En el país, la mayor problemática que existe en la actualidad es obtener un trabajo digno, por eso, la tasa de desempleo afecta a unos 320.000, que representa un 8,5% de los paraguayos en la capital. Esto fue revelado por la Encuesta Permanente de Hogares.
Esta cifra es la más alta de estos últimos 15 años en el país, esto implica que 320.000 personas, entre ellas jóvenes, que buscan de manera constante empleos, pero que no logran acceder a los mismos, dejando así un estrés increíble. Incluso, muchos adolescentes terminan sus colegios y se disponen a trabajar ya finalizando, pero esto lastimosamente no sucede.
En comunicación con Unicanal, Emma Velazquiti, quien se desempeña como abogada laboralista, lamentó que el país se encuentre en una “bolsa de oscuridad y de pobreza” y que los jóvenes no pueden acceder a trabajar en lo que les gusta.
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“Ni la mitad subió realmente el salario mínimo. La ciudadanía se enfrenta a una horrible violación de los derechos humanos. Esto no es una vida digna. Los niños que tienen que desayunar solo un cocido aguado cómo van a aprender y a desarrollar su psiquis de esa manera” expresó Velazquiti.
En este contexto, Emma lamentó que el Gobierno se encarga más que nada de la política y no del futuro de los chicos; los jóvenes terminan buscando respuestas por parte de las autoridades para que les puedan brindar una solución ante esta premura que está pasando el país en lo que respecta a la salida laboral.
“Aquí no tenemos una colisión de derechos porque el interés general siempre va a primar sobre el particular, si bien es un derecho candidatarse, acceder al sufragio pasivo, es una obligación cumplir con las funciones otorgadas en el Gobierno”, finalizó Emma Velazquiti.
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Día del Trabajador: los números del empleo en Paraguay
Cada 1 de mayo se conmemora el Día del Trabajador, una fecha propicia para analizar la realidad nacional en cuanto a la situación de empleo en el país, los buscadores del primer trabajo, y, por sobre todo, los desafíos que aún existen cuando se habla de condiciones laborales de calidad.
En ese sentido, el experto en empleo Enrique López Arce, en conversación con el programa “Así son las cosas”, emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media, destacó que existen mejorías significativas en el plano laboral en nuestro país.
Sin embargo, aseguró que aún falta mucho trabajo por hacer para que todos los que buscan y acceden a un empleo puedan hacerlo de manera formal y con las garantías necesarias.
Remarcó que, si bien la tasa de desempleo en nuestro país no es elevada, como en otros países de la región, existen circunstancias como la informalidad que aún se encuentran muy arraigadas en el escenario laboral.
Este un punto que debe ser estudiado desde las estructuras estatales de manera a buscar una forma de erradicarlo, manifestó al comentar que actualmente 430.000 trabajadores asalariados no alcanzan el salario mínimo.
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“Paraguay tiene 468.000 personas ocupadas en el sector primario. En el sector secundario son 215.000 trabajadores; en la construcción existen 313.000 personas; en la industria, en el sector terciario tenemos 855.000 personas ocupadas; en el sector comercio 748.000 personas ocupadas y en el sector servicios estamos hablando de 330,000 personas en todo lo que tiene que ver con trasporte, sector financiero y cooperativo”, comentó Enrique López Arce.
Señaló que en el sector público se pueden contabilizar un total de 227.000 asalariados, mientras que en el sector privado se registran 166.000 empleados.
En cuanto a los cuentapropistas hablamos de un total que asciende a las 900.000 personas, y en el sector doméstico existen 214.000 empleados.
Números que duelen.
“Lo que más duele creo que es el acceso al primer empleo, donde de cada 10 buscadores de empleo, 8 van a tener su primer contacto laboral, pero sin las condiciones de seguridad mínimas que establece la ley”, indicó.
Explicó que esto quiere decir que, “a lo mejor, ese joven no va a ganar el salario mínimo, le van a hacer trabajar 8 horas, pero le van a pagar solo comisión o no va a tener IPS”, explicó López Arce.
El especialista subrayó que, si bien se han mejorado ciertos números en materia de acceso al primer empleo, aún no es suficiente para hablar de una mejora en la calidad laboral, que es lo más importante.
