Por: Viviana Orrego, periodista (viviana.orrego@gruponacion.com.py).

La niña que en 2015 exigía libros al gobierno porque no quería convertirse en una copiadora compulsiva, que encabezó sentatas y manifestaciones estudiantiles con un megáfono en la mano para exigir mayor inversión del PIB en educación, se convirtió en abogada por la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y anunció que seguirá militando en la política hasta llegar a la Presidencia de la República.

Se trata de Daisy Hume, de 24 años, exlíder y fundadora de la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy), la emblemática agrupación estudiantil de ciudades del interior que rechazaba la tecnología en aulas asegurando que los libros eran mejor herramienta para la educación. Hume, siendo universitaria de la UNA, se sumó a movimientos y consiguió el arancel cero que quedó sentado como ley y es beneficio para todos los estudiantes de escasos recursos.

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Hace 7 años, la adolescente que exigía libros creció entre sentatas, manifestaciones y megáfono en mano y hoy es una flamante abogada de la UNA. Foto: Archivo.

Hume también encabezó el Consejo Nacional del Voluntariado (Conavo), donde fue presidenta en su primer año de creación, actualmente sigue apoyando en el Consejo siendo vicepresidenta del grupo de jóvenes voluntarios del país. Es coordinadora del colectivo de mujeres Kuña Sorora y miembro del Consejo Consultivo Adolescente y Joven del UNFPA.

Nació en Asunción 27 de junio de 1997, a los 12 años se mudó con su familia a Cordillera y residió en Nueva Colombia, terminó su secundaria en la ciudad de Emboscada. Posteriormente, se volvió a radicar en Asunción para ingresar a la Facultad de Derecho de la UNA.

–¿Qué se siente terminar una carrera universitaria tan difícil como lo es Derecho y más siendo en la UNA, con alta exigencia académica?

–Migrar del campo a la ciudad es una situación sumamente compleja, me pasó a mí y a muchos compañeros y compañeras, pero ese soporte colectivo es el que me sostuvo en estos seis largos años. Personalmente, me siento súper contenta, muy agradecida especialmente con mi papá y mi mamá por apoyarme siempre, sea cual sea mi sueño, incluso si no están de acuerdo.

También me siento privilegiada, sobre todo porque lastimosamente solo el 3% de los que salimos del colegio tenemos posibilidades reales de terminar una carrera universitaria. Considero que la universidad debe dejar de ser un privilegio para quienes pueden costearla, pero culmino la carrera feliz, porque en nuestro pasar por la universidad la ley de arancel cero fue nuestra conquista estudiantil.

–¿Por qué elegiste la carrera de Derecho?

–Elegí Derecho porque no voy a permitir que nadie avasalle mis derechos o los derechos de otras personas, creo que el primer paso para luchar por un mundo más justo, es conocer los derechos que tenemos y obviamente seguir conquistando los que nos faltan. Luchar contra lo injusto es una tarea de todos los días y el derecho es una herramienta fundamental que también debe ser del pueblo y para el pueblo.

–Desde los medios de comunicación te vimos crecer en medio de sentatas y manifestaciones estudiantiles, ¿desde cuándo empezaste a militar en los movimientos estudiantiles?

–El movimiento estudiantil es uno de los mejores recuerdos que me llevo de la adolescencia. Inicié la militancia estudiantil en el 2013, como presidenta del centro de estudiantes en el colegio San Agustín, de la ciudad de Emboscada, del departamento de Cordillera, y a partir de ahí formé parte de la fundación del movimiento estudiantil nacional más grande que tenemos en el país, la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (Unepy).

Ese año fui parte de la primera comisión ejecutiva y luego fui vocera dos años consecutivos, en el 2014 y 2015, por elección de mis pares. Haber sido parte de cambios tan grandes para el país es algo que me llena de orgullo y que me abrió y me sigue abriendo un montón de puertas.

¡DECIME ABOGADAAA! • 6 años derrotando imposibles, batallando lo injusto, del pueblo para el pueblo🔥 • Me queda decir...

Posted by Daisy Hume on Friday, December 17, 2021

–¿Seguís con la idea de que los libros en los colegios son mejor que la tecnología?

–La pandemia nos mostró una realidad que es incuestionable, en Paraguay no existe igualdad de condiciones para implementar una educación virtual de calidad para todos y todas. Independientemente a que el estudiantado cuente con tablets, es un hecho que no todos tienen señal o acceso a internet ni recursos para costarlo.

Los libros son una herramienta poderosa y fundamental que nunca van a pasar de “moda”. Diferente hubiesen sido las garantías mínimas si en esta pandemia cada estudiante hubiese tenido su propio libro para el desarrollo de clases, pero como evidenció el movimiento estudiantil, los libros durmieron en el depósito del MEC y el plan de emergencia educativa no contempló las realidades tan abismales que existen entre el campo y la ciudad.

–¿Cambiaste ciertos puntos de vista con el correr de los años?

–Del 2013, cuando me inicié en la Unepy, a este tiempo, definitivamente sí, considero que adquirí muchísimos conocimientos en distintos ámbitos y puedo decir que mi compromiso por generar cambios reales está cada vez más fortalecido.

Atravesar esta pandemia nos cambió demasiadas perspectivas y estoy cada vez más convencida de que el pueblo trabajador, el estudiantado, las mujeres y los sectores más golpeados son los que generan los cambios verdaderos.

–En la facultad también vimos que formaste parte del pedido de reforma universitaria, ¿qué podés decir al respecto?

–Creo que necesitamos una reforma real en la universidad, no solo en cuanto a lo académico, sino a la cultura universitaria. Iniciamos con el arancel cero, pero necesitamos más que eso, exigimos protocolos contra el acoso y la discriminación y, sobre todo, políticas públicas reales para que las universidades estén al servicio de la gente, sin ninguna influencia partidaria que condicione esas políticas, porque en Paraguay no existen y cada vez son menores los recursos que se destinan.

Siendo universitaria de la UNA, Hume se sumó a movimientos y consiguió el arancel cero que quedó sentado como ley. Foto: Gentileza.

–¿Qué representa en tu vida la militancia social o política?

–Para mí lo personal es político, así que la militancia representa todo lo que soy. Una fiel creyente de que las juventudes estamos cambiando no solo nuestro país, sino el mundo; y, sobre todo, que nos organizamos para reconstruir un Paraguay donde dé gusto vivir.

–Como profesional del derecho, ¿dónde te ves en unos años?, ¿qué cargos aspiras alcanzar?

–Creo que vivir es tomar partido y ante tantas injusticias que vemos todos los días, ante tanta corrupción partiendo de nuestros propios gobernantes, la juventud definitivamente debe ser protagonista, por eso me visualizo legislando en primer lugar y claramente no descarto la posibilidad de llegar a la Presidencia de la República.

–¿Qué mensaje le dejás a los jóvenes?

–El principal mensaje que les dejo a las juventudes es la frase de la que estoy convencida: “la lucha es continua”, cada día, en nuestras comunidades y en nuestras organizaciones, con los amigos e incluso la propia familia, hay una batalla cultural que debemos dar.

Si hoy no estamos dispuestos y dispuestas a cambiar las cosas, a desenmascarar esas prácticas que tanto cuestionamos y a eliminarlas por completo, el cambio que tanto anhelamos va a quedar solo en los discursos. Organizarnos es la clave para generar verdaderas posibilidades de cambio y eso es algo que nadie nos puede arrebatar.

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