Una mujer de 46 años que se encuentra privada de libertad prepara su tesis para obtener el título de psicóloga, carrera que inició y culminó dentro de la Casa del Buen Pastor mediante un convenio que posee el Ministerio de Justicia con la Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo (UTCD). Ella ya llegó a realizar productos para prestigiosas fundaciones internacionales.

Ruth lleva 8 años recluida y con trabajos en ñanduti dignos de una revista de moda convirtió la penitenciaría en lugar de aprendizaje, desde donde costea sus estudios e instruye a otras 25 mujeres recluidas en artesanía.

Estudió corte y confección, además se inscribió al taller de artesanas del proyecto de reinserción Kuña Katupyry, hoy convertido en la empresa social Kuña Pepo, para aprovechar las técnicas del ñanduti, aopo’i, punto cruz, punto rococó, punto ruso, macramé, crochet, entre otros, mediante cuyos aprendizajes obtuvo el carnet de artesana expedido por el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA).

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Además instruye a otras 25 a abrazar la artesanía mientras aguardan recuperar la libertad. Foto: Gentileza

Agradecida con sus profesores. Consciente del talento que lleva adentro, ya llegó a producir 1.000 alas de ñanduti para los angelitos navideños de la fundación Princesa Diana. “Estoy por concretar el futuro que soñé como universitaria. Tengo promedio 4,5 y me llena de orgullo porque pagué mi estudio universitario mediante las técnicas de artesanía”, expresa Ruth.

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Los tapabocas reutilizables de ñanduti que fabrica imponen moda y empiezan a ser muy requeridos, ya en satín o gabardina, gamas de colores y 50 motivos que enriquecen sus piezas. Mientras que los tarjeteros y banderitas patrias también en ñanduti son tan preferidos como los anteriores. En sus bastidores otras piezas cargadas de la misma puntada adornarán vestidos, camisas, blusas, bolsos, pañuelos, camineros, carpetas y accesorios, sobre pedidos en las distintas técnicas que conoce.

“La gente está en su derecho de criticarme, pero es muy duro. Estoy peleando por llegar a ejercer de psicóloga más adelante, pronto voy a celebrarlo”, manifestó Ruth, quien se confiesa agradecida con la oportunidad de reinserción que le dio el Ministerio de Justicia.

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Debajo de sus ojos se encienden los recuerdos de la niña que jugaba con kure ka’aguy y ovejas en un campo de Tte. Esteban Martínez y los acróbatas del circo y la calesita en el barrio Tembetary de Asunción, el mismo lugar donde continúan aguardándola su madre, su hija y sus 4 hermanos. Los interesados pueden solicitar trabajos a través de pedidos vía contacto al celular (0981) 843722.

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