Parque Serenidad ofrece atención gratuita tras manifestar que donará los servicios de sepelio en casos de COVID-19 hasta el próximo 31 de mayo, según una publicación en redes sociales de la empresa, que fue blanco de críticas por parte de internautas, luego de un inoportuno comentario en Twitter, de su director a un familiar de la primera víctima fatal de coronavirus, en Paraguay.
El Ministro de Salud, Julio Mazzoleni , informó que los casos de coronavirus llegaron a 27, ayer lunes. De las 89 muestras, 5 resultaron positivas, 4 son provenientes de Francia y 1 de Brasil. Paraguay confirmó su segunda muerte por COVID-19 este lunes.
Sobre la segunda víctima fatal en el país de coronavirus, autoridades sanitarias refieren que el cuerpo fue ubicado en un ataúd que fue sellado para que la probabilidad de contagio se reduzca. El hombre era un paciente de 65 años, portador de asma bronquial.
“No está permitida la realización de ceremonias fúnebres y la cremación es una alternativa opcional”, expresó Juan Carlos Portillo, director de Desarrollo de Servicios del Ministerio de Salud, en contacto con 730 AM.
La Dirección de Medicina Legal del Ministerio Público, a cargo del doctor Pablo Lemir, cuenta con un protocolo de procedimientos para el tratamiento del cuerpo en caso de fallecimiento a causa de coronavirus.
Luego de la muerte en un hospital no se podrán realizar velorios, porque el sepelio, sea entierro o incineración, debe realizarse de manera inmediata. Con esta medida se tiene por objetivo evitar la aglomeración de personas en la vivienda de la víctima fatal.
Las personas que hayan tenido contacto con el enfermo, familiares y otros allegados, deberán cumplir la cuarentena de dos semanas para corroborar si manifiestan síntomas de la enfermedad.
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Ataúdes en la sala de descanso y filas de espera, una funeraria en Los Ángeles colapsa por el virus
Un cadáver en la sala de descanso. Cuerpos embalsamados en el garaje. Boyd Funeral Home, una pequeña funeraria familiar en Los Ángeles, está tan saturada de víctimas de COVID-19 que ha comenzado a rechazar clientes por primera vez en su historia.
“El fin de semana anterior rechacé a 16 familias para las que no podía prestar servicios”, dice la propietaria Candy Boyd. “Es triste. Pero así es como es ahora”.
En las últimas dos semanas el coronavirus azotó la ciudad de Los Ángeles y alrededor del 80% de los fallecidos que atravesaron sus puertas murieron a causa del virus.
Uno de cada 10 residentes de la segunda ciudad más grande del país se ha infectado desde que comenzó la pandemia, y casi 300 personas murieron diariamente la semana pasada a medida que aumentaban los contagios.
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En la recepción de Boyd, los teléfonos no paran de sonar, pero quienes llaman no obtienen respuesta. El abrumado personal ahora les dice a los clientes que simplemente se presenten y hagan fila. Incluso está recibiendo llamadas de familias desesperadas de otros condados, a más de una hora en auto.
Muchas morgues de hospitales también están llenas, con forenses locales que utilizan camiones refrigerados para acomodar víctimas. Algunos cementerios advierten de listas de espera de dos semanas.
“Las cosas están cada vez más fuera de control”, dice Boyd. Durante la visita de AFP esta semana, un ataúd con una pequeña corona de flores ocupaba la sala de descanso de los empleados. Llevaba allí una semana.
“Esta habitación es nuestra área de almuerzo, sin embargo, tenemos que usar esta sala como espacio para ataúdes”, explica la propietaria. “Hemos hecho los servicios, pero el cementerio está tan ocupado que tenemos que retenerlos aquí hasta que tengan tiempo de hacer el entierro”.
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Cuerpos en el garaje
Como gran parte del sur de Los Ángeles, en el vecindario de Westmont viven principalmente comunidades de clase trabajadora negra y latina, que residen en hogares densamente poblados.
Estas zonas se han visto particularmente afectadas por la pandemia, con tasas de mortalidad dos o tres veces más altas que las de las comunidades cercanas. La cámara frigorífica de la funeraria de Boyd ha estado constantemente llena.
Hace dos semanas, Boyd trajo carpinteros para que construyeran dos grandes estructuras de madera en el garaje de la empresa para almacenar cuerpos embalsamados.
“Ni siquiera ha tenido la oportunidad de terminar realmente porque necesitábamos (almacenar) estos”, dice, señalando los cadáveres envueltos en bolsas que yacían en los estantes. “Nunca me hubiera imaginado tener que construir eso, ni en mis sueños más locos”.
Algunas funerarias han informado de una escasez de ataúdes debido a la falta de madera, aunque el proveedor de Boyd se mantiene al día con los pedidos siempre que se realicen con suficiente antelación.
“Pesadillas”
Preocupada porque sus cinco empleados se contagiaron del virus al comienzo de la pandemia, Boyd se negó inicialmente a aceptar a las víctimas de COVID. “Tenía pesadillas. No podía comer, no podía dormir”, recuerda.
Desde entonces, Boyd ha creado protocolos de seguridad y ahora se siente cómoda lidiando con la afluencia, aunque insiste en que “no se trata de un tema de dinero”. “Se trata de ayudar a las familias”, dice.
“Me pasa factura todos los días, estoy lidiando con esto”, agrega Boyd. “Y tengo que mantener una cara impasible porque tengo que estar ahí para la familia”. A veces, los clientes son personas a las que conoce personalmente desde hace mucho tiempo.
Otras veces, Boyd se encuentra con familias que aún se niegan a usar mascarillas o respetar la distancia física, incluso cuando hacen los trámites para enterrar a sus seres queridos.