Reveló que actualmente 430.000 trabajadores asalariados no alcanzan el salario mínimo, situación aflora en especial en zonas rurales donde los patrones pagan por jornada trabajada.
“Ahora mismo, el 63% de los trabajadores no tiene seguridad médica ni jubilación y cuando nos vamos a diferenciar eso, por sexo y género, empeora. Según los datos, 8 de cada 10 mujeres trabajadoras no tienen seguridad social” explicó Enrique López.
En cuanto a los buscadores de empleo, manifestó que la tasa de desempleo abierto, la cual se centra especialmente en aquellas personas que activamente están buscando empleo, es del 5,6 % que serían aproximadamente 162.275 personas.
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Nivel de empleo e ingreso de los trabajadores se recupera levemente tras la pandemia
Este 1 de mayo se celebra el Día del Trabajador y los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de acuerdo al último trimestre del 2023, señalan que Paraguay experimenta una paulatina recuperación en los niveles de empleo e ingreso de los trabajadores y se ubica en los números que se tenían previos a la pandemia. No obstante, el empleo informal y el porcentaje de trabajadores que ganan menos del salario mínimo, siguen siendo elevados.
“Hay una mejora en cuanto a los ingresos, debemos entender que estamos saliendo de una coyuntura muy dura, de una sequía en el 2022 y de una pandemia en el 2020 y en comparación a ese periodo estamos mejorando y estamos recuperando los números prepandemia”, expresó Iván Ojeda, director del INE.
La generación de empleo forma parte de una de las aristas principales del gobierno de Santiago Peña y si bien los resultados de las políticas públicas llevan tiempo, todas las iniciativas impulsadas por el Poder Ejecutivo apuntan a mejorar el nivel de empleo y generar oportunidades en los distintos sectores económicos.
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“El seguir controlando la inflación ayuda a que el ingreso de las personas no se reduzca en lo que tiene que ver con el poder adquisitivo de la moneda, entonces si controlamos la inflación, el dinero no va a valer menos, vamos a tener mayor poder adquisitivo y si mejoramos los ingresos, vamos a poder salir de la pobreza extrema. Por supuesto con estos planes de Hambre Cero y también con la construcción de viviendas se va a generar muchísima mano de obra”, resaltó.
En diálogo con La Nación/Nación Media, Ojeda mencionó la estabilidad macroeconómica y la mejora que esta ha experimentado, tiene un impacto en cuanto al empleo, ingreso de los trabajadores y reducción de la pobreza. Recordemos que los datos del INE también mostraron una reducción en los niveles de pobreza y pobreza extrema.
Los datos
La Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) señala que la fuerza laboral del país está compuesta por 3.101.607 personas, de las cuales 1.764.996 son varones y 1.336.611 son mujeres. La fuerza de trabajo está integrada por el grupo poblacional de 15 años en adelante que está disponible para ofrecer mano de obra para la generación de bienes y servicios, ya sea que estén ocupados o no.
El nivel de ocupación en Paraguay representa el 67,4 % de la población, es decir, 2.939.332 personas, de los cuales 1.684.213 son varones y 1.255.120 son mujeres. En este aspecto hubo un crecimiento de 119.000 personas más que fueron ocupadas si se compara con los registros interanuales.
Los desocupados representan el 5,2 % de la población, el INE indica que 81.000 mujeres están desempleadas mientras que 80.000 varones se encuentran en la misma situación. En este indicador, hay una leve reducción de medio punto porcentual en la comparación interanual, afirmó Ojeda.
Salarios y formalidad
“En cuanto a los ingresos, el 38 % de los asalariados ganan menos de un salario mínimo, el siguiente 28 % está entre un salario mínimo hasta menos de un 1,5 salario mínimo, el siguiente 11 % está entre 1,5 a 2 salarios mínimos y ya por encima de 3 salarios mínimos el restante 7 % de los ocupados”, detalló.
Los que están ocupados en el sector formal son 935.000 personas mientras que los informales llegan a alrededor de 1.533.000. El sector terciario, quiere decir el del comercio, servicios, y restaurantes, representa el segmento que más emplea en el país, con 1.913.000 personas. El secundario en el que se encuentra la industria, la construcción, entre otros genera oportunidades para 528.000 personas mientras que la agricultura y ganadería, es decir, el sector primario emplea a 478.000 personas.
