El pasado 16 de agosto se cumplieron 14 años del fallecimiento en la ciudad de Brasilia de Alfredo Stroessner Matiauda, el exmilitar nacido en Encarnación un 3 de noviembre de 1912 y quien gobernara con mano dura al Paraguay durante 35 años, desde el golpe de estado militar en contra del gobernante colorado Federico Chávez, el 4 de mayo de 1954, hasta su destitución, por la misma vía, el 3 de febrero de 1989. El canal GEN recordó parte de esta historia.
Stroessner fue enviado al exilio en el Brasil tras la revuelta militar liderada por su consuegro, el general de división Andrés Rodríguez, Stroessner y su familia permanecieron varios años en su mansión a orillas del océano Atlántico, en la ciudad de Guaratuba, estado de Paraná, aunque su figura seguía muy vinculada al ámbito político nacional y también al judicial por las causas penales que fueron abiertas en su contra tras su posterior caída.
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Desde su llegada al poder hasta hoy, existen opiniones dispares en torno a Alfredo Stroessner y su gobierno, pero las violaciones a los derechos humanos y los actos de corrupción generalizados han trazado la verdadera realidad de los casi 35 años que se mantuvo al frente del gobierno. La Comisión de Verdad y Justicia, instalada en el 2008, investigó estas violaciones ocurridas durante ese período de 35 años y concluyó que hubo 425 ejecutados o desaparecidos, 20.000 detenidos y 20.814 exiliados
El 16 de agosto del 2006, en el Hospital Santa Lucía de la capital brasileña, durante una más que breve conferencia de prensa llevada a cabo por los médicos del centro asistencial brasileño, la información del fallecimiento del dictador causó reacciones de sorpresa e incredulidad entre quienes allí se encontraban y que luego tendrían que transmitir la noticia al país, a pesar de la avanzada edad y los constantes problemas de salud que padecía, incluso desde años antes de su salida del poder.
Rodeado de unos pocos fieles partidarios, entre los que se encontraban el actual mandatario, Mario Abdo Benítez, hijo de su secretario privado y otros políticos que de una manera u otra estuvieron relacionados a su gobierno e incluso a la política de ese momento en el Paraguay. Stroessner murió en el exilio, lejos del poder y sin el “calor” de sus obsecuentes aduladores, muchos de los cuales rápidamente tomaron distancia de él apenas horas después de su caída en febrero de 1989. Sus restos fueron inhumados en el cementerio Campamento de la Paz en Brasilia y permanecen allí a pesar de su deseo, expresado en vida, de regresar al Paraguay, una lucha que continúa hasta el día de hoy.
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Juicio a expolicía se trasladó a sede policial
Dos víctimas de la dictadura paraguaya de Alfredo Stroessner (1954-1989) visitaron ayer viernes la sede policial en Asunción donde relataron al juez las torturas a las que fueron sometidos por el entonces comisario Eusebio Torres, ahora de 87 años y conocido entonces por interrogar a sus detenidos con un látigo.
“Estamos activando la memoria y al mismo tiempo el estrés del shock post traumático. Venir aquí es una forma de revictimizarnos, pero es una obligación pasar por esto”, dijo entre lágrimas Carlos Casco, de 69 años. Lo acompañaba su hermano Luis, de 72, el otro querellante en este caso sobre hechos que datan de 1976 y en el que han comparecido cerca de unos 20 testigos.
Al reconocer el lugar, otros testigos relataron su vivencia a periodistas. “Eusebio Torres me torturó a mí y a muchos compañeros de las facultades que estábamos presos; éramos cerca de 400, 500 personas”, aseguró Raúl Monte Domecq. En las audiencias que comenzaron la semana pasada, Torres -quien niega las acusaciones- asistió sin palabras a través de una computadora desde su casa debido al arresto domiciliario que cumple.
