Una investigación hecha por un equipo multidisciplinario de profesionales, varios de ellos ex becarios del programa Becal, permitió identificar que el COVID-19 es fuertemente urbano, lo que no implica que no pueda propagarse en el área rural. Los profesionales consideran que las acciones deben enfocarse en la mitigación y no en la supresión, es decir, en aplanar y no eliminar la curva de contagios del letal virus. Asimismo, recomiendan un retorno gradual a las actividades, tras la cuarentena y consideran que éste debe darse en tres etapas, empezando por la población económicamente activa, luego los niños y por último los adultos mayores. La arquitecta Evelyn Madelaire, vocera del equipo investigador, brindó a La Nación detalles del denominado “Plan Estratégico para hacer frente al COVID-19 desde la Gestión del Riesgo”.

“El COVID es un fenómeno que tiene una expresión fuertemente urbana, es decir, necesita de la ciudad y de factores muy propios de la ciudad para propagarse. Eso no significa que en el área rural alguien no pueda contagiarse, puede contagiarse, pero de cumplir su cuarentena normalmente no alienta la propagación y se acaba el virus”, mencionó.

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“Paraguay tiene un 60% de área urbana, entonces ya no tenés que enfrentarte a más de siete millones de habitantes, sino tenés que enfrentarte a unos cuatro millones y otra vez, de esas áreas urbanas hay unas que son de bajísima densidad que podrían recibir desde un enfoque de la prevención y siempre las políticas de investigación vigente un protocolo diferenciado con relación a las áreas que van a ser calientes (hotspots, zonas calientes) por llamarlos de algún modo”, añadió.

Las ciudades con mayor densidad poblacional fueron agrupadas de la siguiente manera: Asunción y el Área Metropolitana además de Paraguarí, Caacupé y Villa Hayes, entre otras, seguido del frente Este que sería Ciudad del Este y Presidente Franco y el frente Sur con Encarnación, Cambyretá, Carmen del Paraná y Capitán Miranda. También debe tenerse especial atención con los asentamientos precarios, según la entrevistada.

Las estrategias sugeridas por los investigadores consisten en establecer una priorización de los frentes. “Esta priorización de los frentes lo que te permite más que disminuir el impacto es direccionar los recursos. Dentro de los hotspots se establecen zonas prioritarias y además se priorizan las ciudades secundarias por sus características logísticas o de interconexión. Y finalmente se podría trabajar desde la gestión del territorio, desde un enfoque más de prevención, siempre con las políticas de mitigación vigente”, enfatizó.

En este punto, la profesional dijo que la mitigación no es lo mismo que supresión. “Mitigación implica una vuelta con nuevos hábitos”, sentenció.

Dijo que los niños y adolescentes representan el mayor número de asintomáticos y una tasa de mortalidad muy baja. “Vimos que la gente mayor es la más vulnerable, a partir de los 50 años habría que empezar a prestar atención con esto”, señaló.

Desconfinamiento

Al hablar del retorno a las actividades tras la cuarentena obligatoria, la arquitecta Evelyn Madelaire define como el retorno a una “nueva normalidad” y sugiere hacerlo por etapas. “Si hay algo que hay que entender es que no vamos a poder volver a la normalidad tal cual la conocemos, al menos hasta que haya una vacuna”, manifestó.

“Nosotros no somos epidemiólogos, pero según el estudio que hicimos de cómo venía comportándose el virus, proponemos que retorne primero la población económicamente activa, en setiembre volverían los chicos a los colegios y finalmente en diciembre la gente que supone el grupo de riesgo, mayores de 60 años, personas con discapacidad y personas con problemas de base”, indicó.

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