Desde la Basílica de Caacupé repudiaron totalmente el Plan Nacional de la Niñez con supuesta ideología de género y de educación sexual integral, presentado días atrás por Teresa Martínez, ministra de la Niñez, que por lo mismo se ha aprobado su interpelación por la Cámara de Diputados, el miércoles pasado.

La misa dominical del último día de Novenario a la Virgen Inmaculada Concepción, Tupasy Caacupé, fue presidida por monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo metropolitano de la Santísima Asunción.

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Monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, repudió el plan educativo de niñez con enfoque en ideología de género y educación sexual integral. Foto: Pánfilo Leguizamón.

“Es impresionante el tsunami que se avecina a nuestro país, proveniente de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y de la Organización de los Estados Americanos, en el interés de reducir y controlar la población mundial, a través de los programas de los diversos ministerios del Gobierno, aparejado con conceptos ambiguos de ‘enfoque de género’ y de ‘educación sexual integral’ con mirada genitalista, hedonista en la búsqueda del placer egoísta, frustrante y sesgada de la sexualidad”, manifestó, durante su homilía, el monseñor Valenzuela.

Repudió también el insistente intento por instalar la legalización del aborto, que calificó como un crimen, y que luego intentarán naturalizar también la eutanasia que, según él y la Iglesia católica, constituye una amenaza a la racionalidad porque ataca a la vida, a la familia, al matrimonio heterosexual, y libertades básicas de conciencia, enseñanza y culto.

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Igualmente, celebró que haya activistas de padres de familia y educadores de todo el país analizando y objetando los planes de los distintos ministerios de Estado. Afirmó que los planes presentados para el ámbito educativo para la niñez y la adolescencia no condicen con nuestra dignidad y nuestra cultura.

“Muy distinto es el planteamiento de estos padres y educadores en materia de educación sexual, basada ésta en las ciencias humanas y en la biología, proponiendo estrategias pedagógicas que consideren todas las dimensiones de la persona, física, psíquica, social, moral y espiritual, protegiendo la salud y el desarrollo armónico con perspectiva de familia, ciencia y de razonabilidad. Este debe ser el espíritu y el contenido de un plan educativo para niños y adolescentes”, manifestó el arzobispo.

Agregó que estos planes no solo competen a lo legal o financiero, sino también representa un problema antropológico muy profundo. Por eso, pidió a la feligresía católica y a la ciudadanía estar atentas, informadas y formadas para actuar como paraguayos herederos de una cultura cristiana que valora la razón y la fe como dos banderas de la libertad. Y bajo el amparo de nuestra Señora, la Virgen María, Inmaculada, afirmó que Paraguay se proclama por siempre pro vida, pro familia y libre.

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