El sacerdote jesuita Óscar Martín manifestó que se tendrá en cuenta el deseo del padre Francisco de Paula Oliva, de 92 años, sobre su estado de salud actual y su deseo de pasar sus últimos días de vida en su hogar del Bañado Sur. Actualmente se encuentra en el centro Taita Róga, en el Colegio Técnico Javier, ubicado en el barrio Santísima Trinidad de Asunción.

“Realmente si se llega a la decisión de llevarlo a su casa del Bañado, que es nuestra casa también, tiene que ser también bajo ciertas condiciones de salud. Él no está en estado terminal, no es que vaya a morir al Bañado”, manifestó el religioso.

Mencionó que se reunirán con organizaciones de la sociedad civil y las personas que apoyan el deseo del pa’i Oliva sobre su retorno a la zona de Asunción, donde realizó servicios en favor de personas humildes en el país. Aseguró que se considerará su estado de salud para un eventual traslado.

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“El pedido de que el pa’i vuelva a los Bañados, hemos considerado el tema, el fruto de ese diálogo salió un comunicado por parte de Provincial. La decisión está tomada, pero con necesidad de ser consensuada con las personas que realmente piden que se lo lleve. Estamos muy abiertos a que se pueda dar el paso, pero no de cualquier manera”, afirmó Martín en contacto con 1020 AM.

Fue evaluado por una junta médica

Además expresó que una junta médica determinó que Oliva no se encuentra en estado terminal, pero su salud atraviesa un progresivo deterioro; sin embargo, no se encuentra en un estado consciente. Indicó que el religioso está recibiendo la atención médica que se requiere.

“Está en un estado avanzado de progresivo deterioro. Tiene un cáncer avanzado y otras enfermedades graves que le está afectando. Una junta médica que le evaluó ayer determinó que no está en estado terminal. No es que el pa’i se esté muriendo, se está deteriorando por la edad y las varias enfermedades”, afirmó Martín.

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Los profesionales médicos recomendaron que en caso de trasladarlo del centro Taita Róga, organizado por la comunidad jesuítica para asistir a los miembros de la comunidad en casos de enfermedad o invalidez, “debería contarse con un centro igual o mejor dotado para los cuidados paliativos”.

“Nadie de los médicos se anima a decir que le queda 15 días, un mes, cinco meses, dos o cuatro años (de vida). Está siendo muy bien atendido, con mucho cariño. No está siempre consciente. Hay momentos de lucidez, por ratos está fuera de todo, por momentos ubica de lo que realmente hablamos. Según los doctores es lo normal para su estado”, afirmó Martín.

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A través de un comunicado señalan que el pa´i Oliva firmó su testamento vital, el 14 de julio del 2014, en presencia de los testigos, el padre José Ortega y el padre Luis Farré, en el cual pide que sea el Provincial de la Compañía de Jesús el que tome las decisiones que sean las mejores para su persona.

“Que si no estoy en condiciones de expresar mi voluntad y sea incapaz de tomar una decisión respecto al cuidado de mi salud, dispongo que el Superior Provincial sea mi representante “ad hoc”, de manera que sea él quien adopte las decisiones que le parezcan más convenientes en relación al tratamiento médico a seguir, la hospitalización o las intervenciones quirúrgicas”, dice parte de ese documento, de acuerdo a los jesuitas.

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