Los asalariados del país son 1.454.000 personas, de los cuales, obreros privados son 1.100.000 y los empleados públicos están en torno a los 300.000. El trabajo independiente ocupa a 1.260.000 personas donde se destacan por su cantidad los trabajadores por cuenta propia que son 905.000 personas y el trabajo doméstico subocupa a 214.000 personas.
Datos claves
- Las iniciativas impulsadas por el Poder Ejecutivo apuntan a mejorar el nivel de empleo y generar oportunidades en el país.
- Los asalariados del país son 1.454.000 personas, de los cuales, obreros privados son 1.100.000 y los empleados públicos están en torno a los 300.000.
- La Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) señala que la fuerza laboral del país está compuesta por 3.101.607 personas.
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El desempleo tiene remedio: la economía de la libertad
- Por Víctor Pavón (*)
El desempleo es el tema más dramático en los países desarrollados o no. De hecho, si se analizan las propuestas y debates en épocas de elecciones es lo que más interesa al electorado, además de la seguridad.
El desempleo es transversal a la vida de la gente, de las familias y explica en gran parte el fracaso de un Gobierno. Lo que ocurre con las cajas estatales, la recaudación tributaria o el endeudamiento es importante, pero están por debajo del interés de lo que la gente de a pie aspira conseguir.
En nuestro país, miles de jóvenes buscan un puesto laboral que les permitan contar con el debido sustento diario. En las ciudades vemos a una persona, en especial joven, que se encuentra en la informalidad, sin posibilidad alguna de ingresar al sector formal a causa de un sistema perverso fundado en la actual legislación laboral que crea precisamente el desempleo y la misma informalidad.
La falta de un puesto laboral conlleva a la pobreza, al escaso y hasta nulo acceso a la bancarización, lo que a su vez implica escasa movilidad de capitales disponibles para llevar a cabo un negocio o contar con un tratamiento médico.
Es tiempo, por ende, en un país como el nuestro compuesto mayoritariamente por gente joven otear en el horizonte una mentalidad decidida a entender la causa de este problema y dejar de insistir solo en sus efectos.
Al respecto, la economía ha enseñado y sigue enseñando que la falta de puestos de trabajo es una consecuencia de la escasa formación del ahorro interno, así como de la poca radicación de inversiones nacionales como extranjeras.
Esto último es lo que nos interesa para dar respuesta al título de este artículo: si se comprendiera de una vez por todas y se tomen en cuenta para su práctica, entonces en la brevedad estaríamos cambiando este estado de cosas que castiga a buena parte de nuestra población.
Cuanto más nos acerquemos en términos de reformas a la economía libre –que no significa ausencia de ley ni orden– entonces el desempleo se volverá residual, afectando a muy pocos al punto que no conseguirían un puesto laboral aquellos que en realidad no quieran trabajar.
Ocurre que las partes contratantes, el empleador y trabajador, deben pactar libremente en un acuerdo voluntario sus derechos y obligaciones. El factor de producción capital siempre tenderá a adquirir al otro factor de producción, el trabajo. De modo que cada tarea, profesión o actividad que ofrezca una persona a otra para que así pueda ser contratada y ganar una suma de dinero, se podrá lograr porque cada quien podrá conseguir un puesto de trabajo sin que ello implique una agresión a la otra parte.
En una economía en donde rija el pacto voluntario de salarios y beneficios, las partes podrán realizar de modo más eficiente sus intercambios voluntarios. Si seguimos como ahora exigiendo a una de las partes tener que hacer lo que no estaría dispuesto a llevar acabo, sino fuera porque puede ser sancionado, entonces seguirán el desempleo y la informalidad.
Seguir negando los pactos voluntarios a través de la coerción de la ley para que las partes (trabajador y empleador) decidan lo que mejor les conviene es la forma de seguir con lo mismo, desempleo e informalidad, todo lo cual repercute en la seguridad en las calles. Una persona con un trabajo y sabiendo que puede ir mejorando sus ingresos tiene menos incentivos a delinquir que aquel que no tiene o no encuentra un empleo y necesita comer. El desempleo tiene remedio y se llama la economía de la libertad.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.