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La historia era distinta hace 47 años. “Con un látigo trenzado de cuero, comienza a castigarme, así con rabia, con mucha rabia, como si yo le hubiera pateado a su madre, y uno de esos latigazos se va a mi ojo y me revienta el cristalino”, dijo en su testimonio Carlos Arestivo, quien lleva un ojo de cristal.
Son testigos hoy ancianos y frágiles, pero para quienes este juicio “es un hecho muy importante; muy pocos policías y exjerarcas de la dictadura de Stroessner han sido procesados y recibieron condena”, aseguró a la AFP uno de ellos, Antonio Valenzuela Pecci. “Estamos movidos por un deseo de justicia, no de venganza”, afirmó. La fiscalía pide 15 años de prisión para Torres y la defensa su absolución. Se espera que el juez Manuel Aguirre dé a conocer la sentencia el martes.
Operación Cóndor
La dictadura de 35 años del general Stroessner dejó 59 ejecuciones extrajudiciales, 336 desaparecidos, cerca de 20.000 detenciones ilegales y casi 19.000 casos de tortura. En su informe de 2008, la Comisión Verdad y Justicia señaló que “una de cada 133 personas fue torturada” en Paraguay. Sin embargo, los procesos judiciales posteriores a la dictadura fueron pocos. Una decena de policías resultaron procesados por casos de tortura y Stroessner murió impune en 2006 a sus 93 años, sin haber sido extraditado nunca de su exilio dorado en Brasil.
“La justicia no es justicia. El ‘stronismo’ nunca salió de este país. Toda esta gente que ha cometido crímenes de lesa humanidad está a salvo”, reclamó Guillermina Kanonnikoff, otra de las víctimas, de 70 años. Y añadió: “Le puedo asegurar que este tipo (Torres) sabe exactamente qué hicieron con los desaparecidos en 1976″, cuando ocurría la “Operación Cóndor”, un pacto secreto de las dictaduras del cono sur de la década de 1970 para perseguir y eliminar a disidentes más allá de las fronteras nacionales.
Látigo y picana
El nombre de Torres o “Tejuruguai” (látigo en guaraní), como lo llamaban los detenidos, evoca terror. Como comisario y abogado, era él quien tomaba las llamadas “declaraciones” de los jóvenes sospechosos de subversión. “Mi hijo tenía 8 meses cuando él me latigaba”, contó Kanonnikoff. “Yo he visto compañeros destrozados en Investigaciones. ‘¡Este no amanece vivo!’, decía”.
Su marido, Mario, murió en “Investigaciones” y ella amamantó en cautiverio a su bebé y a otros dos hijos de presas. Otros, como Constantino Coronel, de 92 años, recordaron cómo le hacían beber sangre de sus propias heridas, le sumergían la cabeza en un inodoro lleno de materia fecal y las interminables sesiones de “picana” eléctrica. La defensa de Torres alegó que los delitos habían prescrito, y que los actos de tortura debían recalificarse como lesiones, para reducir la pena. Esto fue rechazado por el tribunal.
Fuente: AFP.
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Comenzó el juicio del expolicía Eusebio Torres
Eusebio Torres, un expolicía que actuó durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, fue presentado el viernes pasado en un tribunal en Asunción para afrontar un juicio por torturas infligidas a opositores al régimen que reinó 35 años en Paraguay, constató la AFP. El acusado, de 87 años, es sometido a juicio por vía telemática desde su residencia en la capital paraguaya por dos casos de torturas que se registraron en abril de 1976.
Una veintena de perseguidos políticos durante la dictadura de Stroessner (1954-1989) acudieron en grupo a la sala judicial para prestar su testimonio en el proceso. La defensa había solicitado la prescripción y el cambio de calificación de los hechos para que Torres no sea condenado a más de 5 años de cárcel. La petición fue rechazada.
