El documento denominado “Paraguay, del diálogo a la acción” incluye las reflexiones, desafíos y propuestas alcanzados en nueve meses de diálogo participativo de líderes y lideresas de los diferentes sectores de la sociedad. La presentación será este lunes 15 de febrero, de 18:00 a 19:00, a través de Zoom. Quienes deseen participar, pueden inscribirse en este link.
El material resume los principales resultados del proceso de diálogo de una nueva generación de líderes, hombres y mujeres, que trabajan por un Paraguay distinto, con mayor desarrollo, igualdad, equidad y justicia, y que pudo sostener durante la pandemia espacios de debate sobre temas centrales, buscando aportar con ideas y propuestas.
“Paraguay, del diálogo a la acción” es el primer paso de la construcción de una agenda país y busca recoger aportes de diferentes actores sociales a partir de su socialización con la ciudadanía en general.
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Es así que a partir de la presentación del documento y durante el mes de febrero se prevé una agenda de socialización con gremios, asociaciones, instituciones del Estado, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, con la intención de ampliar el proceso de diálogo e incorporar nuevas voces al documento.
Paraguay Ahora es una plataforma activa con 58 líderes y lideresas de todo el país y sectores de la sociedad paraguaya que incluye el sector privado, político, sociedad civil, comunicación, academia e instituciones del Estado. Desde mayo del 2020 viene desarrollando un diálogo estratégico que busca conectar ideas con acción para incidir en la realidad nacional.
Teniendo como premisa el concepto del diálogo informado, durante los meses de mayo a diciembre del 2020 se desarrollaron 17 encuentros virtuales, donde el grupo abordó temas como corrupción, economía, salud, energía, educación y ambiente para el desarrollo.
El diálogo también propició espacios de conversación sobre la configuración y dinámicas del Estado paraguayo, y para analizar los procesos de diálogos anteriores. Cada encuentro fue una experiencia de aprendizaje en la que se convocaron a diversos referentes, expertos y expertas, de manera de profundizar el debate y el diálogo informado.
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Los invitados son personas reconocidas en sus áreas y compartieron sus conocimientos y experiencias con los dialogantes. Algunos de los invitados fueron Guillermo Sequera, Verónica Serafini, Benigno López, César Barreto, Milda Rivarola, Manuel Ferreira, Fernando Masi, Marta Ferrara, Hugo Royg, Pascual Rubiani, Gerardo Gómez Morales, Martha Peña, Jacinto Santamaría, entre otros.
Paraguay Ahora pretende contribuir con el fortalecimiento del desarrollo sostenible e inclusivo del país, y cuenta con el apoyo y la colaboración del Banco Mundial. Para conocer más sobre la plataforma, se puede ingresar a www.paraguayahora.com o seguir el proceso en las redes sociales de @paraguayahora.
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El Principio de Peter
Claudio Laterza
CEO de Banco Basa
El Principio de Peter es una sentencia. En toda organización, la gente asciende hasta alcanzar su propia incompetencia. Brillás en un rol, te ascienden; lo haces bien, te ascienden otra vez, hasta que un día, te ponen en un puesto donde ya no das la talla. Y ahí te quedas, desbordado, mediocre, incapaz. Un cadáver profesional que nadie se anima a enterrar. Esa es la trampa. Y lo peor, casi todos caen en ella porque confunden experiencia con capacidad y comodidad con éxito.
El liderazgo no es una silla, es un campo de batalla. Si eres líder, tu primera obligación es superar tu propio nivel de incompetencia todos los días. Tu rol nunca te espera, siempre va un paso adelante de lo que puedes manejar. Si no te rompes, si no te educas, si no te incomodas, te conviertes en un lastre para tu equipo. Un jefe obsoleto, un adorno caro, un muro que frena en vez de empujar.
