En la fecha se conmemora el Viernes de Dolores, día en que se recuerda el sufrimiento de la Virgen María. Con el Domingo de Ramos se inicia la semana Santa Foto: Archivo
En la fecha se conmemora el Viernes de Dolores, día en que se recuerda el sufrimiento de la Virgen María por su amado hijo Jesucristo, hoy, en varias parroquias se realizan procesiones para acompañar el dolor de la madre de Dios. Recuerdan que el Domingo de Ramos lo importante es recibir a Jesús en el corazón.
Según el padre Ever Chamorro Martínez, de la parroquia Virgen del Pilar, de Capiatá, en la fecha se acompaña a María en su dolor y sufrimiento, que como madre vio todo lo que pasó Jesús, previo a su fallecimiento en la cruz (el Viernes Santo). “Ella (Virgen María) vio cómo su hijo fue torturado y sufrió mucho por nuestros pecados, hoy nos adherimos al sufrimiento de la Virgen”, detalló en entrevista con La Nación/Nación Media.
Agregó que se trata de una fecha muy especial para la feligresía católica y en algunas parroquias realizan procesiones para recordar la pasión de Jesús. “En nuestra parroquia realizamos la procesión a las 17:00 desde la ex ruta uno, para preparar nuestro corazón y nos pondremos a disposición para la Semana Santa. Luego ya en la parroquia vamos a tener la santa misa a las 19:00″, confirmó.
El sacerdote resaltó que el Domingo de Ramos se inicia oficialmente la Semana Santa y pidió a las personas asistir a misa y que no pongan como excusa el no tener las palmas para no ir, puesto que lo importante es preparar el corazón para los días santos. “Realmente lo más importante es que ese día el Señor nos bendiga el corazón, porque recordamos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén”, señaló.
Agregó que se trata de una misa muy especial porque da inicio a los días santos para terminar con la resurrección de Jesucristo. “La palma tiene un significado muy profundo y espiritual, pero no es solo lo que vemos físicamente, sino que, aquello que me lleva a ese momento maravilloso del encuentro con Jesús”, puntualizó.
El Viernes de Dolores se enmarca dentro de la cuaresma y es el anticipo de la Semana Santa, en el que se recuerda los sufrimientos de María hasta la muerte de su hijo crucificado.
El Domingo de Ramos es para conmemorar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde lo recibieron con palmas, pero en la actualidad se lo recibe en el corazón. Ese día inicia la Semana Santa.
Para el papa Francisco, el 2024 es el año de la oración, por lo que desde la Iglesia Católica instan a que la Semana Santa sea días de oración, perdón y mucha reflexión en familia.
Insta a la oración durante la Semana Santa. Foto: Archivo
Las hijas de Koki Ruiz, Macarena y Almudena Ruiz, junto con otros artistas ya se encuentran trabajando en las primeras obras que próximamente saldrán a la venta
Casa Taller Koki Ruiz: lugar de memoria y pulsión artística
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Jorge Zárate
jorge.zarate@nacionmedia.com
Fotos: Archivo/Gentileza
Como una manera de seguir su legado, las hijas del recordado maestro de las artes plásticas planean generar un espacio de arte colectivo en La Barraca, San Ignacio Guasu, Misiones, donde tradicionalmente culmina la procesión de Tañarandy cada Viernes Santo desde hace más de 30 años. Están dando sus primeros pasos, concibiendo las primeras obras y planean habilitar una fundación para luego perseguir el sueño de habilitar un museo permanente de la obra de su padre.
Las primeras tallas de madera reproducen a varias lavanderas que fueron pintadas en el estilo colorido de Koki Ruiz
“Abriremos las puertas de la Casa Taller Koki Ruiz, en La Barraca”, cuenta Macarena Ruiz, hija del querido artista plástico, explicando que lo hacen buscando mantener su legado en “el lugar donde él vivió, creó y soñó”
Según comenta, “vamos a empezar vendiendo piezas de arte inspiradas en la obra de mi papá, para continuar con el sueño de tener un taller de artesanos, una comunidad de artistas”, apunta.
Una tarea que el propio Koki inició con el taller Felipe Santiago Apocatú, nombrado así en homenaje a un artesano indígena de la época de las reducciones, donde, acompañado de amigos artistas de San Ignacio, buscaban recuperar el espíritu creador de aquellos aprendices que se hicieron verdaderos maestros.