Según la Constitución, los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles. La Fiscalía acusa a Torres de someter a tormentos diversos a Carlos Ernesto Casco y su hermano Luis Alberto Casco, quienes lo denunciaron en 2011. Constantino Coronel, uno de los testigos, declaró a los magistrados que Torres, cuya sola mención causaba terror entre los perseguidos del régimen, irrumpió un día en su domicilio portando una metralleta: “Echó abajo la puerta de mi casa rociandola a balazos…”, dijo.
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Por su parte, Carlos Arestivo, quien estuvo preso en la repartición de “Investigaciones”, relató que el torturador “me ordenó que me desvista y con su látigo trenzado en cuero comenzó a castigarme con fuerza, con rabia, como si yo le hubiera pateado a su madre. Uno de los impactos me reventó uno de los ojos”, enfatizó.
La activista de derechos humanos Olga Kannonikof, una exvíctima de apremios y cuya pareja murió en 1976 por torturas, fue una de las promotoras del juicio. Sostuvo que en Paraguay “necesitamos conservar la memoria y no retroceder nunca en la lucha contra la impunidad”.
En este país sudamericano fueron muy contados los exponentes del régimen militar sentenciados a largas penas de prisión por los abusos cometidos. El dictador Alfredo Stroessner murió en un “exilio dorado” en la capital brasileña, Brasilia, en 2006, con 93 años.
Mario Abdo Benítez, sobrino nieto del exdictador, fue presidente paraguayo (2018-2023). Según datos de la Comisión de Verdad y Justicia, unas 20.000 personas fueron víctimas directas de violaciones de derechos humanos durante ese periodo.
Hubo 19.862 detenidos en forma arbitraria o ilegal; 18.772 ciudadanos torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente y 336 están desaparecidos. Torres era conocido con el apodo “Teyuruguái” (látigo, en lengua guaraní) y era conocido por practicar torturas con látigo en mano.
Fuente: AFP.
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Le llega la “hora de la verdad” a Bolsonaro, que entra en el ámbito criminal
Fue una avalancha de revelaciones sin precedentes. La publicación en detalle de los preparativos para un supuesto intento de golpe de Estado por parte de Jair Bolsonaro y sus más estrechos aliados dejó al expresidente brasileño más expuesto que nunca.
El líder ultraderechista, que se dice víctima de una “persecución”, fue impedido el jueves de salir de Brasil en el marco de la operación “Tempus veritatis”, la hora de la verdad, en latín. Otros de sus colaboradores fueron objeto de registros o detenidos.
Pero sobre todo son las 135 páginas de la decisión judicial que autorizó la operación lo que tuvo el efecto de una bomba en Brasil: se trata de un supuesto plan premeditado para garantizar que Bolsonaro siguiera en el poder.
Revelaciones comprometedoras
Según los investigadores, la supuesta trama golpista empezó a urdirse mucho antes de los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas disconformes con la derrota electoral de su líder frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva invadieron las sedes de poder en Brasilia.
Apoyado por ministros, consejeros y altos mandos militares, Bolsonaro habría empezado a preparar un plan B a las urnas meses antes de las elecciones de octubre de 2022. “No se trata de los delirios aislados de un colaborador, sino de una acción coordinada en presencia de varios ministros y del presidente de la República. Es extremadamente grave”, destaca Geraldo Monteiro, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro.
Uno de los personajes centrales de la trama es Mauro Cid, un estrecho colaborador de Bolsonaro, que firmó un acuerdo de colaboración con la justicia tras haber sido detenido y encarcelado durante cuatro meses. Las autoridades empezaron a tirar del hilo gracias en parte a la información de Cid.
La primera fase del plan consistía según la policía en desacreditar el sistema de votación electrónico en Brasil para alimentar “sospechas de fraude” electoral y “legitimar una intervención militar”.
Durante una reunión el 5 de julio de 2022, cuya grabación fue publicada el viernes, Bolsonaro exhorta a “todos los ministros” a lanzarse en esta campaña contra las urnas electrónicas. “Si reaccionamos después de las elecciones, será el caos en Brasil, una gran guerrilla”, dijo el ultraderechista.