La verdad incómoda es esta: nadie está a la altura de lo que lidera. Siempre estás detrás, corriendo. Y el precio de no correr es la irrelevancia. Liderar exige tragarte el orgullo, admitir que lo que ayer era suficiente hoy es inútil, reconocer que, todo lo que hiciste, todos tus logros, todos tus fracasos, tu experiencia y tus conocimientos, te trajeron hasta acá pero no te llevarán más lejos. Exige pensar más rápido, decidir con más riesgo, escuchar mejor y aguantar más presión. No se trata de mantener lo que tienes, sino de ser brutalmente mejor que ayer. Porque si te quedas quieto, mueres. Y si mueres, matas a tu equipo contigo.
Tu segunda obligación es aún más cruel: obligar a otros a superar también su incompetencia. Y eso no se logra con palmaditas en la espalda ni discursos motivacionales de medio pelo. Se logra incomodando. Señalando la brecha brutal entre lo que hacen y lo que deberían estar haciendo. Entre lo que son y lo que pueden ser. A veces incluso poniéndolos en situaciones donde no tienen más remedio que crecer o quebrarse.
Un verdadero líder debe ser un verdugo del conformismo. Si tu gente no se siente exigida, si no te odia un poco en el proceso, no estás liderando: estás administrando mediocridad. Aplaudir al que se queda cómodo es clavarle un cuchillo en la espalda. Porque el líder que no incomoda condena a su gente a hundirse en la intrascendencia.
Muchos no lo soportarán. Se irán, se quejarán, te odiarán. Y está bien. Liderar no es ganar un concurso de simpatía. Liderar es hacer que los que pueden más, den más. Y los que no, se aparten. Porque la comodidad nunca construyó grandeza. Es ver lo que la gente puede ser aún cuándo ellos mismos no lo vean. Es creer en ellos aún cuándo ellos no creen en sí mismos.
En resumen, el Principio de Peter no es una excusa, es un espejo. Cada día te muestra el límite de tu capacidad. Tu trabajo es romperlo. Primero tú, luego los demás. El líder que se esconde en su comodidad es un traidor. El líder que incomoda, desafía y empuja -aunque duela- es el único que realmente transforma.
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“El objetivo de la masonería es el mejoramiento integral de la sociedad”
- Fotos: Emilio Bazán
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos visita el templo de la Gran Logia Simbólica del Paraguay, donde el serenísimo maestro Dr. José Fernández Zacur lo recibe para hablar de la historia, los principios, los objetivos y el presente de la masonería en nuestro país con el fin de derribar los mitos y prejuicios que han existido a lo largo del tiempo.
–¿Qué significa ser serenísimo maestro de la Logia Simbólica del Paraguay y cuáles son sus obligaciones y cotidianeidades?
–Primero es un privilegio enorme. Ocupar la silla que ocuparon grandes prohombres de nuestra patria particularmente es un orgullo, es un privilegio, con mayor razón al haber sido por decisión de mis hermanos. Ese nombre pomposo, serenísimo gran maestro, hay veces que digo jocosamente que uno dice esto y la gente piensa que uno se va a convertir en un pájaro y en realidad es sencillamente ser presidente.
–¿Cómo es una logia en términos organizativos?
–Yo suelo explicar esto con un lenguaje que a todos nos es bastante familiar, que es el lenguaje futbolístico. Imagínate que cada logia es un club de fútbol, con sus propias autoridades. Ahora, cada uno de esos clubes, cada una de esas logias, tiene representación en lo que sería la APF o en la Gran Logia Simbólica del Paraguay, que a su vez tiene sus autoridades. A mí me toca ser serenísimo gran maestro, presidente de la Gran Logia, sin perjuicio de que cada logia o cada club tenga sus propias autoridades.
–La historia de la masonería está marcada por personajes muy importantes. Hablemos de esa historia, por favor.
