En la noche de este lunes, un incendio de gran magnitud consumió un tinglado y más de 250.000 kilos de yerba de la producción de la cooperativa Colonias Unidas, en el departamento de Itapúa. El capitán Christian Nikolaus, comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Hohenau, dijo que anoche, a partir de las 20:20 más o menos, se recibió la llamada de alerta de que se estaba quemando una parte de la yerbatera.
Indicó que estuvieron trabajando varias unidades para poder sofocar el incendio, que fue de gran magnitud. La zona afectada es un tinglado donde está la parte de embalajes y el preparado de la materia ya como para sacar a la venta.
“Prácticamente el 98% fue consumido por las llamas, quedando libre 2 0 3 oficinas principales. Estuvimos trabajando toda la noche y parte de la madrugada. Ahora estamos haciendo el trabajo de enfriamiento, estuvimos trabajando hasta las 4 de la mañana aproximadamente”, mencionó en contacto con la 780 AM.
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Nikolaus manifestó que la pérdida es bastante alta y sería muy irresponsable de su parte dar algún monto porque se trata todo lo que es infraestructura, más el producto, muchísimas maquinarias. Así también, el capitán indicó que según comentaron los encargados, justo había un recambio de trabajadores, 20 a 30 minutos después el sereno se percató del fuego, pero ya no pudieron hacer nada.
En cuanto a las razones del inicio del incendio, señaló que hasta ahora no han sido identificadas, por lo que las investigaciones continuarán. “El motivo principal no saben, pero ellos dicen que comenzó en el sector de máquinas, donde hacen el embalaje”, agregó.
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21 aniversario de la tragedia del Ycuá Bolaños
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Obligado, capital del cooperativismo, se posiciona como centro económico del Sur
Ubicada a 414 kilómetros de Asunción y a solo 40 kilómetros de Encarnación, la ciudad de Obligado, en el departamento de Itapúa, se posiciona como un centro de desarrollo económico en el sur del país.
Con una población de aproximadamente 21.000 habitantes, según la última encuesta oficial, la ciudad combina un entorno verde con una infraestructura en crecimiento que la convierte en un punto estratégico dentro de la región.
El intendente de la ciudad, Gil Amarilla, mencionó que el distrito es conocido a nivel nacional como “la capital del cooperativismo”, albergando a la emblemática Cooperativa Colonias Unidas que brinda fuentes de trabajo a todo el distrito.
Esta institución es clave en el impulso de la producción agrícola de la zona y el desarrollo sostenible, convirtiendo a la ciudad en un modelo de organización económica basada en la cooperación y la productividad. “La cooperativa reúne a más de 1.200 empleados de la zona y a partir de ahí se generan fuentes de trabajo", expresó a La Nación/Nación Media, mientras que a nivel nacional emplea a unas 2.000 personas.
Como principales áreas de producción de Obligado se destacan los granos como la soja, el maíz, trigo y la yerba mate cultivados en la cooperativa que alberga grandes extensiones de tierra, abarcando la producción láctea, avícola y porcina, con plantas procesadoras que garantizan productos de alta calidad.
“Hoy día con la tecnología en el agro mejoró mucho la calidad del producto, la producción, y gracias a la ayuda de todos hoy se generan muchas fuentes de trabajo en el agro aquí con esa instalación”, resaltó.
La producción de lechones también está despertando el interés en materia industrial y en esta unidad productiva el sector privado invirtió cerca de USD 12 millones, produciendo actualmente miles de lechones y dando trabajo a productores que se encargan de su cuidado desde el inicio hasta su terminación.
Amarilla sostuvo que es muy importante que el distrito cuente con empresas que generan fuentes de trabajo, ya que de esa manera se disminuye la delincuencia. En la localidad operan industrias de procesamiento de alimentos, fabricación de balanceados, comercialización de insumos agrícolas y una red de supermercados que brinda mano de obra.
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También se tiene gran presencia de inmigrantes alemanes que invierten en la zona. “Los que más tenemos son alemanes, después están los japoneses, ucranianos, rusos, entre otros”, dijo el jefe comunal.
Además de los agronegocios, el rubro de las construcciones también ha generado muchos puestos de trabajo desde que llegaron los inmigrantes. Los productores empiezan a enfocarse más en la ciudad y hacen edificios para alquileres u hoteles.
“Esto porque prefieren acercarse a la ciudad para que sus hijos también puedan estudiar y estén más cerca de los colegios y también de la universidad”, acotó el intendente de la ciudad.
Como distrito están enfocados en ser parte de la ruta por la cual pasará el Mundial de Rally, que atraerá a 250.000 personas en el departamento. Para ello, los habitantes se están preparando para atender con hospitalidad a los turistas e incluso pondrán alquilar habitaciones o casas.
“Así como están las circunstancias en este momento, no hay ningún lugar para alquilar en cuanto a hotelería”, dijo Amarilla ante la consulta sobre las camas disponibles en el sector hotelero.
Atractivos turísticos
Como destino turístico buscan seguir creciendo y mejorando. El Puerto Obligado, ubicado a orillas del río Paraná sobre el histórico predio conocido originalmente como Puerto Itacaguaré es uno de sus principales puntos.
A esto se le suma el Museo Histórico de la Colonia Obligado y el tradicional Chopp Fest que se realiza en noviembre de cada año como parte de la cultura alemana que reside en el lugar, siendo el Club Alemán el punto de encuentro.
Igualmente, se cuenta con una actividad de experiencia que consiste en un tour por la cooperativa y sus industrias que permite al visitante entender cómo funciona un modelo cooperativo exitoso a gran escala.
También se pueden encontrar rutas rurales ideales para el ecoturismo, caminatas, ciclismo y avistamiento de aves con campos y áreas boscosas que muestran la belleza natural del Sur.
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El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
Ayudar niños, parte de su oficio
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
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Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
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La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.