Los nuevos estudiantes de la carrera de Medicina, del primer semestre Cohorte 2025, participaron en la Inducción a la Vida Universitaria, un taller diseñado para facilitar su adaptación a la formación académica que emprenderán.
La capacitación constará de dos sesiones y la primera se realizó en el edificio de Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.
Este espacio de orientación, organizado por la Dirección Académica, la coordinación de la carrera de Medicina y el Plan de Acción Tutorial, brinda información clave sobre el desarrollo del plan de estudios, los recursos académicos disponibles y las estrategias para un desempeño exitoso en la universidad. Así mismo, apunta a promover valores éticos y de responsabilidad social universitaria.
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Con una modalidad presencial, el taller permite a los estudiantes conocer a sus docentes, compañeros y el entorno académico que marcará su formación como futuros profesionales de la salud de la FCMUNA.
Participaron el director académico de la FCMUNA, Prof. Dr. Andres Szwako; el coordinador de la carrera de Medicina, Prof. Dr. Ignacio Ortiz; el jefe del Departamento de Salud Mental en apoyo a la Comunidad Académica, Prof. Dr. Julio Torales; la Coordinadora del Plan de Acción Tutorial (Patuna), Dra. Fátima González; la Jefa del Departamento de Apoyo a la Comunidad Académica, Dra. Juana Pavón, representantes del Consejo Directivo, entre otros.
Las autoridades presentes brindaron a los estudiantes informaciones claves para todo el proceso de formación, indicando que todos los estamentos de la FCMUNA trabajan en conjunto con el objetivo de alcanzar las metas curriculares.
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Con taller, capacitan en seguridad al personal del Corredor Bioceánico
Con la intención de reforzar buenas prácticas en seguridad, sostenibilidad ambiental y vinculación comunitaria, alineadas a los estándares exigidos para obras de gran impacto territorial, desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) informaron que se realizó un taller de capacitación dirigido al personal técnico y operativo del Lote 1 del proyecto Corredor Bioceánico.
Durante el encuentro se abordaron diversos temas clave. Entre ellos:
- el uso correcto de Equipos de Protección Individual (EPIs), destacando la importancia de la prevención en entornos de riesgo
- también se revisó el Plan de emergencia e inducción SySO, con protocolos de actuación ante incidentes y lineamientos de seguridad y salud ocupacional para nuevos ingresos
- la gestión responsable de residuos, con estrategias de clasificación, almacenamiento y disposición adecuada en obra
- recordaron las prohibiciones ambientales, entre ellas la caza, pesca, quema de residuos y encendido de fogatas, con el fin de proteger la biodiversidad local
- se capacitó en actuación ante derrames, instruyendo sobre procedimientos inmediatos y preventivos frente a sustancias peligrosas
- se reforzó el código de conducta comunitario, promoviendo el respeto a las comunidades locales y una convivencia basada en el diálogo, la responsabilidad y la transparencia
- se trabajó sobre el protocolo de actuación ante hallazgos patrimoniales, que instruye al personal en la forma de proceder ante el descubrimiento de elementos de valor histórico o cultural, en articulación con las autoridades competentes
“El Lote 1 del Corredor Bioceánico abarca 53,8 kilómetros, entre los kilómetros 102,5 y 156 de la ruta PY15. Está a cargo del Consorcio del Pacífico, conformado por EDB Construcciones y Enrique Díaz Benza Cano, bajo la supervisión del MOPC”, indicaron.
Corredor estratégico
Según recordaron, el Corredor Vial Bioceánico conectará el puerto de Santos, en Brasil, con el de Antofagasta, en Chile, atravesando el Chaco paraguayo.
El Tramo 3, donde se ubica el Lote 1, se extiende a lo largo de 224 kilómetros entre Mariscal Estigarribia y Pozo Hondo.
Esta obra es considerada estratégica para la integración regional, la dinamización del comercio y la reducción de tiempos logísticos, generando un fuerte impulso al desarrollo económico del país.
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Chofer boliviano sufrió infarto en Paraguay y apela a la solidaridad para costear cirugía
Un conductor boliviano que llegó a Paraguay para llevar combustible sufrió un infarto y fue internado en el hospital de Clínicas, pero requiere de una cirugía urgente para mejorar su condición. Arribó el fin de semana al país y pidió ayuda de la ciudadanía para costear los gastos médicos.
Don Ilario Avendaño, de 60 años, llegó al país la semana pasada y era el conductor del camión que se incendió en Calle Última, pero a la espera de otro vehículo sufrió un infarto. La empresa envió otro camión y conductor para remolcarlo, este fue el que sufrió afectación ante la perdida de combustible el sábado pasado.