–La historia de la masonería paraguaya no deja de ser la historia de la República del Paraguay a través de la intervención de prohombres masones en los episodios más importantes, más relevantes de nuestra epopeya. Hay que partir de la base de que el pensamiento político-cultural paraguayo nace de la masonería. Los dos principales partidos políticos, el Partido Colorado y el Partido Liberal, se fundan a partir de la misma logia masónica, de la Logia Aurora del Paraguay Número 1. Nuestras grandes batallas, la guera del Chaco, nuestros grandes héroes, el mariscal (José Félix) Estigarribia, nuestra historia está consustanciada con la historia del Paraguay. A diferencia de la Independencia, Paraguay por ser un país mediterráneo llegaba siempre tarde todo y, por ende, también nos llegó tarde la influencia de la masonería.
LLEGADA AL PARAGUAY
–¿Cuándo llega al Paraguay la masonería?
–Llega recién en 1869 con los ejércitos de ocupación brasileño y argentino. La Logia Fe fundan los brasileños y la Logia Unión Paraguaya Número 30 fundan los argentinos. Ambas logias continúan trabajando hasta el día de la fecha, solo que esas logias tuvieron intervalos de no haber trabajado y la logia que tiene mayor cantidad de años trabajando ininterrumpidamente se llama Aurora del Paraguay Número 1, que nace en una segunda época de la masonería, ya bajo dependencia de la masonería uruguaya, que es la que nos otorga carta patente.
–Me gustaría mucho tener cinco nombres rutilantes de paraguayos ilustres que hayan sido parte de la masonería.
–Bernardino Caballero, Cecilio Báez, Eduardo Schaerer, Benjamín Aceval y por qué no hablar del fundador del Club Olimpia, sir Williams Patts.
PRINCIPIOS
–¿Cómo se pueden definir los principios y las ideas éticas de esta organización?
–La masonería se construye sobre tres pilares: libertad, igualdad y fraternidad. A partir de este tríptico crece todo el esquema, toda la grilla de valores masónicos. Lo que finalmente busca la masonería es que sus miembros sean mejores en todas las áreas. Entonces, lo que pretendemos es que el masón sea mejor papá, mejor hijo, mejor empresario, mejor compañero de trabajo, mejor profesional, pero no para mejorar a título egoísta, a título individual, sino para invertir, para aplicar esa mejoría en la comunidad, en la sociedad.
–¿Cuál es el formato de debate de esos asuntos?
–La gente muchas veces cuando viene a la Gran Logia a visitar los templos, esa es una de las preguntas más recurrentes, ¿qué es lo que hacen acá? El nombre templo como que confunde mucho porque se piensa que aquí se organiza algún tipo de actividad de corte religioso y no es así. Se llama templo porque sencillamente se construyen o se elevan templos a las virtudes. Entonces lo que tratamos de hacer en los templos es cultivar las virtudes a través de conocimientos filosóficos que son los que desarrollan las logias en sus distintas reuniones. Se baja un tema y los hermanos trabajan y comentan sobre el tema con la idea de sacar en limpio conclusiones que puedan servir a la finalidad de ser mejores para poder invertir esa mejoría en el mejoramiento integral de la sociedad.
BÚSQUEDA
–¿Y qué lugar ocupa un asunto como la pluralidad?
–Suelo decir que todas las religiones están peleadas con la masonería, pero la masonería no está peleada con ninguna, sencillamente porque la masonería defiende la libertad de pensamiento y dentro de la libertad de pensamiento, la libertad religiosa. Eso implica que dentro de una misma logia puedan existir cristianos católicos, cristianos evangélicos, judíos, musulmanes y nos respetamos entre todos porque finalmente entendemos que todos buscamos lo mismo, el sentido de la trascendencia, el contactarnos con el creador.
–¿Cómo se traslada esa pluralidad al ámbito político y social?
–En general. La masonería admite personas de todas las condiciones sociales en la medida en que tengan las posibilidades de mantenerse a sí mismos, porque es una organización filantrópica. Vale decir, una organización que ayuda al prójimo. Entonces, uno tiene que estar cómodo consigo mismo para salir a ayudar, porque la caridad empieza por casa.
