a pesar de las diferencias que lo separaban anteriormente.
Erasmo González, historiador
“En general hubo un gran acompañamiento. Las personas hacían donaciones para las viudas y huérfanos de guerra; la Legión Civil Extranjera, conformada por miembros del comercio y la industria que eran de origen extranjero, colaboró con varias acciones para paliar las necesidades más urgentes. La Junta Nacional de Aprovisionamiento era una entidad gestionada por el Estado con fuerte colaboración de sectores privados, que proveían los alimentos básicos a las familias de los soldados combatientes que no tenían otros recursos para subsistir. La Cruz Roja Paraguaya, liderada por el Dr. Andrés Barbero, donó un avión ambulancia, así como también realizaron varias actividades para recaudar fondos, como el partido de fútbol en Buenos Aires en el que jugó Arsenio Erico, que finalmente fue fichado por el Independiente de Avellaneda”, citó Caballero Campos.
El esfuerzo de la guerra insumía ingentes recursos humanos y materiales, por lo que el armisticio fue celebrado en ambos bandos
VÍA DIPLOMÁTICA
En el contexto de una guerra con fuertes bajas para ambos bandos, la vía diplomática no estuvo clausurada. Esto a pesar de que Paraguay fue sancionado por la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas) por haber sido declarado país agresor.
“El grupo mediador liderado por el gobierno argentino del general Juan B. Justo fue el impulsor de abrir una negociación con el apoyo de los demás gobiernos de la región, pero el último actor clave en sumarse y muy necesario fue el gobierno del Brasil, cuyo presidente Getulio Vargas visitó Buenos Aires en mayo de 1935, dando su acuerdo para que se impulse un alto al fuego en el infierno verde del Chaco”, comenta Caballero.
“De una posición defensiva en los primeros meses del conflicto, Paraguay pasó a la ofensiva en 1934 logrando recuperar territorios que los bolivianos fueron ocupando. Para 1935 ya había cruzado el río Parapití. Sin embargo, no debemos olvidar que todo esto significó sacrificios humanos de padecimientos por sed, pestes, heridas, traumas emocionales, muerte y angustia por la distancia de los seres queridos. Para 1935 los recursos se extremaron. Cada día de combate representaba un gran costo para el país, por lo que la gestión diplomática también fue ardua”, apunta González.
En este sentido, fue destacado el rol del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas en el contexto de las negociaciones diplomáticas, quien fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936 por su mediación en este conflicto y por haber inspirado un tratado antibélico que lleva su nombre.
RUMBO AL PROTOCOLO DE PAZ
“Las negociaciones comenzaron en mayo de 1935. Primeramente, el grupo mediador se reunía con cada canciller por separado. El Paraguay desde un principio estaba conteste en general con los términos del documento propuesto por los mediadores, pero Bolivia pretendía esperar el resultado de su contraofensiva, que fue detenida exitosamente por el Ejército paraguayo en la batalla de Ingavi, el 8 de junio de 1935. En ese sentido, ya el 11 se anunciaba en los medios de prensa asuncenos que se había acordado entre los países un alto al fuego, pero se estaban aún ultimando los detalles del documento final”, explica Caballero Campos.
De su parte, González subraya que el protocolo se firmó en un momento en el que ya no se podía continuar con la guerra por la dificultad para obtener recursos y el agotamiento de los combatientes. Por ello, de alguna forma la firma del protocolo de paz del 12 de junio era el camino obligatorio.
“Ya en los últimos meses de la guerra, el cansancio, la hostilidad de la naturaleza en el alto Chaco, el revés en las estribaciones andinas hicieron que la mayoría de la tropa paraguaya ya se encuentre agotada y agobiada, según se puede deducir de varios testimonios. Además, las arcas del Estado paraguayo ya estaban exhaustas luego de casi tres años de guerra. Por ello, el alto al fuego al mediodía del 14 de junio de 1935 (día en que se festeja la Paz del Chaco en Bolivia) fue celebrado por todos los combatientes, pues era algo que se anhelaba en ambos ejércitos ”, agrega Caballero Campos.