Este lunes, Abigail Avendaño, llegó a Paraguay y se enteró del estado crítico de su padre, pero como fue abandonado por la empresa que lo envió al país apela a la solidaridad para costear la cirugía. Tanto padre como hija no tienen a nadie a quien recurrir en territorio nacional.
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“Mi padre aún esta con vida y necesita de la cirugía, un cateterismo. No tenemos ayuda de la empresa, nos abandonaron. Apelo a la solidaridad para que él pueda someterse a la cirugía y que pueda volver a nuestro país. Desde la empresa me dijeron que estaba bien”, expresó Abigail, en entrevista con C9N.
Agregó que la empresa se debe hacer responsable porque todo pasó mientras estaba trabajando. “La representante de la empresa vino por el tema de carga, lo único que le interesa es llevar los camiones. No trajo ni un pan, abandonaron a mi papá y al otro conductor, que fue afectado por el combustible derramado”, detalló.
La joven se encuentra en el predio del hospital de Clínicas, toda ayuda será bienvenida porque no tiene nada para comer o para medicamentos. Hay personas que lo ayudan con algunas cosas, pero todo aporte será bien recibido, las personas pueden contactar con Abigail lo pueden hacer al (0971) 333-105.
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Con miras a la reinserción, jóvenes crean “anillo verde” en Centro Educativo de CDE
Ciudad del Este. Agencia Regional.
Con el apoyo del Servicio Nacional de Promoción Profesional (Snpp) se ejecuta un proyecto de reinserción social de jóvenes privados de libertad del Centro Educativo de Ciudad del Este, que consiste en la creación de un anillo verde en el perímetro de seguridad de la institución. Para eso están siendo capacitados en horticultura y plantas medicinales.
El 80 % del perímetro ya está cubierto de verduras como parte del proyecto, según el director regional del SNPP, Jaime Zorrilla. El plan es que los jóvenes tengan un oficio para la producción de huertas y plantas medicinales. El proyecto prevé también trabajar con los jóvenes en venta y comercialización, siendo parte de eso la realización de su propia feria en el Centro Educativo, según Zorrilla.
Se trata de que los menores privados de libertad tengan un oficio, estén ocupados y con la comercialización puedan obtener algún ingreso económico, que les ayude a continuar sus vidas en libertad, con alguna herramienta que les sostenga, refirió el director regional del SNPP.
Son 19 personas entre 15 y 18 años las que están trabajando y capacitándose en horticultura en el centro Educativo de Ciudad del Este, tres veces por semana en horas de la mañana, según la ingeniera agrónoma Diana Ovelar, quien es la instructora del proyecto de producción hortícola.
“Son muy guapos, colaboran para la realización de las clases prácticas, escuchan mis indicaciones y las van poniendo en práctica, los menores de edad se muestran entusiasmados”, manifestó la instructora. Informó que el curso para “Productor Hortícola” tiene una carga horaria de 150 horas.
La ingeniera Ovelar detalló el trabajo contando que realizan preparación de suelo, siembra, abonado, fertilización, encalado y transplante. Aparte de la producción de hortalizas, están comenzando con la producción de plantas aromáticas para venta en masetas, con el objetivo de una posibilidad de emprendimiento en el citado rubro para generar ingresos, refirió.
La profesional dejó en claro que todo el trabajo es siempre con el acompañamiento de cuatro educadores (guardias), además del director del Centro Educativo de Ciudad del Este, Juan Carlos Orrego. Confirmó que se está trabajando en el desarrollo de una feria, quizás en noviembre, para la venta de la producción resultante del trabajo de los jóvenes.
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Casa Taller Koki Ruiz: lugar de memoria y pulsión artística
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Archivo/Gentileza
Como una manera de seguir su legado, las hijas del recordado maestro de las artes plásticas planean generar un espacio de arte colectivo en La Barraca, San Ignacio Guasu, Misiones, donde tradicionalmente culmina la procesión de Tañarandy cada Viernes Santo desde hace más de 30 años. Están dando sus primeros pasos, concibiendo las primeras obras y planean habilitar una fundación para luego perseguir el sueño de habilitar un museo permanente de la obra de su padre.
“Abriremos las puertas de la Casa Taller Koki Ruiz, en La Barraca”, cuenta Macarena Ruiz, hija del querido artista plástico, explicando que lo hacen buscando mantener su legado en “el lugar donde él vivió, creó y soñó”
Según comenta, “vamos a empezar vendiendo piezas de arte inspiradas en la obra de mi papá, para continuar con el sueño de tener un taller de artesanos, una comunidad de artistas”, apunta.
