El uso de tapabocas para usuarios de transporte público es de carácter obligatorio por decreto presidencial, por lo que policías y militares controlan su utilización en distintos buses que circulan sobre la Avenida Mariscal López, en Asunción, durante el periodo de emergencia sanitaria para evitar una mayor propagación del coronavirus.
“Estamos haciendo descender a los pasajeros especialmente a aquellos que no tienen tapabocas en los buses. Hay mayor cantidad de personas que viajan, por más que vayan sentados. Exigimos el uso obligatorio de este elemento", expresó un policía interviniente, en contacto con el canal Telefuturo.
En una barrera policial fiscal sobre Mariscal López y Santa Teresa, los uniformados verifican el cumplimiento de esta medida y de la salida con constancia laboral.
“Hemos hecho bajar más de 3 pasajeros, le concienciamos a ir a comprar tapabocas si quieren continuar su viaje. Pierden el colectivo e instamos a choferes para que no alcen ningún pasajero que no utilice tapabocas”, finalizó el uniformado.
Sin embargo, se pudo observar un acatamiento casi total de esta medida en los buses del área metropolitana por parte de los usuarios del servicio. El decreto N° 3525 de emergencia sanitaria establece el requerimiento del uso de mascarillas o tapabocas para abordar los buses, de manera a disminuir el nivel de exposición al virus.
Las empresas de transporte extreman medidas de limpieza y desinfección de las unidades para reducir al mínimo el riesgo de contagio dentro de las mismas. Igualmente se encuentra limitado a la capacidad de asientos disponibles y solo pueden viajar sólo pasajeros sentados.
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Robert Kennedy Jr deja perpleja a la comunidad científica con anuncio sobre estudio de autismo
La comunidad científica se mueve entre la perplejidad y la inquietud tras el anuncio del secretario de Salud estadounidense, Robert Kennedy Jr, de un gran “estudio” que revelará en unos meses las “causas” de una “epidemia de autismo”.
RFK Jr explicó que estos trabajos de investigación con “centenares de científicos del mundo entero” revelarán “antes de septiembre” las causas de lo que denomina una “epidemia” de autismo.
Prometió también “eliminar” esas causas. Y aunque no lo precisa en su intervención, se refería a las vacunas, a las que acusa erróneamente de ser las responsables de esta enfermedad.
“Quien pretende resolver un problema tan complejo en cinco meses es un estafador”, dijo en X Neil Stone, especialista de enfermedades infecciosas en la University College Hospitals de Londres.
Para Hugo Peyre, psiquiatra infantil en el Centro Hospital Universitario (CHU) de Montpellier, Francia, las declaraciones del secretario de Salud estadounidense muestran “cierto desconocimiento de la literatura científica”.
El autismo, enfermedad compleja de amplio espectro, está muy estudiada y los médicos se preguntan desde hace tiempo sobre su origen.
Aunque no existe hasta el día de hoy una causa única identificada, se han propuesto varios factores como una neuroinflamación, la toma de algunos medicamentos como el antiepiléptico Depakine durante el embarazo o predisposiciones genéticas.
“Cerca de 200 genes fueron asociados al autismo y cerca del 80 % de los casos de autismo pueden estar relacionados con mutaciones genéticas”, dice Thomas Bourgeron, responsable de la unidad de genética humana y funciones cognitivas en el Instituto Pasteur.
El presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó hipótesis contrarias a los conocimientos científicos. “Es posible que sea necesario que dejemos de tomar algo, comer algo, o tal vez es una vacuna”, afirmó.
La oenegé estadounidense Autistic Self Advocacy Network, acusó al departamento de Salud de querer “producir investigaciones falsas y fraudulentas que apoyan las creencias preexistentes de Kennedy y Trump sobre la relación del autismo y las vacunas”.
Aumenta la “epidemia”
El presidente y su responsable de Salud han difundido ambos en varias ocasiones una teoría falsa que establece una relación entre la vacuna SRP (sarampión, rubeola y paperas) y el autismo.
Esta especulación surge de un estudio falseado por su autor Andrew Wakefield, que fue retirado y múltiples veces desmentido por trabajos posteriores.
Esto no impide que la desinformación sobre este tema inunde las redes sociales, como lo constatan los equipos de verificación de AFP, e incluso que sea difundida por dirigentes políticos.
Entre ellos, Robert Kennedy Jr, quien, pese al consenso científico, ordenó en marzo una nueva investigación sobre el tema en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), principal agencia sanitaria del país.
Uno de los argumentos principales retomados por quienes asumen esta teoría sin fundamento es que los casos de autismo aumentan. Según las cifras del CDC, la prevalencia pasó para los niños nacidos en 1992 de 1 de 150 a 1 de 36 para los nacidos en 2012.
Pero para los especialistas, de ninguna manera se debe hablar de “epidemia”. “Es importante hacer una distinción entre la prevalencia real, que corresponde al estado de salud de la población y que parece estable, y la prevalencia medida”, dice Bruno Peyre.