“Hacían reproducciones de piezas decorativas y algunas tallas de la época jesuítica como ángeles querubines, músicos, con volutas, con flores, una experiencia muy rica”, dice Macarena desde Tañarandy, “la tierra de los irreductibles”, colonia vecina a San Ignacio, Misiones, a 230 kilómetros de Asunción.
Koki inició su labor comunitaria en el taller Felipe Santiago Apocatú, nombrado así en homenaje a un artesano indígena de la época de las reducciones
Esa tarea fue un antecedente importante para lo que desarrollaría luego en el intenso trabajo comunitario que alumbró los afamados retablos que prepararon para la visita del papa Francisco y se emplazaron en el parque Ñu Guasu en 2015 y en los actos por la beatificación de Chiquitunga realizados en la Nueva Olla del Club Cerro Porteño en junio de 2018.
CONTINUIDAD
“Queremos que eso continúe, honrar el sueño que tenía”, apunta señalando que los primeros trabajos irán enfocados a la creación de “piezas inspiradas en sus cuadros, con las temáticas de canoeros y lavanderas que caracterizaron a Koki”.
Tal es así que en la casa taller ya se encuentran trabajando Macarena, su hermana Almudena; el tallador Ramiro Corbalán, Joel Maidana y Muñeca Rodríguez con las primeras obras que próximamente saldrán a la venta.
“No está todavía abierta al público, pero esta semana publicaremos en nuestras redes fotos de las piezas y a partir de cuándo la gente puede acercarse a adquirirlas”, explica.
La idea es, a partir de los recursos que se generen, abrir una fundación que les permita reactivar talleres y residencias en la casa taller “para que todo sea tal cual como en el inicio, donde más cantidad de artesanos puedan aprender, formarse y hacer piezas que tengan que ver con el estilo barroco de las reducciones jesuíticas, por ejemplo”, dice.
“Si bien Koki vivía de los cuadros que hacía, lo que le gustaba era tener a su equipo y trabajar en conjunto. Su sueño fue poder tener ese estilo de vida y creó sus trabajos más importantes junto al equipo y queremos recrear eso”, apunta.
En el año 1998 Koki Ruiz decidió volver al paisaje de su infancia, La Barraca, en el que se asentó junto con su familia con la intención de dedicarse al arte en su comunidad
INSPIRACIÓN
“Las primeras tallas de madera reproducen a varias lavanderas que fueron pintadas en el estilo con el que él lo hacía, cuadros muy coloridos de las mujeres lavando la ropa”, adelanta.
“Estaremos atentas a la repercusión que podamos tener, entender si estamos en el camino correcto, es como una prueba y estamos avanzando de a poquito”, señala.
En este momento “estamos trabajando con gente que conocemos, se comunicó un grupo de artistas que quería venir a conocer, pero les dijimos que todavía no será en esta etapa. Ahora damos este paso para ver si se venden las obras y poder ir al siguiente paso, que sería habilitar la fundación”, concluye.
El sueño de un museo
“Este es un primer paso para poder abrir la fundación y hacer posible más adelante un museo de Koki Ruiz”, describe Macarena Ruiz sobre el inicio de actividades en la casa taller en La Barraca, donde el gran artista nacional concebía sus obras.
Con miras al museo, se están buscando obras para incorporar al acervo. “Tenemos tres cuadros que pudimos conseguir y queremos que el museo tenga un lugar fijo para exponer siempre sus obras, pero sería el último paso de este proyecto”, señala.
Macarena cuenta que hay galeristas que tienen una importante cantidad de obras de Koki y que algunos esbozan la posibilidad de una muestra de sus obras, difíciles de conseguir y de buen precio en el mercado de arte local.
“Casa Taller le llamamos porque es en La Barraca donde hoy él descansa y donde creó todas las obras que más conocemos”, destaca del espacio.
“Sus inicios fueron en Asunción, donde le iba bien pintando y vendiendo individualmente. De hecho, lo podía seguir haciendo, pero al venir aquí a San Ignacio dio otro paso más en su creación, al estar en comunidad, en su casa taller, todo partía de aquí, así que para nosotros es un espacio/refugio de su memoria y hogar del pulso de su arte”, expone.
“Aquí seguimos trabajando con nuestras manos, transformando la materia humilde –la misma que siempre estuvo presente en este lugar– en obra viva. Cada pieza que nace en este taller busca mantener vivo su espíritu, su mirada y su forma de entender el mundo. Porque hoy, la casa taller no es solo un lugar: es una proyección de sus obras y un homenaje de quienes lo recordamos a través de su arte”.
