Sacar una foto, una selfie o filmar un video en el teléfono celular y posteriormente borrarlo no es garantía de que ese material se haya eliminado totalmente, ya que siempre hay formas de recuperarlo. Miguel Gaspar, director de Paraguay Ciberseguro, habló sobre seguridad de imágenes en teléfonos, en contacto con 650 AM.

“Nada nunca se borra del teléfono celular. En el laboratorio de Paraguay Ciberseguro tenemos un roperito que funge de caja fuerte donde se guardan celulares que han pasado por nuestras manos así como discos duros que pertenecieron a nuestros equipos que genera una copia en la nube y esto no se regala ni se vende, ya que la única forma de destruirlos es magnetizando los equipos con un electroimán o pasándole un camión por encima o un martillazo”, señaló Gaspar.

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Esto lo explicó con relación al caso de la influencer que recientemente fue imputada por un caso de sextorción. La mujer reconoció que compartía vídeos íntimos con su pareja y que posteriormente los eliminaban inmediatamente para que supuestamente nadie acceda a los mismos, pero al parecer los materiales nunca se borran totalmente y se pueden recuperar de un teléfono, por más que se hayan eliminado manualmente.

“Si la información es importante, siempre hay formas de recuperarla. Lamentablemente hoy en día encontramos videos de sexting desde los 9 o 10 años, lo cual es gravísimo y preocupante y siempre les digo a los jóvenes: ¡la peor decisión que pueden tomar es filmarse o fotografiarse en un acto de intimidad o sexual porque si es un secreto no lo tenés que subirlo a internet, pero si no lo subiste a internet y está en tu teléfono, internet ya sabe que está ahí”, explicó.

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Refirió que tomarse ese tipo de fotos o filmarse en situaciones íntimas es un acto irresponsable que acarrea consecuencias justamente como la sextorsión, la depresión y que incluso muchas veces termina en un suicidio. Refirió que esto no pasa solamente entre jóvenes o estudiantes, que ocurre mucho en oficinas, en entornos de trabajo y que es un problema de salud mental.

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