El general Augusto Heleno, ministro del gabinete de Seguridad Institucional, añadió: “Si hay que dar un golpe sobre la mesa para revertir la situación, hay que hacerlo antes de los comicios”.
Preparaban un golpe
Los investigadores apuntan a preparativos de un “golpe de Estado militar para impedir que el presidente electo de forma legítima accediera al poder”.
Según la policía, Bolsonaro recibió y modificó un decreto de golpe de Estado en el que preveía detener al presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, y convocar nuevas elecciones.
El texto fue presentado a militares de alto rango durante una reunión el 7 de diciembre, tres semanas antes de la investidura de Lula, pero el decreto nunca se aplicó. ¿Por qué? La pregunta sigue en el aire.
La investigación expone también “las presiones” ejercidas sobre “militares indecisos” para que se adhirieran al plan de golpe de Estado.
Bolsonaro niega las acusaciones: “Nunca existió un intento de golpe en Brasil durante mi gobierno”, dijo en una entrevista al canal Record News difundida la noche del viernes.
Bolsonaro entra en el ámbito criminal
Según Monteiro, se trata “del golpe más duro hasta ahora” para el expresidente. “Más duro” que cuando fue inhabilitado políticamente hasta 2030 por desinformación, “puesto que ahora entramos en el ámbito criminal”. “Bolsonaro será seguramente detenido debido a su implicación directa en los preparativos de golpe de Estado”, prevé.
Podría ser inculpado formalmente una vez que concluya la investigación, cosa que puede suceder pronto, según la prensa brasileña. La policía baraja los delitos de “golpe de Estado” y de “abolición del Estado de derecho democrático”.
Hasta ahora, los condenados por estas acusaciones en el marco de los actos golpistas del 8 de enero de 2023 se llevaron penas de hasta 17 años de prisión.
Consecuencias políticas
Desde que dejó el poder hace 13 meses, Bolsonaro ha sido blanco de numerosas investigaciones, pero el excapitán del ejército ha dado muestras de resistir y se ha mantenido a la cabeza de la oposición.
Monteiro estima que este nuevo escándalo “no afectará el núcleo duro de sus partidarios”, pero cree que el electorado bolsonarista puede reducirse de forma significativa.
Datos del instituto Quaest muestran que 58 % de los mensajes en las redes sobre la operación policial del jueves fueron críticos con Bolsonaro, una rara derrota para quien sigue siendo el líder de la arena política digital en Brasil.
La investigación, entre tanto, reconforta a Lula, que no ha dejado de criticar a su predecesor “golpista”.
Fuente: AFP
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“Solo las democracias tienen la potencialidad de mejorar y lograr el cambio social”
Paulo César López, paulo.lopez@nacionmedia.com - Fotos: archivo/gentileza
Con motivo de los 35 años de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner, que se cumplieron ayer 3 de febrero, la Sociedad Paraguaya de Sociología presentó el material de estudio “1989 - Cinco momentos”, una digitalización de cinco periódicos de 1989 realizada con el fin de facilitar la comprensión de la realidad del país durante ese período desde diversas perspectivas.
En un contacto con La Nación/Nación Media, el sociólogo Carlos Aníbal Peris, compilador del material, brindó mayores detalles sobre este trabajo, que pretende constituirse en una herramienta útil para los investigadores y para los ciudadanos en general que deseen conocer más acerca de nuestra historia reciente.
Asimismo, el cientista social analiza estos 35 años que transcurrieron de la caída del régimen autoritario y afirma que, a pesar de las múltiples deficiencias y materias pendientes, solo el juego de la democracia, que se materializa en libertades públicas y en la participación ciudadana, brinda las posibilidades de lograr un cambio social, algo que no es posible bajo una dictadura.
–¿En qué consiste el trabajo recientemente editado en conmemoración del aniversario del fin de la dictadura?
