Por Sara Valenzuela (sara.valenzuela@nacionmedia.com)

“Mombyry asyetégui aju ne rendápe...” (De tan lejos vengo junto a vos) expresan los primeros versos del poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero en una de las guaranias más conocidas de José Asunción Flores. Hace 33 años se registraba el retorno de los restos del creador de la guarania, que marcó un hito histórico del Paraguay, cuando el artista finalmente pudo descansar en su amada tierra tras estar fuera de su país desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado político. El 11 de noviembre de 1991 la atención del país se volcaba en el aeropuerto para la bienvenida del gran maestro, a casi dos décadas de su fallecimiento en 1972.

Los restos del aclamado músico paraguayo fueron recibidos con una multitudinaria demostración de admiración y fueron sepultados en un mausoleo cubierto de una lápida de mármol, en una plaza asuncena, a orillas del arroyo Mburicaó.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

“Fue como si el país hubiera recuperado al más eminente de sus artistas. Y así fue. La presencia de los restos del maestro en su patria fue como una reconciliación, largamente soñada, entre la cultura y la patria”, comentó Alcibiades González Delvalle periodista y editor del libro “Memorias. José Asunción Flores”, basado en escritos autobiográficos del músico en conversación exclusiva con La Nación / Nación Media.

Podés Leer: Paraguay a través de sus Tratados: histórico archivo estará en exposición

Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina), a consecuencia de complicaciones del mal de Chagas; y si bien su reputación como destacado músico a nivel internacional lo precedía, por su afiliación al Partido Comunista, el gobierno de la época no tenía intenciones de repatriar sus restos y mucho menos rendirle un homenaje a pesar del legado que dejó al Paraguay.

González Delvalle destacó que si bien se creó una comisión que gestionara su repatriación, todos los miembros fueron amenazados con la certeza de que las cenizas del maestro nunca vendrían al Paraguay, pero cuando cayó la dictadura en 1989, se reactivó la comisión en Asunción y Buenos Aires, cuyas gestiones culminaron en noviembre de 1991 con los restos de Flores en el Paraguay.

Foto: CMG/NM

Hijo de la Chacarita

En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro. Hijo de María Magdalena Flores, una lavandera, y Juan Volta, un guitarrista.

Sus primeros años estuvieron marcados por interminables caminatas por Asunción, en donde trabajaba como lustrabotas, cartonero, repartidor de periódicos y cualquier trabajo que un niño en situación vulnerable pudiera realizar para ayudar al sustento del hogar.

Un castigo que lo cambió todo

Dentro de sus memorias, José Asunción Flores comentó que en una ocasión fue detenido por la Policía por robar un pedazo de pan de un negocio del barrio San Roque y terminó en un calabozo, y que tras este episodio y sus constantes huidas del hogar debido al maltrato de su padrastro, su propia madre, como un castigo, lo lleva a los 11 años a la Guardiacárcel en la Policía para que aprendiera un oficio; de ese lugar es derivado con otros niños como ayudantes de la Banda de la Policía e integran una bandalisa.

Así, José inicia sus estudios musicales junto a maestros italianos y paraguayos, y un modo de vida más disciplinado y formal, logrando pronto ocupar el sitio de trombonista, gracias a su habilidad musical; casi al mismo tiempo inicia sus estudios más formales de escrituración correcta de la música paraguaya y el estudio de la misma en profundidad.

Instrumentos utilizados por el músico exhibidos durante una muestra en el Centro Cultural el Cabildo. Foto: Emilio Bazan.

En nacimiento de la guarania

Tomando como material de trabajo la polca “Maerapa reikuaase” de Rogelio Recalde, y realizando diferentes, arreglos a la misma, comienza a experimentar en la búsqueda de un ritmo que según el mismo, expresara el sentimiento de la gente de su tierra, su naturaleza, su historia, sus luchas, sus alegrías y sufrimientos.

El maestro Pellegrini le permitió ensayar su partitura con la Banda de la Policía y esa “solidaridad” marcó un punto de partida, ya que le permitió escuchar una estructura que se encaminaba a ser la guarania.

En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de este género musical. El autor había elegido el nombre “guarania”, inspirado en versos de “En la fiesta de la raza” del poeta misionero Guillermo Molinas Rolón, publicado en 1913, que descubrió en el libro “Parnasos”.