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Disminución de desempleo juvenil: desafío impostergable
- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Precisamos de la creación de más fuentes de trabajo para nuestros jóvenes, dado que los niveles de incorporación plena dentro del ámbito laboral se encuentran restringidos por las altas tasas de desocupación e informalidad que seguimos sufriendo a nivel país.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de desempleo en Latinoamérica sigue manteniéndose a niveles similares a los reportados antes del inicio de la pandemia, que era del 18 por ciento, aunque con perspectivas de una recuperación gradual.
Estudios realizados revelan que la cantidad de jóvenes en busca de empleo a nivel regional es de aproximadamente de 10 millones, una de las peores crisis laborales de los últimos años.
Ante este escenario, se torna en un problema de carácter estructural que guarda íntima relación con situaciones de pobreza y exclusión, siendo “caldo de cultivo” para la delictividad del cual no escapamos, pues muchos, en su desesperación, cometen actos deleznables que vemos, leemos y escuchamos todos los días.
Considerando que estas personas están en edad productiva, la falta de ingresos hará que se pierda demanda agregada y ahorro, que es lo que ya viene ocurriendo en nuestro país, sin que lamentablemente el gobierno que acaba de irse no se haya propuesto estructurar planes formales estratégicos que pudo haber paliado este gran problema laboral en que seguimos sumidos.
Seis de cada diez jóvenes ante la falta de oferta de un trabajo formal, y para no quedarse con “las manos vacías”, no tienen otra opción más que aceptar estos empleos informales, con salarios mensuales por debajo del mínimo legal, sin contar con los beneficios de la jubilación y seguro social del IPS, resultando desmotivante y que esperemos con este nuevo gobierno en poco tiempo más podamos revertirlo positivamente, donde el objetivo primario es la creación en los próximos 5 años de 500.000 nuevas fuentes de trabajo y que sería posible a través de un trabajo profesional y coordinado entre el Ministerio del Trabajo, Industria y Comercio, además de gobernaciones y gremios de la producción, en alianzas con el sector privado, que sigue siendo el mayor generador de fuentes de trabajo.
Necesitamos que nuestros jóvenes puedan empezar a ver “una luz de esperanza al final del túnel”, que permita a que nuestra microeconomía pueda volver a movimentarse y que toda esa gente desempleada vuelva a tener dinero en los bolsillos para hacer frente a sus necesidades.
Se hace imperioso que podamos asumir con responsabilidad la formación técnica y académica de nuestros jóvenes, que les permitan responder a la demanda del mercado laboral, dado que miles de ellos no estudian ni trabajan, creando frustración y desmotivación por la falta de oportunidades.
Esta situación de deterioro del empleo juvenil forma parte de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que busca promover un crecimiento económico mucho más sólido y estable.
Aproximadamente 452.000 jóvenes entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan, lo que de por sí refleja el serio problema dentro de nuestro mercado laboral, viéndose obligados miles de ellos a migrar del campo hacia las ciudades para seguir subsistiendo.
La inserción de nuestros jóvenes en posiciones laborales de menor calidad se mantiene, salvo excepciones, prácticamente sin variación, dando lugar al subempleo y a la informalidad; así también, sigue siendo la constante en las mipymes, donde se estima que 6 de cada 10 siguen operando “subterráneamente”.
Se estima que aproximadamente el 35 por ciento de los jóvenes desocupados han concluido solo el ciclo primario, siendo en términos relativos muy similar a los que concluyeron la educación media atribuible a factores de orden económico (necesidad de empezar a trabajar a temprana edad por falta de recursos económicos).
Los niveles de desempleo siguen impactando negativamente en nuestro desarrollo y crecimiento económico, haciendo que la pobreza y pobreza extrema muestren escenarios preocupantes, pero que con profesionalismo, proactividad, capacidad innovativa y una sólida alianza con empresas del sector privado podrá ir revirtiéndose en un país como el nuestro, donde las proyecciones preliminares de crecimiento de nuestra economía para los próximos años no serían menores al 4 por ciento vs. el PIB.