Aunque la prevalencia medida “aumenta de manera espectacular desde el inicio de los años 2000″, eso no quiere decir “que los niños estén más enfermos”, agregó. El incremento se explica sobre todo por la ampliación de los criterios de diagnóstico del autismo y un mejor conocimiento de los profesionales.
“Los criterios de diagnóstico cambiaron drásticamente en las últimas décadas, pues se toma más en cuenta en las últimas décadas a las personas sin deficiencia intelectual y hay una mejor detección entre las niñas”, añade Thomas Bourgeron.
“Los profesionales de la salud y las familias están mucho más atentos a los trastornos del espectro del autismo”, subraya por su parte Hugo Peyre.
Tras insistir en la necesidad de seguir con las investigaciones sobre el tema, especialmente sobre la comprensión de los factores de riesgo prenatal y perinatal, la psiquiatra infantil lamentó que “los factores señalados por Robert Kennedy Jr ya fueron descartados por la comunidad científica con estudios de muy buena calidad”.
Fuente: AFP
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Cuarentena por covid: hace 5 años se paralizó el país
- Por Sara Valenzuela.
El martes 10 de marzo del 2020, la forma de vida de todos los paraguayos sufriría una alteración imborrable, ya que solo tres días después de confirmarse el primer caso de covid en nuestro país, el Gobierno instauraba una inédita cuarentena sanitaria por un periodo inicial de 15 días.
El primer periodo de cuarentena se instauró por decreto presidencial y se estipuló la suspensión de todos los eventos públicos o privados de concurrencia masiva, así como conciertos, prácticas deportivas, reuniones religiosas o de carácter político, actividades en lugares cerrados que incluían a cines, teatros y convenciones. Esta medida también alcanzó a las instituciones educativas de todos los niveles.
Los primeros 15 días posteriormente fueron extendidos a semanas y meses. Luego, con la evolución de los contagios y el avance de la enfermedad en el mundo, fue sufriendo modificaciones, abriendo paso a la llamada “cuarentena inteligente” y luego a la “cuarentena por fases”, que se activaban según los territorios con mayor o menor afectación por el virus.
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Analizando en retrospectiva, el médico epidemiólogo Guillermo Sequera, quien en el momento de la pandemia se desempeñaba como titular de la Dirección de Vigilancia de la Salud, resaltó que haber tomado la medida de cuarentena de una manera casi inmediata a la confirmación de los casos en nuestro país le dio al sistema sanitario nacional una brecha para prepararse ante lo que se avecinaba.
“Cuando empezó la pandemia, nuestra capacidad de analizar muestras era de 16 o 17 por día, y así era imposible determinar si existía o no ya una circulación comunitaria, por lo que tras hablar con colegas que estábamos todos con este tema alrededor del mundo y viendo la situación de diferentes países, determinamos que la cuarentena era necesaria en Paraguay para frenar los brotes que posiblemente ya se habían iniciado”, recordó el doctor Sequera en conversación con La Nación/Nación Media.
El reconocido profesional aseguró que el solicitar a todo un país que frene sus actividades, las cuales necesariamente afectarían a la economía nacional, era un enorme desafío que finalmente se logró conquistar, dando tiempo a los médicos a analizar los siguientes pasos teniendo en cuenta que la situación ante el avance de la enfermedad era sumamente fluctuante.
“Nueva normalidad”
“Cuando empezó la pandemia, se creía que el virus iba a llegar a nuestro país proveniente de China, Europa o Estados Unidos y no fue así; los primeros contagiados viajaron y regresaron de países de la región en los que ni siquiera se había confirmado la presencia comunitaria del virus, entonces nosotros supimos que el camino correcto era extremar las medidas de salubridad y, sobre todo, llamar a la conciencia de la población”, indicó el doctor Sequera a LN.
La vida de los paraguayos había cambiado de la noche a la mañana; los planes que en muchos casos se habían hecho con meses de antelación ahora simplemente quedaban en pausa indefinida; las multitudinarias reuniones familiares que eran una actividad casi religiosa para muchos quedaron relegadas ante el encuentro a través de videollamadas o un saludo a metros de distancia; los encuentros recreativos y los bulliciosos quedaron coartados a las salas de estar, los balcones y ver repeticiones de eventos deportivos.
Si bien esa “nueva normalidad” golpeó con fuerza a todos los paraguayos, muy acostumbrados al roce social, los médicos también se enfrentaban a una realidad que los paralizaba, el aumento de los casos, los tratamientos que conforme se conocía a la enfermedad se iban implementando y la dura realidad de que nadie estaba preparado para lidiar con un nuevo virus.
Experiencia abrumadora
“Fue muy difícil; uno salía, iba, hablaba con los colegas y tratábamos de marcar un protocolo de atención, pero después debíamos de modificar eso y cambiar tratamientos conforme obteníamos la información, porque estábamos lidiando con un virus que no conocía nadie, que nadie sabía exactamente cómo tratar y, lo peor, que no sabíamos cómo evolucionaba para al menos tener un parámetro de tiempos”, expresó el epidemiólogo a La Nación.
