- Ciudad del Este. Agencia Regional.
El cambio del nombre de Ciudad del Este para dejar de evocar al depuesto dictador Alfredo Stroessner fue oficializado en un plebiscito realizado en la Plaza de la Paz, liderado por colorados disidentes al stronismo en el tramo final del régimen militar. El intendente era Óscar Ovelar, designado tras el golpe de febrero de 1989, que coincidió con la fecha fundacional de la capital del Alto Paraná, el 3 de febrero de 1957.
El nombre “Ciudad del Este” ya había surgido en las reuniones del extinto líder colorado, Luis María Argaña (1932-1999), cuenta el historiador Néstor Gamarra, en esta segunda entrega de La Nación/Nación Media, como adelanto del libro en que está trabajando sobre la historia de la ciudad y de la región.
“Antes del golpe, el doctor Luis María Argaña venía realizando una serie de reuniones contra la cúpula política en varias localidades del país. Cuando debía hacerlo en Presidente Stroessner, una señal de protesta fue no usar ese nombre a nivel interno y decir que la reunión sería en la ciudad del Este”, reveló Gamarra. En una entrevista al exintendente Óscar Ovelar para el libro le había señalado que, cuando asumió, “la gente ya pedía el cambio de nombre”.
“Entonces, se hizo una consulta popular (plebiscito) en la plaza de la Paz; se pusieron las urnas un domingo y fueron acercados varios nombres: San Blas, Flor de Lis, Ciudad Libertad, Ciudad Jardín, Alto Paraná y la que ya se venía usando, Ciudad del Este”, relató Óscar Ovelar al historiador.
Explicó que “en varias entrevistas con pioneros y personalidades de la época, se pudo notar una gran controversia por el cambio de nombre y el sistema utilizado; se pudo evidenciar que la votación no fue para nada democrática”.
“Algunos entrevistados mencionaron que votaron más de una vez, principalmente los funcionarios municipales de la época. Aunque se salía de una dictadura, se vieron las mismas prácticas, no sólo con el proceso de cambio de nombre sino con la distribución de propiedades que, ahora no viene al caso, pero que aún se debe realizar un estudio profundo al respecto”, indicó el historiador.
CDE pudo ser Paranambú
Pasado el plebiscito, la decisión final estaba en el Congreso Nacional. “En julio de 1989, la comisión de Asuntos Municipales de la Cámara Alta presentó su dictamen teniendo en cuenta el resultado de la consulta popular que se había realizado meses antes. Pero, en base a publicaciones periodísticas de la época y la Biblioteca del Congreso, siguió la controversia y el debate en el Parlamento para definir el nombre”, según Néstor Gamarra.
El sector opositor y su líder la bancada del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) de la época, Domingo Laíno, propusieron el nombre Paranambú, argumentando que “va a expresar un homenaje justo a nuestros antepasados, que son nuestros padres”, en alusión a los habitantes naturales de estas tierras.
Otra justificación fue que, con Paranambú, se formaría un triángulo guaranítico con los nombres de las otras dos ciudades de la triple frontera, Iguazú, Foz de Yguazú y, del lado paraguayo, Paranambú, contó Néstor Gamarra.
Fueron propuestos otros nombres y con 18 votos a favor quedó “Ciudad del Este”, propuesto por el senador José D. Ovelar y la Comisión de Asuntos Municipales. Lo de Paranambú quedó sin efecto y uno de los argumentos en contra fue la existencia del Puerto Paranambú de Domingo Martínez de Irala.
Impulsar la economía naranja
En cuanto a las perspectivas de Ciudad del Este, según Néstor Gamarra, “hay que reconocer que tal potencia económica y comercial que fue algún día Ciudad del Este, ya difícilmente pueda volver a serlo”. Agregó que “para eso hay que buscar diversificar la economía y no apuntar sólo al comercio de la triple frontera. Es necesario realizar planes estratégicos para industrializar la zona, fomentar la producción y los servicios”.
Consideró que se debe “impulsar la economía naranja en la zona, buscando atraer a los millones de turistas por año que vienen en la región, por medio de la puesta en valor de sitios históricos y la rica cultura nuestra”. Refirió que todo eso debe nacer en varios niveles y estamentos, incluyendo las universidades con nuevas carreras que el mercado requiere, proyectado a nuevas demandas globales.
Reclamo sobre pioneros
Para el historiador, a propósito del aniversario de la ciudad, considera que los pioneros no han sido bien tratados, no existen coberturas de salud que los tenga en cuenta, el área más sensible en esta etapa de sus vidas.
“Nuestros guapos pioneros, que llegaron jóvenes entre los años 70 y 80, alcanzaron la tercera edad. Esos que trabajaron esta tierra para que hoy sea lo que es, los que vinieron durante la construcción de Itaipú y el auge del microcentro, están en esa vidriosa etapa donde necesitan apoyo en todos los sentidos”, puntualizó.
* Néstor Gamarra es licenciado en Historia y Antropología, químico industrial, doctor en Administración.