–La relación particular con una Iglesia omnipresente en nuestra historia como es la Iglesia católica ¿cómo se puede definir?
–Tradicionalmente en Paraguay la Iglesia tuvo conflicto con la masonería partiendo de una carta pastoral elaboraba por monseñor Juan Sinforiano Bogarín, allá a finales de los años 1800, recogiendo una serie de leyendas urbanas que hasta hoy día pululan en el inconsciente colectivo. Nosotros estamos en un proceso de restauración. Los conflictos que pudo tener a nivel general la Iglesia con la masonería son de corte político. La masonería estuvo atrás de la Revolución francesa y, por ende, de la pérdida del impuesto que cobraba el clero. La masonería estuvo atrás de la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y, por ende, del Estado laico y de la educación laica.
MITOS
–¿Cuáles son los mitos que aún persisten?
–El principal mito es que la masonería está en contra de la religión, pero es todo lo contrario. De hecho, uno de los requisitos sine qua non para ser masón es creer en Dios. Obviamente, como es una institución que respeta la libertad de religiones, la masonería no le pone un nombre o no le asigna una identidad conforme a una religión que puede estar en contra de otra. Entonces, dentro de la simbología de construcción que utiliza, porque lo que hace la masonería es enseñar a través de símbolos, símbolos que tienen que ver con la construcción, a Dios se lo llama gran arquitecto del universo. Y otro de los mitos que yo lo suelo decir en sorna, pero es bastante gráfico, niños no comemos, asado sí.
–Hablanos de la relación con el Estado. ¿Cómo se puede calificar?
–La masonería tiene en sus filas un montón de hombres de distintos saberes, de distintas profesiones, de distintos oficios, que bien pueden ayudar a construir políticas públicas desde miradas multidisciplinarias. Y es lo que estamos queriendo hacer desde hace un tiempo y es lo que estamos haciendo desde hace un tiempo, tratando de generar alianzas con distintas reparticiones gubernamentales que nos permitan desde el sector privado y como asociación civil que también queremos aportar a nuestro país, siempre mirando aquel fin último, mejorar nosotros para producir cambios sustanciales en nuestras sociedades. Y los cambios sustanciales muchas veces vienen, o la gran mayoría de las veces, de políticas públicas.
DISCRECIÓN
–¿Ahora se está en una etapa de mayor comunicación de los masones con la sociedad?
–Así es. De hecho hay conocimientos que son secretos no por otra cosa que por el gran respeto que le tenemos, que no dejan de ser saberes filosóficos. Y reconozcamos en este punto que el concepto de secreto es absolutamente relativo hoy en día con internet. Así que lo que podamos decir que es secreto o no secreto se relativiza demasiado. Sí podemos decir que la masonería es una institución discreta y que además es una institución discreta con conocimientos filosóficos secretos, pero que también tiene una pata como asociación civil que tiene que estar presente en la sociedad.
–¿Cuánto se extendió en la historia la masonería en Paraguay?
–Hoy nosotros creemos que la masonería está en su primavera, está en su periodo de mayor fulgor. Hay más de 4.600 miembros que tiene la masonería regular a lo largo y ancho del país, con más de 120 logias en 21 edificios. Este crecimiento de la masonería se dio en un periodo muy corto, en un periodo de 20-25 años. La masonería tuvo un momento de fulgor que justamente queremos rescatar, que fue el comienzo del siglo XX, fines del siglo XIX. Y después comienza una etapa de declive a partir de 1920 más o menos, por cuestiones también históricas y coyunturales. La Revolución bolchevique y la necesidad que tuvieron los prohombres de aquel momento de aliarse un poco con el pensamiento de la Iglesia católica para poder repeler las ideas comunistas. La época de la guerra del Chaco también, por obvios motivos, fue una época de mínima participación filosófica de los masones en sus templos porque estaban todos en el momento de beligerancia. En los años 60 comienza a crecer de vuelta el caudal de miembros de la orden y durante la época de Stroessner, a diferencia de otras dictaduras, Stroessner no fomentaba, pero permitía que la masonería funcione. Yo me imagino seguramente con algún que otro oyente adentro.