En carácter personal, asumió que si bien se capacitó y estudió para este tipo de situaciones, son muy pocos los médicos que tienen la experiencia con epidemias o pandemias, ya que la aparición de este tipo de fenómenos a lo largo de la historia son distantes uno del otro, por lo que ciertamente los médicos y especialistas contaban con las herramientas teóricas, la práctica era abrumadora.
“Yo sabía lo que se tenía que hacer, y con los colegas a nivel internacional hablábamos de los planes de acción, pero uno muchas veces se veía sobrepasado por lo que ocurría, por el conteo de infectados y por sobre todo el de fallecidos; a esto había que sumarle el hecho de que nadie te enseña como comunicarte en estos casos. Yo tenía que salir a hablar y demostrar calma cuando en realidad la situación me dolía mucho”, recordó el doctor Sequera.
Fortalecimiento sanitario
Admitió, además, que esta crisis sanitaria por la que atravesó el mundo y, en particular, Paraguay, dejó en el sistema sanitario nacional precedentes importantes, como el hecho de la extensión de la capacidad de las unidades de terapia intensiva a nivel nacional, la provisión de oxígeno que ahora cada centro asistencial cuenta y las instalaciones y adecuaciones de infraestructura que se dieron en hospitales de referencia para hacer frente a la crisis.
A cinco años del inicio de la pandemia, recordar los contagios, la cuarentena, las medidas de seguridad y, por sobre todo, a los fallecidos a causa del covid, resulta aún difícil porque en la memoria quedaron impregnados momentos que generaciones enteras nunca habían imaginado siquiera vivir, la incertidumbre de contraer el virus, el miedo ante la enfermedad, la impotencia por la cantidad de vidas cobradas y la certeza de que nada volvería a ser igual.
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Covid-19: el 99,7% de los fallecidos este año no estaban vacunados, recordó profesional
Los casos de covid-19 continúan presentándose y con las bajas temperaturas el riesgo de contraer una infección por coronavirus aumenta. De ahí la importancia de acudir a los centros de vacunación para recibir las inmunizaciones correspondientes, tanto la antigripal como la de covid-19.
El doctor Hernán Rodríguez, coordinador del Comité de Vacunas de la Asociación Panamericana de Infectología, informó que el 99,7% de los fallecidos por covid-19 no estaban vacunados, mientras que el 52% tenía 60 años en adelante.
El profesional tomó los datos oficiales del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay de todo el 2023 y lo que va de 2024, tiempo en que se registraron 385 fallecidos por covid-19 e instó a la población a inmunizarse contra el coronavirus.
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El doctor Rodríguez se refirió a la importancia de la vacunación contra el covid-19, indicando que los efectos adversos atribuibles a las vacunas son escasos, incluso insignificantes comparado con el enorme beneficio logrado en la prevención de cuadros graves y muertes.
Insistió en la necesidad de seguir construyendo evidencia científica y respaldarse en ella para determinar las recomendaciones de los esquemas de vacunación que se actualizan periódicamente.
Asimismo, se refirió también al covid prolongado, explicando que se trata de un proceso caracterizado por una serie de signos y síntomas que pueden afectar a diversos órganos, aparecen algunas semanas después de haber padecido la enfermedad.
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Agregó que el riesgo de desarrollar covid prolongado es mayor en personas con antecedente de reinfecciones por el SARS-CoV-2 o con cuadros graves de coronavirus. Según estudios actuales, las personas vacunadas tienen menos incidencia de covid prolongado en comparación con las no vacunadas.
Las personas con dos o más episodios de la enfermedad tienen más de 3 veces la probabilidad de desarrollar problemas pulmonares o cardíacos, y más de 1,5 veces más probabilidades de padecer un trastorno neurológico, por ejemplo: niebla mental o accidentes cerebrovasculares.
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Martes Santo “de la traición” y “controversia” invita a la reflexión
El Martes Santo es el tercer día de la Semana Santa. Si bien no forma parte del Triduo Pascual (de jueves a domingo), es un día importante dentro de la celebración cristiana, por lo que se invita a la reflexión en la familia y con los seres queridos.
En el marco de la Semana Santa, el Martes Santo se recuerda que Jesús anunció sobre la traición de Judas, que lo entregó por 30 monedas de plata días previos a su muerte en la cruz.
El Martes Santo, Martes de la Controversia, es un día especial en el camino espiritual que va trazando la Semana Santa. En él intensificamos nuestra preparación para vivir el Triduo Pascual, según Aciprensa.
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“Según el evangelio del día Jesús habla de su traición, manifiesta que uno de sus discípulos lo va a traicionar, por esto se conoce como el martes de la traición. Porque ese día Judas Iscariote acuerda con los sumos sacerdotes la entrega de Jesús por 30 monedas de plata”, dijo el padre Marcelo Caballero.
La traición en la iglesia primitiva era muy fuerte, teniendo en cuenta que esta era la manera que se hacía sentir la fuerza de la traición hacia Dios, lo cual seguimos haciendo hasta hoy. “La traición es lo que hacemos hasta ahora cuando nos alejamos de Dios, cada vez que obramos en contra de sus mandamientos”, apuntó.