En la segunda jornada del novenario a la Virgen de Caacupé, la homilía fue presidida por el presbítero Blas Arévalos, administrador de la diócesis de Villarrica, y se centró en la importancia de la eucaristía como oración que une a la comunidad católica, así como se exhortó a los fieles a que trabajen y luchen por mejores condiciones de vida para los más necesitados.

“La oración eucarística impulsa a la comunión sinodal, somos el pueblo de Dios que camina y todos nos apoyamos para seguir juntos mediante la fuerza de la eucaristía. La eucaristía es un encuentro íntimo con Jesucristo, por lo que enfatizamos la importancia de prepararse espiritual y mentalmente para recibir a Cristo en la eucaristía”, expresó el presbítero Blas Arévalos.

El religioso enfatizó la necesidad de fortalecer los lazos dentro de las comunidades, teniendo como base la tolerancia, el diálogo y, por sobre todo, el perdón, asegurando que la única manera de avanzar hacia un futuro mejor es respetando no solo estos valores, sino que practicándolos en todos los niveles de la vida cotidiana.

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“Mediante este Cristo vivo que vive en tu corazón, debes de defender la familia, la identidad de lo femenino y masculino que somos al nacer, porque que es lo queremos nosotros, obedecer a Dios así como Él nos ha enviado al mundo, la familia es patrimonio universal”, señaló en otro momento de su homilía el administrador de la diócesis de Villarrica.

Recordó que existen sociedades enteras en conflicto y decadencia por dejar de lado el cuidado y la protección de la familia y que esto es un testimonio de lo fundamental que es para un pueblo la construcción correcta de los núcleos familiares para contar con una sociedad sólida y que pueda trabajar por el desarrollo.

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"La eucaristía es un encuentro íntimo con Jesucristo, por lo que enfatizamos la importancia de prepararse espiritual y mentalmente para recibir a cristo en la eucaristía”, indicó el presbítero Blas Arevalos. Foto: Emilio Bazán

En cuanto a los más necesitados, el presbítero Blas Arévalos fue tajante con el llamado que tienen los fieles católicos de cuidar del prójimo y mantenerse cercano de los más necesitados y desprotegidos, luchando para que todos unidos puedan garantizar mejores condiciones de vida a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

“Hay hambre y sed de las familias de una vida digna, muchas familias deben de dedicar gran parte de su tiempo y energía para conseguir una alimentación todavía insuficiente o deficiente, nosotros todos los fieles de esta iglesia debemos de profundizar nuestro compromiso en erradicación de estas necesidades”, remarcó el religioso.

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