Un año después del inicio de la pandemia del coronavirus, Paraguay se encuentra con su sistema de salud al borde del colapso y la estabilidad del gobierno del presidente Mario Abdo está amenazada por protestas cotidianas, lejos de los primeros tiempos, cuando el país parecía contener la enfermedad.

“Es un momento sanitario delicado. La falta de liderazgo del Gobierno y la corrupción hizo que hoy tengamos los hospitales colapsados de enfermos”, dijo a la AFP el neumólogo y exministro de salud Carlos Morínigo.

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“No tenemos nada. El único país en la región que no negoció algo paralelo al sistema Covax [de adquisición de vacunas a través de la Organización Mundial de la Salud] es Paraguay”, denunció la experta en salud pública y senadora por el opositor Frente Guasu (Frente Grande, izquierda), Esperanza Martínez. “No hay fecha, lotes, cantidad ni tipo de vacunas. Eso fue extendiendo el mal humor hasta que explotaron las protestas ciudadanas”, añadió.

El país de 7 millones de habitantes solo recibió hasta el momento 4.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V y 20.000 de la china Coronavac, estas últimas donadas el sábado pasado por el presidente chileno Sebastián Piñera en un gesto de auxilio al presidente Mario Abdo. Se aguarda sin fecha de entrega cuatro millones de vacunas por el sistema Covax y otro millón de vacunas rusas.

La crisis estalló el 2 de marzo con la renuncia del director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente, Felipe González. “La falta de medicamentos no depende de mí. El descontrol es creciente y los contagios son masivos”, denunció ese día.

Acusaciones de corrupción

Miles de personas se han manifestado en las calles durante la última semana exigiendo la renuncia del presidente, a cuyo gobierno acusan de corrupción y de una mala gestión de la pandemia. Cuatro ministros, incluyendo el de salud, renunciaron.

El nuevo ministro de salud, Julio Borba, quien asumió el lunes, dijo que el Gobierno está “buscando conseguir la mayor cantidad de vacunas en el menor tiempo posible”, y que gestiona con países como India, Rusia y Estados Unidos la compra de inmunizantes e insumos para terapia intensiva.

Uno de los casos de corrupción más sonados fue el de la compra de “tapabocas de oro”, hasta a 300% por encima de su precio de mercado, y de insumos hospitalarios diversos. Las adquisiciones irregulares no se limitaron al Ministerio de Salud, y provocaron la renuncia de autoridades de entes estatales como la presidenta de Petróleos Paraguayos (Petropar), el titular de la Dirección de Aeronáutica Civil y el propio procurador general del Estado.

“El gobierno se encerró en su soberbia, en vez de abrir el paraguas y llamar a distintos sectores para constituir una mesa de crisis y trabajar como en una guerra”, sostuvo Martínez.

“Hastío”

Paraguay, un país mediterráneo con poco tráfico aéreo, se benefició al inicio de la pandemia de una baja tasa de contagios, ayudada por una rápida implementación de medidas sanitarias, controles fronterizos y la cooperación ciudadana.

Pero este año las infecciones se dispararon. Esta semana, el Ministerio de Salud declaró “alerta roja” sanitaria “por el aumento inusitado de casos” y exhortó a la ciudadanía a tomar precauciones para evitar riesgos.

“La gente entró en un hastío, le perdió miedo al COVID. Salió a trabajar, a entretenerse, a viajar a Brasil de vacaciones. A la vuelta se trajo la cepa de mayor transmisibilidad y eso es lo que ha dado un salto, un pico de contagios en los últimos 15 días”, dijo Martínez.

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Con más de 174.000 contagios y 3.387 fallecidos, Paraguay contempla el colapso de su sistema de salud, debido a la falta de camas y escasez de insumos. Ante las deficiencias del sistema de salud pública, muchos paraguayos piden ayuda económica o acuden a préstamos y al remate de sus bienes para obtener medicamentos en el sector privado, afirmó Morínigo, que fue ministro de salud durante el anterior gobierno.

“Yo no creo que la renuncia del presidente sea la salida”, afirma, aunque sin embargo subraya fallas del Gobierno. El exministro destacó la falta de vacunas a pesar de que el Senado concedió hace un año 1.600 millones de dólares al gobierno para enfrentar la epidemia. “Se confió en el representante de la Organización Panamericana de la Salud en Asunción para apostar por el sistema Covax”, señaló. “Ni una dosis llegó por ese sistema hasta hoy”.

Fuente: AFP.

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