–Siempre preguntamos de la presencia masónica en el Estado, pero nos olvidamos de preguntar ¿cómo está en el mundo empresarial?
–Te puedo decir que es un aspiracional para la institución que sus miembros estén en lugares privilegiados del sector público o del sector privado en la medida en que esos miembros puedan transmitir los valores masónicos en su quehacer diario. Hace unos días organizamos la expo masónica de negocios con presencia de más de 50 empresas de hermanos exponiendo lo que saben hacer bien para mostrar a la sociedad que se pueden hacer negocios con ética.
FINANZAS
–¿Cómo se sostiene la organización?
–Del mismo modo que se sostiene cualquier otra asociación civil. Hay una cuota de ingreso, hay una cuota de mantenimiento. La gente te pregunta ¿hay que ser millonario para ser masón? En absoluto. Yo te garantizo que los montos que se abonan son montos bastante menores a los que se abonan en otros clubes capitalinos. Pero básicamente la masonería se sostiene con el aporte de sus socios.
–¿Cómo es el ascenso orgánico de una persona que ingresa? ¿Es tan rígido como en el mundo militar?
–En masonería hay tres grados. Aprendiz, compañero, maestro, que no son grados de orden militar. No es que yo soy maestro y entonces yo le digo al aprendiz “vaya y tráigame”. No, son grados de conocimiento. Y los grados que vienen con posterioridad, sea del rito escocés antiguo y aceptado que tiene 33 grados, sea del rito de Memphis que tiene 99, el rito de York tiene otra escala de ascenso que no es numérica o el rito que fuese. En realidad son escalas de conocimiento, como el colegio, como la universidad.
–¿Cuáles son los desafíos de futuro que se muestran más nítidos para ustedes?
–Continuar con el proceso de contacto social para nosotros es fundamental. Y obviamente el trabajo en cada uno de los masones. La garantía de la permanencia de la institución en el tiempo depende de la solidez con la cual los masones internalicen los conceptos. Se suele decir que ingresar a la masonería es relativamente fácil si se quiere, pero que la masonería ingrese en uno es un trabajo sumamente difícil. Entonces trabajar en esa internalización es el principal desafío a nivel interno y a nivel externo continuar con esta actividad que se viene dando con esta impronta de contacto social que venimos teniendo.
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Paraguay Global 2025 abre sus telones y apunta a impulsar conexiones estratégicas de negocios
El foro Paraguay Global arrancó este miércoles en el Sheraton Asunción reuniendo a la élite empresarial del país para compartir ideas, impulsar conexiones estratégicas y acceder a conocimientos de vanguardia. Es organizado por la Revista Foco y la fundación Dom Cabral.
Paraguay Global se posiciona como un punto de encuentro clave para quienes buscan liderar el futuro de los negocios en Paraguay y la región.
En ese sentido, el evento está dirigido a directivos, accionistas, empresarios, economistas, líderes de opinión, emprendedores y profesionales interesados en las tendencias más relevantes de la gestión moderna: liderazgo, innovación, tecnología, branding y más.
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Durante la apertura, Luis Buccos, director de programas de la Fundación Dom Cabral, destacó el compromiso de la organización con con el desarrollo empresarial del país.
Paraguay Global invita a abrazar la disrupción de estos tiempos como una oportunidad de transformación para construir un futuro próspero y sostenible para el Paraguay a partir de las tendencias.
La agenda
Este miércoles la agenda de Paraguay Global 2025 tendrá como expositores a Daniella Teixeira, quien disertará sobre el “Desarrollo de accionistas y familias empresarias”.
Posteriormente, Vanderlei Soela expondrá sobre inversión y gestión de equipos. Flavio Nusbaum disertará sobre “Branding en la era digital” y Dan Reznik desarrollará el tema “La IA aplicada en procesos”.
