Tras darse a conocer la noticia del fallecimiento de Gustavo Notario Armoa, uno de los trabajadores de la fábrica de embutidos Ochsi, donde se registró la explosión de un tanque de amoníaco que afectó a más de 30 personas, los reproches hacia la empresa respecto a la falta de asistencia no se hicieron esperar por parte de los familiares.
La viuda de Notario, Laura Amarilla, manifestó que ni ella ni los familiares de los demás afectados recibieron la noticia del accidente por parte de los responsables de la empresa, sino que fueron informados por otros trabajadores y familiares de los mismos que en cadena se fueron enterando del siniestro y conforme llegaban al hospital constataban el estado de los demás pacientes.
“Cómo es posible que una empresa como Ochsi, prestigiosa, no pueda evitar estas cosas; a él le alcanzó la explosión, le quiso ayudar a otros compañeros y por eso se quedó ahí. Nadie de la empresa se comunicó conmigo, a mí me escribió la esposa de otro compañero contándome que estaban en el hospital y hasta que falleció nadie apareció por acá”, indicó Amarilla a los medios de comunicación.
La mujer exigió que la empresa se haga cargo de lo ocurrido y del saldo de víctimas que este accidente provocó, ya que se dio en el interior de la empresa y en el horario de trabajo, destacó que, por el contrario, de las versiones dadas en el comunicado presentado por la firma, los contenedores de amoníaco se encuentran en el interior de la fábrica en el sector de los vestuarios y todos están expuestos al mismo.
“Quiero que se hagan responsables, ellos lanzaron un comunicado de que sus embutidos estaban bien, siendo que todo su personal están supermal y a ellos solo les importó sus embutidos; ellos no tienen un equipo de seguridad para esto, ellos solo usan un casco y un tapaboca de tela, que les va a proteger eso de algo como el amoníaco”, remarcó Amarilla.
Por su parte, José Notario, hermano del fallecido, confirmó que la familia estaba a punto de llevarse el cuerpo de su hermano cuando un representante de la empresa notificó a su padre que contaban con una empresa que se encargaría del velorio y el sepelio y que esto recién ocurrió luego de que los reclamos tomaran estado público, motivo por el cual seguían aguardando en el hospital.
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