–Lo que hicimos fue digitalizar cinco periódicos del año 1989, en los cuales se muestran diferentes momentos que pasó la sociedad paraguaya durante ese año. El primer periódico que digitalizamos fue el diario Patria del 2 de febrero. ¿Y por qué es importante haber digitalizado Patria del 2 de febrero? Además que era el vocero del gobierno de Alfredo Stroessner en aquella época, también un poquitito te mostraba, entre comillas, ese paraíso estronista contado desde la perspectiva del estronismo. Luego, el segundo periódico que digitalizamos fue El Diario del 3 de febrero, pero el diario se publica por la mañana. Entonces, uno ve perfectamente cómo, ante el miedo que había, ante la incertidumbre que había, este periódico relata lo sucedido, pero de una forma muy tímida. Por ejemplo, no hablaba de golpe, no hablaba de derrocamiento, sino que hablaba de un levantamiento militar en la Caballería. Luego, el tercer periódico que digitalizamos fue Última Hora, que en aquella época se publicaba por la tarde. Con toda la información que tenían, ya el golpe de Estado bien consolidado, sí ya se habla de un golpe de Estado, sí ya se habla de que el tirano se rindió, incluso también recoge diferentes testimonios, como el de los escritores Augusto Roa Bastos y Rubén Bareiro Saguier.
Luego, el cuarto periódico que digitalizamos fue El Cambio, del 7 de abril de 1989, que es el primer número que lanza el periódico del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), en donde lo importante es ver cómo la oposición, que en aquella época en su mayoría estaba en el PLRA, se ubicaba en ese contexto en ese año. Y después, el último que digitalizamos fue el diario Hoy, pero más precisamente su anuario. Es decir, el número que lanzan el 30 de diciembre de 1989, en el que ya se ve lo que significó el golpe, ya se ve también lo que fue el gobierno de Andrés Rodríguez en esos primeros meses.
–¿Cuál es el objetivo con el que fue realizado este trabajo?
–Lo que intentamos hacer con este material es hacer una especie de línea comparativa de cómo se narró ese año desde diferentes momentos. El momento uno sería un día antes, el momento dos sería por la mañana, el momento tres sería por la tarde, el momento cuatro sería desde la oposición pasado un tiempo y el momento cinco sería desde fin de año.
HALLAZGOS
–¿Cuáles son algunos de los principales hallazgos que arroja esta compilación?
–El principal hallazgo que vimos es lo que era la incertidumbre, pero que se reflejaba no solamente en las formas como se escribían las noticias. Es decir, estamos hablando de que los medios de comunicación estaban con miedo, estamos hablando de que había un clima de tensión. La gente no podía creer que casi 35 años se habían acabado de la noche a la mañana, pero tampoco la prensa. Entonces, uno puede ver desde lo que es Patria del 2 de febrero de 1989 hasta lo que es el Anuario de Hoy, del 30 de diciembre de 1989, cómo va cambiando la semántica de los medios de comunicación en virtud de la toma de conciencia de que el régimen de 35 años se acabó y que se estaba viviendo en un periodo de democratización, de mayores libertades y, en definitiva, de libertad de expresión.
Es decir, lo interesante de poder tener estos cinco periódicos, estos cinco momentos, es que uno pueda hacer una comparativa de cómo fue cambiando la realidad y la semántica en ese año 1989, que fue tan complicado. Y en el transcurrir de los días, luego del golpe, cómo fue cambiando la cobertura, sobre todo del diario Patria. Es incluso hasta simpático. Porque el diario Patria sale el 2 de febrero y luego la siguiente edición que sale es la del 4. No hay una edición del 3 de febrero, aunque esa edición del 4 sí tiene la numeración como si fuese que hubo un número el 3 de febrero. Nosotros incluso buscamos el número de Patria del 3 de febrero en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional y no hay, no existe el número del 3 de febrero del diario Patria. Y podemos afirmar tímidamente que si es que hay, no se consigue, no se sabe en dónde está.
–¿Y cómo se fue dando el cambio de cobertura luego del golpe?