La oración es un tiempo desperdiciado, si no se entiende su propósito. Nuestros motivos de oración deben de estar conformes a la voluntad de Dios, que es su Palabra (1 Juan 5.14-14). Tenemos que entender claramente el cómo orar y por qué orar. Si no entendemos esto, no habrá motivaciones para seguir orando.
Básicamente, el orar debe ser con una motivación y un deseo por comunión con Dios (Salmo 42.1-2). La sensación de estar separados de Dios nos lleva a clamar por su presencia: Deseo su presencia, me siento solo sin ella; anhelo su comunión y eso me mueve a orar (Salmo 63.1-8).
Habíamos dicho que el Padre Nuestro es el ejemplo de oración más famoso del cristianismo. Jesús no nos lo dio para ser repetido de manera mecánica o como un mantra. Limitarlo a eso es quitarle toda la inmensa carga de enseñanza y riquezas que tiene en sí mismo.
Al orar debemos desear ver la gloria de Dios; remover el estorbo del pecado de nuestra vida (Romanos 3.23).
Vemos en el Salmo 32.1-7 que David, literalmente, se enfermó a causa de la culpa. Su cuerpo soltó bilis, su sangre se contaminó, su boca se secó, bajaron sus defensas corporales a causa de la angustia del pecado oculto, tuvo enfermedades de índole sicosomática y clamó. Demos preguntarnos: ¿Nos afecta así el pecado?, ¿así nos sentimos cuando fallamos a Dios?
El mal se disfraza de muchas cosas, es sutil y complejo. La Biblia dice que Satanás tiene capacidad aun de disfrazarse de ángel de luz. Tenemos que pedir a Dios en todas las cosas discernimiento para vencer el mal. Salomón pidió a Dios discernimiento (1 de Reyes 3.9). Hay cosas que se disciernen espiritualmente (1 de Corintios 2.14). El discernimiento es un don que Dios da.
Debemos orar para que Dios nos dé conocimiento de Él y deseo de conocer más a Dios y que los demás le conozcan (Efesios 1.16-18).
Debemos de orar por el deseo de dar gracias por las bendiciones pasadas (Salmo 44.1-3). Si realmente estamos agradecidos a Dios por sus bendiciones pasadas, esto nos motivará a orar.
Un deseo por aliviar el temor y la preocupación (Filipenses 4.6-7). Un anhelo por la salvación de los perdidos (Romanos 10.1; 1 Timoteo 2.1). Esto habla de la compasión y el amor cristiano.
Realicemos un examen espiritual: Si no quiero orar es porque está afectado mi deseo, y eso debe de ser analizado. Ver si estamos en la fe. Ver por qué estamos enfermos espiritualmente. Mirar qué terreno ya ganó Satanás en tu corazón y empezar a recuperar lo perdido.
Tomá decisiones. Solo vos podés hacerlo. Clamá a Dios que ponga en vos el querer y el hacer. Acercate a Dios para que él se acerque a ti. Mientras más buscas de Dios, más necesidad vas a tener cada vez de orar y buscar su presencia. Orá por los problemas de tu vida y de las aflicciones que te rodean. Alabá a Dios en todo tiempo para entrar en las profundidades del Espíritu.
Uno de los discípulos pidió a Jesús que les enseñara a orar. Y Él les enseñó el Padre Nuestro y después les hizo un discurso sobre la importancia de la oración.
El Padre Nuestro es, sin dudas, la mejor oración que tenemos pues nos fue entregado por el propio Dios que se hizo carne. A veces me asusto cuando algunas personas, aunque con muy buena intención, atribuyen poderes casi mágicos a otras oraciones y colocan en un segundo plano la oración del Padre Nuestro. No digo que no tengamos bellísimas oraciones, muchas de ellas hechas por santos, y que nos ayudan a rezar mejor, pero ninguna se puede comparar con aquella que nos dio Jesús.
Nos decía santa Teresa De Ávila, que quien quisiera hacer una hora de buena oración, bastaría hacer en este tiempo un Padre Nuestro, meditando en sus palabras, y esto sería suficiente. Seguramente esta es una mujer que aprendió a rezar con Jesús.
El Padre Nuestro es una oración completa. Allí damos gloria a Dios, no porque Él tenga necesidad de nuestras alabanzas, sino porque para nosotros es fundamental reconocer su gloria a fin que podamos descubrir quiénes somos y hacia dónde debemos ir. En el Padre Nuestro nos abrimos a la acción de Dios y expresamos nuestra confianza en su gracia.