Una tarea que el propio Koki inició con el taller Felipe Santiago Apocatú, nombrado así en homenaje a un artesano indígena de la época de las reducciones, donde, acompañado de amigos artistas de San Ignacio, buscaban recuperar el espíritu creador de aquellos aprendices que se hicieron verdaderos maestros.
“Hacían reproducciones de piezas decorativas y algunas tallas de la época jesuítica como ángeles querubines, músicos, con volutas, con flores, una experiencia muy rica”, dice Macarena desde Tañarandy, “la tierra de los irreductibles”, colonia vecina a San Ignacio, Misiones, a 230 kilómetros de Asunción.
Esa tarea fue un antecedente importante para lo que desarrollaría luego en el intenso trabajo comunitario que alumbró los afamados retablos que prepararon para la visita del papa Francisco y se emplazaron en el parque Ñu Guasu en 2015 y en los actos por la beatificación de Chiquitunga realizados en la Nueva Olla del Club Cerro Porteño en junio de 2018.
CONTINUIDAD
“Queremos que eso continúe, honrar el sueño que tenía”, apunta señalando que los primeros trabajos irán enfocados a la creación de “piezas inspiradas en sus cuadros, con las temáticas de canoeros y lavanderas que caracterizaron a Koki”.
Tal es así que en la casa taller ya se encuentran trabajando Macarena, su hermana Almudena; el tallador Ramiro Corbalán, Joel Maidana y Muñeca Rodríguez con las primeras obras que próximamente saldrán a la venta.
“No está todavía abierta al público, pero esta semana publicaremos en nuestras redes fotos de las piezas y a partir de cuándo la gente puede acercarse a adquirirlas”, explica.
La idea es, a partir de los recursos que se generen, abrir una fundación que les permita reactivar talleres y residencias en la casa taller “para que todo sea tal cual como en el inicio, donde más cantidad de artesanos puedan aprender, formarse y hacer piezas que tengan que ver con el estilo barroco de las reducciones jesuíticas, por ejemplo”, dice.
“Si bien Koki vivía de los cuadros que hacía, lo que le gustaba era tener a su equipo y trabajar en conjunto. Su sueño fue poder tener ese estilo de vida y creó sus trabajos más importantes junto al equipo y queremos recrear eso”, apunta.
INSPIRACIÓN
“Las primeras tallas de madera reproducen a varias lavanderas que fueron pintadas en el estilo con el que él lo hacía, cuadros muy coloridos de las mujeres lavando la ropa”, adelanta.
“Estaremos atentas a la repercusión que podamos tener, entender si estamos en el camino correcto, es como una prueba y estamos avanzando de a poquito”, señala.
En este momento “estamos trabajando con gente que conocemos, se comunicó un grupo de artistas que quería venir a conocer, pero les dijimos que todavía no será en esta etapa. Ahora damos este paso para ver si se venden las obras y poder ir al siguiente paso, que sería habilitar la fundación”, concluye.
El sueño de un museo
“Este es un primer paso para poder abrir la fundación y hacer posible más adelante un museo de Koki Ruiz”, describe Macarena Ruiz sobre el inicio de actividades en la casa taller en La Barraca, donde el gran artista nacional concebía sus obras.
Con miras al museo, se están buscando obras para incorporar al acervo. “Tenemos tres cuadros que pudimos conseguir y queremos que el museo tenga un lugar fijo para exponer siempre sus obras, pero sería el último paso de este proyecto”, señala.
Macarena cuenta que hay galeristas que tienen una importante cantidad de obras de Koki y que algunos esbozan la posibilidad de una muestra de sus obras, difíciles de conseguir y de buen precio en el mercado de arte local.
“Casa Taller le llamamos porque es en La Barraca donde hoy él descansa y donde creó todas las obras que más conocemos”, destaca del espacio.
“Sus inicios fueron en Asunción, donde le iba bien pintando y vendiendo individualmente. De hecho, lo podía seguir haciendo, pero al venir aquí a San Ignacio dio otro paso más en su creación, al estar en comunidad, en su casa taller, todo partía de aquí, así que para nosotros es un espacio/refugio de su memoria y hogar del pulso de su arte”, expone.
“Aquí seguimos trabajando con nuestras manos, transformando la materia humilde –la misma que siempre estuvo presente en este lugar– en obra viva. Cada pieza que nace en este taller busca mantener vivo su espíritu, su mirada y su forma de entender el mundo. Porque hoy, la casa taller no es solo un lugar: es una proyección de sus obras y un homenaje de quienes lo recordamos a través de su arte”.