Un nuevo 8 de diciembre en que Caacupé se vistió de alegría, de gozo y de mucha fe. Miles de devotos llegaron de diferentes rincones de nuestro país y de ciudades aledañas del exterior para ser parte de la gran fiesta mariana que se vivió en torno a la Virgen de los Milagros de Caacupé.

Pero esta gran festividad no sería posible sin la destacada labor de los jóvenes que se suman cada año para brindar un apoyo fundamental en la realización de la mayor fiesta mariana que se vive en nuestro país cada diciembre. Se trata del trabajo de los servidores que año tras año ofrecen su tiempo y lo mejor de cada uno para recibir a los peregrinos en la capital espiritual del país.

Al respecto, María José Leite, quien está en la coordinación de la secretaría de los servidores y se encarga del trabajo coordinado con todas las áreas dentro de lo que es el servicio, contó a La Nación/Nación Media que ellos son los que se encargan de la preparación para la celebración eucarística.

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Jóvenes de entre 15 y 30 años forman parte del grupo de servidores que trabajan para que cada fiesta mariana sea un éxito. Foto: Nadia Monges.

También se encargan de recibir las peregrinaciones grandes que llegan de distintos puntos y para todo lo que implique la presencia de la Virgen, los servidores están presentes, preparando todo el espacio que ella necesita para recibir a los peregrinos.

“Este año, en comparación con años anteriores, disminuimos bastante la cantidad de servidores porque no tuvimos el apoyo de otras parroquias que anteriormente teníamos y éramos alrededor de 400 servidores, ahora somos solamente jóvenes de Caacupé y son unos 80 jóvenes que están sirviendo. El trabajo en el que nos desenvolvemos es el de resguardar y crear el espacio para la celebración eucarística, decorar el altar, poder mantener libre lo que se considera el presbiterio, que es el lugar donde se realiza la celebración eucarística”, resaltó.

Chaleco celeste

En cada edición de la fiesta de la Virgencita de Caacupé se ve a un grupo de jóvenes vistiendo un chaleco de color celeste, ellos son los servidores y la entrevistada explicó que en la basílica hay varios equipos de trabajo. “En nuestro caso, somos la parte de jóvenes servidores, los del chaleco celeste. Fuera de nosotros también hay grupos como de hospitalidad, que son las personas que reciben a los peregrinos para poder llevarles al ingreso del camarín de la Virgen. También está el equipo de sanidad, de liturgia, hay varios equipos dentro de la basílica”, aclaró a LN.

Señaló que por dar una cifra aproximada, cada equipo está conformado por un mínimo de 50 personas, siendo que hay algunos que tienen más integrantes y trabajan de manera rotativa para cubrir todos los horarios que se necesiten.

“Los servidores estamos prácticamente activos desde las 5:00 de la mañana hasta la culminación de la celebración eucarística, tanto de la mañana como de la tarde. Este 7 y 8 de diciembre nos quedamos ya a partir de la misa de las 7:00 de la mañana y cubrimos toda la noche y madrugada, hasta la misa central del 8″, agregó.

Finalmente, acotó que todo estuvo bastante tranquilo en comparación con años anteriores, que tenían muchos casos de personas desmayadas o desaparecidas. “Nos dimos cuenta de que las personas vienen un poquito más preparadas para lo que es venir a vivir la fiesta mariana”, puntualizó.

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