Sobre los expositores
Dan Sali Reznik posee un doctorado en Ciencias de la Computación por UC Berkeley. Es profesor invitado en Fundación Don Cabral y consultor especializado en Análisis Avanzado de Datos.
Flavio Nasbaum tiene un posgrado en Marketing por ESPM. Además, es profesor asociado de Fundación Don Cabral con amplia experiencia en Bloomberg, Reuters y Siemens.
Daniella Teixeira es socia fundadora de ABRIR-SE Governance Consulting. Cuenta con más de 25 años de experiencia en gestión de personas y negocios en empresas familiares.
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El precio de la paz
Claudio Laterza
CEO Banco Basa
La paz es una aspiración legítima y deseable en cualquier entorno profesional. Pero no todas las formas de paz son justas, y no todas las batallas deben evitarse. En el afán por mantener la armonía, muchos líderes y colaboradores se ven atrapados en un silencio que no construye, sino que consume. Callan para no molestar, ceden para evitar fricciones, toleran lo intolerable con la esperanza de preservar una calma superficial. Pero no hay paz verdadera cuando el precio es tu autenticidad, tu voz o tus principios.
He sido testigo de organizaciones que glorifican el consenso como virtud suprema, incluso cuando éste se convierte en un obstáculo para el progreso. Equipos enteros que sacrifican la innovación en el altar del “llevarse bien”. Líderes que confunden paz con docilidad, y liderazgo con diplomacia eterna. En ese escenario, el talento se retrae, las ideas se diluyen y la cultura corporativa se vacía de coraje.
El liderazgo exige equilibrio. No se trata de promover el conflicto, sino de aceptar que el desacuerdo no es una amenaza, sino una señal de vitalidad. El verdadero problema no es el conflicto, sino la incapacidad para enfrentarlo con respeto, firmeza y claridad. El líder que teme el desacuerdo está condenado a rodearse de obedientes silenciosos. Y el equipo que se acostumbra a callar, termina creyendo que no vale la pena hablar.
Maquiavelo lo expresó con precisión brutal: “las guerras no se evitan, se posponen para ventaja del otro”. En el mundo corporativo, esto se traduce en tensiones no resueltas, decisiones erradas que se repiten y climas organizacionales en los que reina una paz aparente pero peligrosa. Dilatar un conflicto solo fortalece al que impone su voluntad sin oposición. No enfrentarlo es una forma de entregar poder sin lucha. Lo que hoy se calla, mañana se enquista. Y cuando estalla, ya es demasiado tarde.
El liderazgo real no consiste en evitar todas las tormentas, sino en saber cuándo vale la pena enfrentarlas. Un líder anhela la paz, pero no teme ir a la guerra cuando está en juego la dignidad de su gente o los valores que definen el rumbo. Callar frente a una injusticia, un atropello o una estrategia equivocada no es un acto de madurez, sino de abandono. A veces, proteger la convivencia implica incomodar. Porque lo que se defiende no es el ego, sino la esencia misma del propósito compartido.
Liderar no es mantener todo en calma, sino mantener todo con sentido. Y cuando ese sentido está en riesgo, la acción no es solo válida, es obligatoria. El coraje no es un lujo del liderazgo, es parte de su contrato.
En toda organización madura debe haber espacio para la diferencia, para el disenso respetuoso, para el roce constructivo entre visiones opuestas. Silenciarlo en nombre de la paz solo fabrica equipos obedientes, pero frágiles. Si un equipo no discute, no evoluciona. Y si no evoluciona, termina sobreviviendo por inercia, no por excelencia.
Buscar la paz no debe significar traicionar la verdad. Podemos convivir sin coincidir, construir sin uniformidad, avanzar sin sometimiento. Pero eso solo es posible si el respeto mutuo está por encima del miedo, y si el coraje supera al confort. Porque si para lograr la paz tienes que dejar de ser tú, entonces no es paz: es una prisión invisible.