Decir “hágase tu voluntad” es muy comprometedor, pero es el único camino para nuestra real felicidad. Dentro de esto “hágase”, le presentamos nuestras necesidades: el pan cotidiano, el perdón, la protección. Pero después de darnos esta maravillosa oración, Jesús insiste mucho sobre la importancia de orar.
El tema central de su discurso es la perseverancia. Nuestra oración debe ser perseverante. La debemos hacer con insistencia. No basta decir: ya le pedí una vez, ahora solo me resta esperar. Es en la constancia de la oración que reside su eficacia.
El ejemplo que nos da Jesús del hombre que en la madrugada insiste con el vecino hasta que se le atienda, si no por amistad, al menos para no ser más molestado, es muy claro. También nosotros debemos pedir y pedir, llamar y llamar hasta que el Señor nos escuche.
Con todo, es importante tener claro que existen tres clases de cosas que podemos pedir a Dios:
a) cosas que colaboran para nuestra salvación, para nuestro crecimiento como personas.
b) cosas que son indiferentes para la vida en Dios, pero que nos ayudarán a ser más felices en ciertas situaciones.
c) y otras cosas que, aunque no nos demos cuenta, nos harán daño o al menos colocará en peligro nuestra salvación.
En cuanto a las primeras, podremos decir que Dios es el primer interesado en nuestra salvación. Este es el regalo que Él más nos quiere dar, y no negará a nadie que lo pida.
En cuanto a las segundas, dependerán de nuestra insistencia, de las motivaciones que tengamos. Del cómo las pedimos. Del cuánto realmente son importantes para nosotros. (Como un padre de familia siente placer en regalar a su hijo, en alguna oportunidad especial, alguna cosa, que sabe que lo desea mucho porque siempre lo pide, aunque no sea esencial para su vida, así también Dios hace con nosotros).
Mas, si nosotros le pedimos una cosa que no nos hará bien, o nos puede hacer daño, es natural que Él no nos conceda, aunque pasemos toda la vida insistiendo. Dios es nuestro padre y por sobre todo nos quiere defender y proteger. Así como a un niño pequeñito que pide a sus padres un cuchillo afilado, ellos por cierto le negarán, aunque él pida entre lágrimas, también a nosotros, porque nos ama, Dios algunas veces no nos atiende.
Pero no nos olvidemos, orar no es solo hacer listas de pedidos. Es también agradecer, reconocer los beneficios, conocer todo lo que ya hizo Dios y alabarlo. Y por, sobre todo, oración es diálogo, no es monólogo. Debemos estar también dispuestos a escuchar a Dios, a contemplarlo, a dejarse tocar por Él.
La oración debe volverse en nuestra vida “respiración de amor”.
El Señor te bendiga y te guarde.
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
En el marco de la celebración de la fiesta patronal de San Charbel, este domingo se llevaron a cabo varias actividades de las cuales participaron los devotos. Foto: Néstor Soto
Fieles celebraron hoy a San Charbel con procesión vehicular y varias actividades
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En el marco de la celebración de la fiesta patronal de San Charbel, este domingo se llevaron a cabo varias actividades de las cuales participaron los devotos de manera multitudinaria. La organización de esta fiesta anual estuvo a cargo de la Misión Libanesa Maronita del Paraguay y la Parroquia San Charbel.
La actividad con la que se iniciaba esta jornada tan especial fue una procesión vehicular con la imagen de San Charbel durante la cual se visitó a las capillas aledañas. Este momento fue acompañado por los Heraldos del Evangelio, quienes amenizaron este momento de oración con cantos clásicos.
Posteriormente, cerca del mediodía, fue celebrada una misa de sanación, la cual fue presidida por el cardenal Adalberto Martínez, arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción. Así también acompañó monseñor Vincenzo Turturro, nuncio apostólico del Paraguay.
Durante la misma se entronaron las reliquias de la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado y se bendijo el aceite curativo de San Charbel. Finalizado este momento, de oración y regocijo, se procedió a la revelación de una placa conmemorativa al santo y su impacto en la vida de los fieles.
Las celebraciones en torno a San Charbel se iniciaron previamente con un triduo de misas en donde se rezaba el rosario y los fieles compartían la eucaristía. Este proceso de preparación para la fiesta patronal fue acompañado por las capillas Inmaculada Madre de Cristo, San Roque González, Medalla Milagrosa, San Cayetano, Virgen del Rosario, San Miguel, San Eugenio de Mazerod, San Francisco de Asís y la capilla Caacupemí.
Durante la procesión vehicular con la imagen de San Charbel se visitó a las capillas aledañas. Foto: Nestor Soto