Herib Caballero Campos, historiador
En agosto de 1935 se realizó el desfile de la victoria en Asunción, pero el país estaba con una economía extenuada, con la producción mayormente a cargo de ancianos, niños y mujeres. Todo esto fue terreno fértil para que afloren de nuevo las desavenencias, los golpes de Estado, revoluciones, persecuciones e inestabilidad política.
ACUERDO FINAL
El Tratado de Paz, Amistad y Límites definitivo se rubricó el 21 de julio de 1938. El documento final fue firmado por Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por Paraguay, y Eduardo Díez de Medina y Enrique Finot por Bolivia. El acuerdo fue refrendado por un referéndum, que se realizó el 15 de agosto de ese año y tuvo una aprobación del 91 %.
En octubre de 1938, en cumplimiento de una de las cláusulas del tratado, se abrió una Comisión Mixta Demarcadora de Límites para señalizar la frontera en el terreno, que dio por concluidas sus tareas en 2007.
Por ello, recién en abril de 2009, con firma de Evo Morales por Bolivia y de Fernando Lugo por Paraguay, se oficializó el acta de cumplimiento y ejecución del mencionado tratado.
BARRERA
A poco de cumplirse el centenario de esta epopeya, la más grande del siglo pasado en el continente, que dejó cerca de 100.000 bajas, el vínculo entre ambos países sigue en parte separado por aquel territorio hostil.
“Evidentemente el Chaco hasta hoy en día es una barrera para que se dé ese relacionamiento más cercano entre bolivianos y paraguayos. Hoy la ruta Bioceánica es una oportunidad para mejorar esa integración, pero el Chaco aún hoy es un territorio despoblado, con muchas carencias y una necesidad de recibir políticas públicas que aseguren la educación, la salud y la movilidad a las poblaciones chaqueñas, tanto originarias como a las demás que habitan dicho territorio”, concluyó Caballero Campos.
Esta ciudad del departamento de Alto Paraná se encuentra en proceso de crecimiento. Su economía gira en torno al comercio, la agricultura y la ganadería. Foto: Gentileza
Itakyry: una ciudad con rica historia que va posicionándose para el turismo
Compartir en redes
A 435 kilómetros de Asunción se encuentra Itakyry, un municipio del departamento de Alto Paraná. Es una de las cinco ciudades más pobladas que integra el conurbano del Gran Ciudad del Este. Fue fundada en julio de 1946 y la superficie total es de 1.964 kilómetros cuadrados.
Lleva el nombre de Itakyry porque por muchos años fue habitada por comunidades aborígenes de la etnia Ava Guaraní y Mbya, que se asentaron a lo largo del arroyo Itakyry. Fueron ellos mismos quienes le dieron este nombre por su característica pedregosa.
En contacto con La Nación/Nación Media, el intendente de la ciudad, Miguel Ángel Soria, contó que el distrito está creciendo bastante y se posiciona como un lugar ideal para realizar turismo interno. Señaló que los habitantes de Itakyry se dedican mayormente al comercio, la agricultura, la ganadería y últimamente muchos están incursionando en el emprendedurismo. Anteriormente, era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa.
Itakyry era conocida como una de las principales productoras de yerba mate de manera artesanal. Allí existían especies de yerba nativa. Foto: Gentileza
Entre los atractivos turísticos más importantes de la ciudad, mencionó al Festival Internacional del Tereré que se desarrolla en febrero y ya lleva 27 años de celebración. También cuenta con espacios para conectarse con la naturaleza y para recreaciones que serían los arroyos, la plaza central Francisco Pagen, la plazoleta del Tereré y la doble avenida el Mensú que en todo su trayecto es alegórico a la explotación de la yerba mate .
