La policía brasileña rescató ayer a 23 paraguayos y un brasileño obligados a trabajar en condiciones similares a la esclavitud en el interior de una fábrica clandestina de cigarrillos ubicada en la Baixada Fluminense, en la ciudad de Río de Janeiro. Varios de los liberados apenas hablan portugués y dicen tener miedo, ya que estarían amenazados, informó el portal O Globo.

Según reportes de los agentes policiales, los compatriotas llegaron a Brasil bajo engaños apenas hace tres meses luego de ser trasladados en un colectivo desde Asunción con la promesa de trabajo en una fábrica de ropa, con un salario de R$ 3.500, equivalentes a G. 4.620.000, incluidos los beneficios.

En total fueron liberados 24 trabajadores, entre ellos 23 paraguayos y un brasileño. Las víctimas previamente llegaron en el bus hasta Sao Paulo, luego abordaron otro hasta Río de Janeiro y fueron directamente a la fábrica. Los intervinientes los encontraron sin noción del tiempo, ya que ni siquiera sabían la fecha de su llegada a Río.

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Ya en Sao Paulo, sus teléfonos celulares personales fueron confiscados por sus supuestos “empleadores”, por lo que ya no tenían contacto alguno con su familia. Todos durmieron en el segundo piso del galpón, en habitaciones sin aire ni ventanas, con la imposibilidad de salir del lugar. En tres meses, solo recibieron alrededor de R$ 500, es decir, G. 660.000.

Casi la totalidad de los paraguayos rescatados serán trasladados hasta Asunción en un viaje en avión, que será gestionado por el Consulado de Paraguay en Río de Janeiro. Solo uno de ellos, que tiene orden de captura por narcotráfico emitida por el exjuez Sergio Moro, no podrá salir de Brasil.

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En la mañana de este sábado la Policía comenzó a retirar las máquinas de la fábrica clandestina de cigarrillos. Los dueños de la fábrica serán investigados, pero aún no fueron identificados. Los delitos cometidos por los que serán acusados son la reducción de un trabajador a una condición análoga a la de un esclavo y falsificación.

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