El voraz incendio registrado en el barrio Ricardo Brugada, más conocido como la Chacarita, fue finalmente controlado por los bomberos voluntarios tras un arduo trabajo. El siniestro afectó a unas 150 familias de la zona y parte del edificio del Centro Cultural de la República El Cabildo.
Hasta el momento se maneja como posible causa la manipulación de petardos, sumado a las precarias condiciones de las viviendas y las conexiones de electricidad, propicias para una rápida propagación de las llamas, como lo sucedido durante la noche del jueves y la madrugada de este viernes.
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Varias compañías de bomberos voluntarios acudieron al sitio para combatir las llamas minutos antes de la medianoche y la llegada de la Navidad. Afortunadamente, el fuego solo dejó daños materiales y de momento no hay reporte de heridos.
“Personal trabaja incansablemente para extinguir las llamas, trabajamos pensando en las familias que lo están perdiendo todo en esta Navidad”, reportaron los bomberos en las redes sociales tras el incendio de grandes proporciones, que se logró controlar durante las primeras horas de este viernes.
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Numerosas familias fueron duramente afectadas por el incendio de sus precarias viviendas, quedando con un amargo festejo de Navidad. Se estima que el siniestro habría iniciado pasada las 23:00 del jueves sobre la calle Florencio Villamayor y Río Jejuy.
En el Centro Cultural EL Cabildo se habría quemado varios documentos de mucho valor, además del daño ocasionado a la estructura edilicia. Los afectados trabajaron de forma conjunta con los bomberos y otros voluntarios para tratar de salvar sus pertenencias.
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El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
Ayudar niños, parte de su oficio
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
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Mujer muere en medio de tiroteo entre pandilleros en la Chacarita
Una mujer identificada como Ingrid Cattebecke Ozorio (41) murió en la madrugada de este viernes en el barrio Ricardo Brugada de Asunción, conocido como la Chacarita, tras recibir una bala perdida, aparentemente en medio de un enfrentamiento entre pandilleros. Según la Policía, el autor de los disparos sería un menor de edad.
La señora habría salido a mirar al balcón al escuchar el enfrentamiento y fue ahí que recibió el proyectil en el pecho. Según su madre, la fallecida deja cuatro huérfanos; dos nenas y dos varones.
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La pelea entre pandillas se registró aproximadamente a las 01:30 de la madrugada, sobre las calles Florencio Villamayor entre Independencia Nacional y Yegros.
Fueron los médicos del Hospital de Trauma -hasta donde fue llevada la persona herida- quienes reportaron el hecho a la Policía. La paciente fue sometida a una cirugía a la que no resistió. Según los intervinientes, la señora al escuchar los disparos realizados en la vereda de su vivienda salió a mirar y allí recibió el impacto de bala que le causó la muerte.
“Estuve en el lugar del incidente ocurrido a la madrugada referente a lesión por arma de fuego, que fue auxiliada esta persona hasta el Hospital de Trauma y posteriormente falleció lastimosamente”, dijo el comisario Víctor Presentado, jefe de la Comisaria Quinta de Asunción a la 780 AM.
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Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
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La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
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Construirán nuevo bloque cultural con una ampliación presupuestaria
El Centro Cultural de la República El Cabildo, a cargo de Aníbal Saucedo Rodas, detalló las obras que realizarán con la ampliación presupuestaria de G. 1.880.000.000, en el Objeto de Gastos 522 – Construcción de obras de uso institucional, dentro del PGN 2025 del Congreso Nacional. Y que forma parte de la ampliación presupuestaria autorizada por el Decreto N.° 4309 del Poder Ejecutivo.
Señalan que la obra estará ubicada en el terreno colindante a la Casa Bicentenario de la Música Agustín Pío Barrios, en la calle Cerro Corá entre Tacuary y EE. UU., actualmente utilizado como estacionamiento de dicha casa. Constará de 2 niveles y una terraza, con una dimensión de 170 m² por piso, incluye la anhelada sala de ensayos de la Orquesta Sinfónica de la Orquesta del Congreso de la Nación - OSIC, acondicionada con revestimientos acústicos y ajustada a las necesidades técnicas que una agrupación de este nivel requiere.
AUDITORIO PARA EVENTOS
Asimismo, esta sala servirá para fines de ensayos de otras agrupaciones y como auditorio para eventos musicales internos y externos. En el segundo piso se habilitará una sala de exposiciones de nuestro acervo permanente, como así también se podrá dotar, finalmente, de un espacio unificado y adecuado para el resguardo y acondicionamiento de dicho patrimonio tangible, el cual por falta de espacio actualmente se encuentra resguardado en el Cabildo, en el Observatorio Cultural y en la bóveda del BCP.
Completan la obra una terraza para múltiples usos y el estacionamiento en planta baja para mayor comodidad de los usuarios.
ACTIVIDADES Y ESPACIOS GRATUITOS
Destacan que todas las actividades y espacios del Cabildo y sus Casas del Bicentenario son de carácter gratuito. Los mismos se encuentran a disposición de la ciudadanía para la difusión de las disciplinas del arte y fortalecimiento de la consciencia y memoria histórica.
En ese contexto, consideran de suma importancia puntualizar que estos fondos contribuirán significativamente a nuestra tarea de generar espacios necesarios para el cumplimiento de nuestros objetivos institucionales; principalmente teniendo en cuenta el progresivo crecimiento del acervo cultural (obras de arte, documentos, objetos y otros) y de la alta demanda que tenemos a diario, en cuanto a la realización de actividades culturales, tanto las generadas por el CCR Cabildo y las de iniciativa ciudadana o de sectores culturales.