Hospedaje
Acerca de los lugares ideales para hospedarse en Itakyry, Soria indicó que la ciudad cuenta con 15 hospedajes entre posadas, hoteles y hostales. Hay un promedio de 10 habitaciones en cada una. Es decir, más de 100 camas disponibles en la localidad.
Población
El jefe de la comuna precisó a LN que Itakyry cuenta con 45.000 habitantes, de los cuales el 60 % corresponde a la población adulta y el 40 % restante a jóvenes, según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Itakyry se encuentra en proceso de crecimiento, gracias a las gestiones de las máximas autoridades municipales. Hoy se está construyendo una pujante ciudad, a pesar de su corto presupuesto”, manifestó a LN el intendente Soria.
Resaltó que se logró, gracias a varias gestiones, que Itakyry fuera uno de los distritos priorizados por el Gobierno para seguir trabajando en beneficio de las comunidades, apostando por mejoras y oportunidades de crecimiento.
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Foto: César Arias
Su posición geográfica destaca a esta comunidad del Alto Paraná y se convirtió en un destino importante para la explotación forestal. Su principal vía de comunicación terrestre es un ramal que parte de la supercarretera, que es la que la conecta con las ciudades de Hernandarias y Ciudad del Este por las rutas PY02 y PY07.
Origen del nombre
El nombre Itakyry está formado por la unión de dos vocablos: itaky, que quiere decir piedra no saturada, en proceso de formación, y ry, que quiere decir corriente de agua. Combinando ambos vocablos se concluye con: Itakyry, es igual agua que corre sobre piedra en proceso de formación.
Arroyos
Gran parte del territorio de Itakyry está irrigado por una importante red hídrica, conformada por el río Acaray, el Ytambeý y sus afluentes. Esta abundancia de cursos de agua convierte a la zona en una región fértil y rica en biodiversidad. Entre los arroyos más destacados se encuentran el Piraitý, Ytú, Itakyry, Santo Tomás, Capiibary y Paso Itá.
Todos ellos fundamentales para el ecosistema local y el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas. El río Acaray, que bordea gran parte del distrito, se encuentra rodeado de extensos humedales y pantanos, lo que contribuye a la singular belleza paisajística de la región y potencia su atractivo para el ecoturismo.
Literatura
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú, el trabajador de los obrajes yerbateros. Esta realidad fue denunciada por escritores como Rafael Barrett en su ensayo “Lo que son los yerbales”, donde describe las condiciones inhumanas en las que vivían y trabajaban los mensúes, sometidos a un sistema cercano a la esclavitud . Augusto Roa Bastos también habló sobre esta temática en su novela “Hijo de hombre”, reflejando la dura vida en las plantaciones de yerba mate.
La historia de los yerbales en Alto Paraná está marcada por relatos de explotación y sufrimiento, especialmente en torno a la figura del mensú. Foto: Gentileza
“Melodías de una vida” se denomina el concierto que tendrá lugar esta noche en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” (Presidente Franco entre Chile y Alberdi) en honor al gran maestro de la música paraguaya Herminio Giménez (General Caballero, 20 de febrero de 1905 – Asunción, 6 de junio de 1991), en conmemoración a los 120 años de su natalicio.
La cita contará con la imponente presencia de la Orquesta Philomúsica de Asunción, que tendrá a su cargo el recorrido por la historia musical de uno de los compositores más emblemáticos del Paraguay. Tres grandes directores tendrán a su cargo las batutas de la orquesta: Luis Szarán, Miguel Ángel Echeverría y Gustavo Gómez Nardo.
SU LEGADO
Giménez, nacido en Asunción, formó parte de la Orquesta del Dr. Atilio Valentino, que fue el primer grupo en grabar un álbum completamente dedicado a la música paraguaya en 1927, contratado para el efecto por la tienda de música Viladesau de Asunción. Vivió una parte importante de su vida en el exilio, a consecuencia de sus posiciones políticas. Las entradas están a la venta a través de tuti.com.py.