La demanda por prestación alimentaria se encuentra en el tercer lugar entre los procesos de mayor frecuencia que se presentan en la justicia paraguaya. En la mayoría de los casos, los progenitores llegan a un acuerdo, que no siempre cumple las condiciones establecidas en la ley.

El 95% de este tipo de proceso judicial se presenta en contra de los padres de los niños y aunque se espera que sea un juicio sumario, con una duración de no más de seis meses, puede llegar a durar hasta dos años y más incluso. Esta situación en gran parte se debe a la mora judicial y al ser la demanda más solicitada, los juzgados no dan abasto.

Le puede interesar: La pandemia afecta la socialización en niños, señalan expertos

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El incumplimiento de estos acuerdos, comúnmente por parte del padre, hace que estos casos sean dirimidos ante la justicia. Todas las necesidades del niño, como alimentación, educación, vestimenta o recreación, además de otras variables, deben ser cuidadosamente contempladas antes de ser analizadas por un juez y puede ser llevada por un abogado particular, aunque también están los defensores públicos para el efecto.

El abogado Alejandro Riera, en contacto con Unicanal, explicó que se debe tener en cuenta la distribución equitativa de las cargas, algo que no tiene nada que ver con una cuestión de porcentaje, en referencia al 25% que siempre se menciona y que él considera realmente un mito.

Mucha informalidad retrasa sentencia

Es tanta la irresponsabilidad y la informalidad económica que los obligados a responder (por sus hijos) se dedican a esconder sus bienes.

“Tenemos gente que se pasea en camionetas del año y al ser investigados, aparece que ganan G. 3 millones al mes. Son personas con nivel de vida superior a lo que con sus ingresos se pueden probar, pero investigar todo esto ante tanta informalidad lleva mucho tiempo”, agregó.

“Se tiene que hacer un estudio muy detallado de los ingresos del demandado, el estilo de vida del mismo y las necesidades probadas del menor. Por ejemplo, si se demuestra que un niño necesita de G. 3 millones al mes para vivir, contemplando su alimentación, educación, vestimenta y otras variables, y por otro lado, otro niño que por su estilo de vida muy alto necesita más dinero, entonces se debe estudiar desde ese punto y no hablar de porcentajes”, expresó.

Finalmente, explicó que se debe buscar al menos aproximadamente cuánto dinero es el que necesita el niño. “El juicio por prestación no tiene que ser un juicio de enriquecimiento”, señaló.

Lea también: Colegios privados insisten con el retorno seguro a clases presenciales

Déjanos tus comentarios en Voiz