“La guarania le dio una pronta popularidad a su creador. Se hicieron muy conocidas piezas como “Ka´aty”, “Arribeño resay” e “India”. La melodía de “India” llegó a cautivar al gran poeta, Manuel Ortíz Guerrero, quien pidió conocer personalmente a su autor y partir de aquí, una ejemplar amistad unió al poeta y al músico”, relató González Delvalle.

Destacó que fue el mismo Manuel Ortiz Guerrero quien le insistió a su amigo que fuera a Buenos Aires entendiendo el limitado espacio asunceno para los artistas inteligentes; y así fue como en la década de los 30 y tras haber sido combatiente en la Guerra del Chaco se alejó de su país para conocer nuevos escenarios y seguir creciendo como artista, sin olvidar nunca a su amado Paraguay.

En la década de los 30 y tras haber sido combatiente en la Guerra del Chaco, Flores se alejó de su país para conocer nuevos escenarios y seguir creciendo como artista, sin olvidar nunca a su amado Paraguay. Foto: Gentileza

Su legado

“José Asunción Flores, merece un sitial único porque él le dio a la humanidad un nuevo género musical, no solo un legado a la música paraguaya, porque él le da a la humanidad un nuevo género musical, y hay que ver cuantos compositores a lo largo de la historia universal le dieron un género musical a la humanidad y ese nivel, esa estrella la tiene José Asunción Flores”, destacó el compositor y cantante Francisco Russo en conversación con La Nación.

El mismo remarcó la valentía y el amor hacia su patria que demostró el maestro Flores a lo largo de su vida, recordando que debió ser persuadido por su amigo para salir del país, alejarse de las trincheras y seguir creciendo así fuera a costa de estar lejos de sus raíces por países extranjeros donde, si bien fue aplaudido, reconocido y aclamado, nunca olvidó su hogar ni dejó de lado su intención de volver al Paraguay.

El Ateneo Cultural José Asunción Flores (fundado en 1999) inició en 2009 los trámites ante la oficina de la Comisión Paraguaya de cooperación con la Unesco en el Ministerio de Educación para que la guarania sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Foto: Archivo

El Ateneo Cultural José Asunción Flores (fundado en 1999) inició en 2009 los trámites ante la oficina de la Comisión Paraguaya de cooperación con la Unesco en el Ministerio de Educación para que la guarania sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Como primer paso de esta iniciativa, el Parlamento declaró, en 2010, a la guarania como Patrimonio Cultural de la República del Paraguay por ley 4072.

“Ahora a nosotros como paraguayos nos queda la tarea de honrar ese legado, y la difusión de su obra es una de las maneras de honrar su legado, eso sin contar que estamos a la espera de que la guarania pueda ser considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, cosa que hará que todos los paraguayos podamos decir fíjense y corroboren cuán importante fue lo que hizo un compatriota nuestro”, reconoció Russo.

Un lugar que no lo olvida

La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continúa en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita. La misma se encontraba deteriorada por el paso del tiempo, cuando el músico y promotor cultural Arturo Pereira solicitó al municipio asunceno la restauración del sitio histórico, y fue reinaugurada como casa museo.

Si bien los esfuerzos de la familia Pereira fueron muchos para lograr que la casa museo prevalezca por su gran importancia histórica, la falta de rubros para este fin ha hecho que en el lugar no quede más que la casa, ya sin elementos históricos debido a que pueden ser robados, como ocurrió en una oportunidad donde una partitura que era la pieza más valiosa de la exposición fue robada y nunca recuperada.

La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores. Foto: Sara Valenzuela

Actualmente, la casa de José Asunción Flores es atendida y mantenida por Enrique Pereira y sus familiares, quienes abren el lugar a los turistas que quieran visitar el que fuera hogar del creador de la guarania y disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de la zona, desde donde se puede observar la bahía de Asunción y la costanera.

En la zona también se pueden ver varios murales realizados por diferentes artistas que buscan perpetuar y recordar el paso de este gran músico por los pasillos que conducen a otras áreas del barrio; este homenaje solo refleja el gran respeto y admiración que aún guardan los vecinos del lugar que alguna vez fue el hogar de José Asunción Flores.

Uno de los murales que adornan la zona de Punta Karapá. Foto: Sara Valenzuela

Datos Clave

  • Un 11 de noviembre de 1991, fue cuando finalmente los restos del creador de la guarania descansaron en su amado Paraguay, tras estar 44 años fuera de su país, desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado.
  • En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro.
  • En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de la guarania como género musical.
  • Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina).
  • La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continua en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita.

Lea También: Patriotismo y luto: el legado del 23 de octubre

Déjanos tus comentarios en Voiz