–El diario Patria, por sobre todas las cosas, automáticamente, a partir del 4 de febrero de 1989, se vuelve un periódico oficialista del rodriguismo. Incluso hace una cobertura muy interesante de la campaña eleccionaria que hace Rodríguez. Y pone, por ejemplo, en los títulos de junio, de agosto, “Rodríguez, el pueblo está contigo”, “Rodríguez, vos mostrás la voluntad del coloradismo, que es la voluntad del pueblo”. Incluso el diario Patria hasta cambia su logo. Es decir, el logo era uno en época de Stroessner y otro ya en época de la transición a la democracia. Pero Patria, por sobre todas las cosas, era un diario del coloradismo y lo que cambia es que se pasa de estronismo al rodriguismo,
–Haciendo una valoración de estos 35 años que transcurrieron del golpe, ¿cómo evaluás a los gobiernos de la posdictadura?
–Yo particularmente soy uno de los que tiene un espíritu positivo. Efectivamente siempre es mejor estar en la democracia, con todas las falencias que pueda llegar a tener. Siempre es mejor estar en una democracia que en una dictadura. Es decir, no existe la dictadura buena, pero sí existe la democracia buena.
Hay algunas democracias con potencialidades de ser mejores, más inclusivas, con una mayor atención a las diversas demandas de la población. Quizás aquí en Paraguay pensamos que la democracia es mala, ya que muchos derechos o atenciones a la población están deficitarias, pero hay potencialidad de mejorar, de lograr el cambio social, y eso solo te dan las democracias, no las dictaduras.
En el Paraguay de estos 35 años vemos muchas deficiencias, vemos muchas materias pendientes, vemos a lo mejor muchos grupos sociales que no fueron escuchados o que no fueron atendidos de una forma cabal, pero estamos en un juego de participación, estamos en un juego de libertades, estamos en un juego de derechos que en definitiva nos mantiene con la idea sociológica de poder producir un cambio social en el presente o en el futuro.
LA POSVERDAD
–¿Le parece que la sociedad paraguaya se ha vuelto más tolerante a las opciones autoritarias o incluso preferiría un régimen de este tipo en lugar de una democracia?
–Lo que pasa con la sociedad paraguaya, al igual que todo el mundo, es que está pasando actualmente por un proceso de posverdad. ¿Qué es la posverdad? La posverdad es la polarización, es discutir las ideas pero no desde las ideas. Es decir, no se trata de combate en la verdad, sino apelando a los sentimientos y a la manipulación. Estamos pasando por un proceso en el cual todos discuten. Entonces eso efectivamente hace que existan posiciones más intolerantes y menos diálogos, porque en definitiva hay menos razón. Ahora, ¿es una cuestión específica del Paraguay? No. Es una cuestión de la globalización, es una cuestión de la modernidad, es una cuestión de los medios de comunicación, de las tendencias que nos vienen, por los procesos macro que está pasando toda la sociedad estamos dentro de esta lógica de posverdad.
–¿Y por qué cree que se da esta situación?
–Hay diferentes perspectivas. Hay algunos que dicen que sectores marginales que antes no fueron escuchados por sus ideas radicales hoy justamente están ganando más espacios y justamente son ellos los que siembran esta cuestión de la posverdad, de discutir absolutamente todo, incluso hasta la verdad. Hay otros sectores que dicen sí, que a lo mejor son estos sectores ultra los que vienen a discutir todo sin la verdad. Pero si estos sectores tienen más espacio es porque las democracias de Occidente fueron deficitarias. Entonces, al bajar la representación de las personas, crecen otras voces que normalmente no son escuchadas justamente por la radicalidad de sus argumentos.
–¿Algún comentario final que desee agregar?
–Quiero invitarles a todos a que descarguen el material, que es un material de estudio, es un material de difusión, no tiene ningún tipo de costo, que se baja gratis desde la página de la Sociedad Paraguaya de Sociología, que es sociologiaparaguay.org.