Avivados también minan la lista de postulantes a la ayuda monetaria del Estado, destinada a personas en situación de vulnerabilidad. La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) reportó que fueron excluidos de la nómina de beneficiarios un total de 68 fallecidos, 298 prófugos de la Justicia y 4.271 recluidos o personas privadas de su libertad.
Los últimos informes indican que hasta el momento unas 136.138 personas fueron admitidas al programa de subsidio Ñangareko, que prevé la entrega de G. 500.000 para compra de alimentos, en el marco de la Ley de Emergencia Sanitaria para mitigar el impacto del COVID-19. De este registro, 89.917 beneficiarios ya fueron confirmados por la institución a las compañías telefónicas, que deberán efectivizar el desembolso. En tanto que 47.032 personas ya retiraron su dinero.
Ñangareko es un programa creado a instancias de la nueva ley y a través del cual se pretende dar cobertura a 330.000 familias en todo el país. El proceso de inscripción, notificación y efectivización de los fondos desató una lluvia de críticas por parte de las familias en condiciones vulnerables y varias personas salieron, incluso, a las calles a manifestarse por el engorroso trámite de anotación y la lentitud en los pagos.
Las inscripciones culminaron el 7 de abril y desde la SEN anunciaron que la próxima semana comenzarán la asistencia en los departamentos restantes que cubrirá el programa.
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Eliminar subsidio al transporte público obliga un estudio más complejo, advierte Chase
El senador colorado Natalicio Chase considera que la eliminación del subsidio al transporte público obliga a un estudio mucho más complejo que una decisión administrativa. Indicó que no se puede tomar alegremente decisiones parlamentarias, sin analizar las consecuencias que pudieran traer.
El líder de la bancada oficialista brindó su parecer respecto a la propuesta presentada esta semana por su colega liberal Líder Amarilla, que plantea la eliminación del subsidio estatal destinado al sector del transporte público en el área Metropolitana.
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Explicó que para llegar a la eliminación total del subsidio se requiere de un sistema de transformación profundo; ya que, al eliminar ese subsidio, va a repercutir directamente al costo del pasaje al ciudadano de la clase trabajadora.
“No es una cosa que alegremente se pueda tomar una decisión parlamentaria, sin contar con los estudios correspondientes. Llegado su momento se hará el estudio que corresponda con las autoridades del sector de transporte”, expresó.
No es simple decisión política
El senador Chase remarcó que este estudio no pasa simplemente por una decisión política; sino que se trata de una decisión liberal, en el sentido liberal de la economía, no en referencia al partido político; y que sea aplicado a la fuerza sí sería muy perjudicial para la clase trabajadora.
“Necesariamente se requiere de una transformación del sistema para reconstruir el costo del pasaje. Ya que hoy en día el subsidio está incluido en el costo del pasaje, y si se saca eso ahora, deberá subir en algún lado, alguien necesariamente va a tener que asumir el costo y es ahí que va a afectar a la clase trabajadora”, explicó.
Remarcó que es un sistema complejo y que prefiere dejar este análisis al ministerio de Obras Públicas, al viceministerio del Transporte, que haga el estudio que corresponda.
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Senador presentó proyecto para eliminar el subsidio al transporte público
El senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Líder Amarilla, presentó este martes la propuesta que plantea la eliminación del subsidio estatal destinado al sector del transporte público en el área Metropolitana.
El legislador propone que los USD 40 millones sean destinados a programas sociales. Está demostrado que el sistema de transporte público es un fracaso en el departamento Central y área metropolitana. En el año 2011 se implementó esto para que no aumente el precio del pasaje, pero desde ese tiempo hasta la fecha, el combustible fue bajando gradualmente, por ende, el costo operativo; pero ellos siguen percibiendo este dinero", comentó.
Detalló que en el transcurso de todo esos años, el sector transportista del área metropolitana recibió un total de USD 200 millones. Agregó que subsidiar solo a este sector representa una “discriminación” contra los ciudadanos que se movilizan en el interior del país.
“Este año tendrán otros USD 40 millones, imagínense todo lo que se puede hacer con ese dinero. Ninguna otra actividad económica que genere lucro, dinero, es subsidiado de esta manera en el Paraguay, por qué el sector transporte tiene que ser beneficiado, esto es una injusticia enorme", indicó en una entrevista con los medios de comunicación.
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Recordó que el subsidio estatal fue otorgado a los empresarios del transporte bajo la condición de que impulsen mejoras en el servicio “pero hasta la fecha esto no sucedió, no mejoró el servicio, no hubo inversiones importantes, pese a los USD 216 millones que se desembolsó”.
Amarilla siguió sosteniendo que “el dinero destinado se puede utilizar para cubrir programas sociales a nivel nacional“.
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La competencia en el transporte de pasajeros
- Víctor Pavón (*)
El subsidio no se hace con la intención real de bajar el precio como algunos pretenden hacer creer. La política de subsidio se creó y se elevó en cantidades multimillonarias a un grado intolerable que terminó en una rosca de beneficiarios del dinero público y que no son los usuarios.
Al respecto, días atrás el ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, afirmó que los subsidios al transporte público de pasajeros deben eliminarse, motivo por el cual esta nota tiene como objetivo señalar, primero, sobre lo correcto de dicha afirmación y, segundo, profundizar sobre los efectos dañinos de los subsidios.
Los subsidios en el transporte de pasajeros han creado un esquema de corrupción e ineficiencia donde sale perdiendo el usuario y ganan algunos del sector, ligados a políticos que distan de mucho en beneficiar a los demás.
El propósito de establecer el precio del pasaje mediante un subsidio es una trampa, una trampa contra los bolsillos de la gente para de ese modo seguir cargando sobre los usuarios la calamidad de un transporte público que no sirve a la gente, sino que se sirve de ella.
El subsidio –como toda política intervencionista– distorsiona los mecanismos de mercado que se transmiten por medio de los precios. En efecto, si hay una lección que hasta los mismos socialistas más ortodoxos han comprendido luego de sus continuos fracasos de querer terminar con el mercado libre, esa lección se denomina señales de los precios que permiten crear e intercambiar bienes y servicios de calidad en la sociedad.
El servicio del transporte público no es diferente a otros, como el servicio que hace un zapatero, un enfermero, un albañil o el servicio de entrega de pizzas o hamburguesas.
Todos estos servicios no tienen otra intención que obtener un beneficio en dinero, de modo a capitalizar continuamente el negocio. En el transporte público no hay razón alguna que impida funcionar el mercado, con controles de calidad, frecuencias e inspecciones de los vehículos.
El transporte público es un buen negocio, se gana buen dinero, pero se tiene que dar un buen servicio, al igual que los fabricantes de pizzas o hamburguesas que continuamente compiten por conseguir clientes satisfechos o ¿acaso a los transportistas hay que tratarlos como privilegiados?
Los precios envían señales que surgen de la interacción entre oferentes y demandantes, entre los que compran y venden, entre los que ofrecen un servicio y los que desean contar con el mismo.
El mercado está emitiendo una señal positiva a futuras ganancias debido al crecimiento del parque automotor en el Área Metropolitana. Nuevos oferentes o empresarios estarían dispuestos a obtener beneficios. No hay mejor sistema que la competencia sirviendo con calidad y buen precio al usuario del transporte de pasajeros.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de la Fundación Faro. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”
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Advierten sobre riesgos de seguro para desempleados
La Cámara de Diputados tiene previsto tratar este martes 13 un proyecto de ley que pretende crear un seguro para el desempleado. El especialista en empleo, Enrique López Arce advirtió sobre esta iniciativa, que carece de ciertos estudios previos que garanticen su viabilidad y que además, podrían generar una carga impositiva extra para los trabajadores y empleadores.
“El seguro del desempleo, ante este nivel de informalidad, no es recomendable, ese es mi punto de vista”, expresó López Arce en contacto con el programa “Cuenta Final”, emitido por Universo 970 AM/Nación Media.
El especialista en empleo dio a conocer varios elementos que se deben tener en cuenta antes de aprobar una ley como esta, que recordemos, es una iniciativa que nació de la presidencia de Mario Abdo.
Como primer punto se debe tener en cuenta que esta ley obtendrá los recursos para financiar el seguro, a partir del aumento del aporte de los trabajadores, el cual pasará del 9 % al 10 % y de los empleadores, del 16,5 % al 17,5 %; es decir, un carga adicional del 2 % para las empresas y personas que cotizan en el Instituto de Previsión Social (IPS).
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“No hay estudios serios que sostengan que ese 2 % que se va a aumentar al trabajador y al empleador va a ser suficiente para pagar todo lo que se pudiera pagar y más en caso que el desempleo aumente. Qué pasa si hay más necesidad, se va a aumentar nuevamente el impuesto, o se va a recurrir a los fondos del IPS que ya está golpeado”, subrayó.
Asimismo, indicó que el porcentaje a ser pagado, supera a lo vigente en países como Estados Unidos, Canadá o Nueva Zelanda y se posiciona al igual que Finlandia, y esto, teniendo en cuenta que la realidad económica y laboral de nuestro país, difiere mucho a la situación de los mencionados países.
“Hay que recordar que en pandemia, el subsidio de Pytyvo generó un montón de avivados, hay que tener cuidado con abrir un seguro, una canilla que después todo el mundo va a querer y puede ser peligroso, porque lo que necesitamos es la cultura del trabajo, hay que tener cuidado de lo que le pasó a otros países y no caer en eso”, advirtió.
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