“Los números no mienten. Es verdad. Es real”, dice Boyd sobre la enfermedad. Los casos en California se han más que duplicado desde principios de diciembre a 2,8 millones. “Si no te lo tomas en serio”, advierte a un periodista de la AFP, “podrías ser una de las personas que están en mi última fila”.
Fuente: AFP.
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Familiares no cancelaron servicio de sepelio y funeraria retiró a difunto del cementerio
Luego de que familiares de una persona fallecida en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) denunciaron que una funeraria volvió a retirar el ataúd con el cadáver por no pagar todo el servicio, hoy desde la Superintendencia de la Salud decidieron clausurar el local.
Según la denuncia realizada, esto paso porque no abonaron la totalidad de lo requerido por el servicio fúnebre. Entonces personal de la funeraria “Pueblo Mío” volvió al cementerio de Lambaré y retiró el ataúd con el cadáver de su familiar adentro.
Estos procedieron a llevar el féretro con el cuerpo nuevamente hasta las instalaciones de la empresa y esperaron que junten todo el dinero para devolverlo. Recién a las 23:00 del jueves, cuando los familiares reunieron el monto de G. 4.000.000 pudieron retirar al difunto y darle nuevamente sepultura.
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“Es una cuestión inhumana, lamentable desde todo punto de vista. Además de que este establecimiento no se encuentra inscripto en Superintendencia, ni habilitado por el Departamento de Control de Profesiones y Afines es que actuamos de oficio y clausuramos el local”, dijo el abogado de la Superintendencia, Freddy López.
Resaltó que establecieron el cese de actividades temporal del establecimiento, así también fue colocado el rotulo de clausurado en la puerta principal. “Rotulo que debe permanecer adherido hasta que se obtenga la habilitación correspondiente más el comunicado al propietario, Cristian Marecos, los motivos de clausura y los trámites que debe realizar para hacer funcionar regularmente y bajo los estándares legales a su empresa”, puntualizó.
Agregó que también se notificó que en caso de incurrir en una apertura ilegal del local y ser encontrado en flagrancia se procederá a una multa y a un sumario para el cierre definitivo del mismo.
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Situación de las casas funerarias
Las funerarias forman parte de las Entidades Prestadoras de Servicios de Salud y por lo tanto el ente rector que las habilita y registra es el Ministerio de Salud. El asesor jurídico de la Superintendencia de la Salud, Freddy López destacó que en el país actualmente se tiene conocimiento de la existencia de 79 casas funerarias y de que solo 6 están habilitadas por el Ministerio de Salud, y que el resto trabaja de forma irregular. Aseguró que solo en la ciudad de Capiatá se conocen alrededor de 30 funerarias sin habilitación.
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Solo dos funerarias realizan la cremación
Los efectos invasivos del CODIV-19 permean en todos los sectores de la sociedad y el mundo. En ese contexto y esperando que no sea necesario su uso en Paraguay, existen solamente dos empresas funerarias que cuentan con el servicio de cremación de cuerpos que se ajustan a los estándares necesarios para el tratamiento de este caso.
Futuro y Parque Serenidad son las dos únicas empresas que brindan servicios de cremaciones, contando con hornos crematorios habilitados en sus respectivos cementerios.
“Hace un poco más de un año que instalamos nuestro horno de cremación en nuestro cementerio parque, ubicado en la zona de la ruta que une Luque con San Bernardino, el cual cumple con todos los protocolos necesarios para brindar servicios en este momento de pandemia que estamos pasando, sea o no la causa del fallecimiento el COVID-19 y a partir de mayo sumaremos un nuevo horno en nuestro Cementerio en el Este, ubicado en la localidad de Minga Guazú, departamento de Alto Paraná. Contamos con el personal capacitado para la atención especializada que requiere ese servicio desde el punto de vista operativo hasta el legal, que es un punto fundamental a tener en cuenta antes de proceder a una cremación", manifestó el representante de Futuro, Alfredo Menini, gerente ejecutivo.
Añadió que la firma toma los máximos cuidados en cuanto al manejo de cuerpos. "Aplicamos los protocolos emitidos por el Ministerio de Salud, los cuales se suman a nuestras propias medidas que tenemos previstas para la prestación de nuestros servicios. Cuidamos al máximo todos los detalles para proteger a nuestro personal con todos los elementos de bioseguridad desde el inicio del procedimiento y hasta la finalización del mismo”, señaló.
"Ante esta coyuntura de hoy, el servicio, aplicando todo lo que exige el protocolo, más la inhumación o cremación, según sea la modalidad elegida por el cliente, cuesta Gs 10.000.000, siendo este un monto inferior al que se cobra normalmente por el servicio completo. Futuro cuenta con varios planes prepago de sepelios como opción de prevención y la persona interesada puede gestionarla de manera totalmente digital”, dijo.
PARQUE SERENIDAD
Por su parte, Ruth Leite, representante de Parque Serenidad, apuntó que siguen operando bajo estrictas normas de bioseguridad, aplicando los protocolos emitidos por los organismos responsables del Estado como el MSPyBS.
“Esta situación está poniendo al mundo a prueba, de todas maneras seguimos trabajando con los máximos cuidados. Nuestros héroes son nuestros personales que cumplen con lo cometido en todas las situaciones. Ya tuvimos casos de COVID-19 y tomamos todas las precauciones”, agregó.
Añadió que la empresa cuenta con sistema de cremación en condiciones para utilizarlo. “Somos pioneros en sistemas de cremación en el país. Contamos con nuestros propios hornos que no emiten gases tóxicos. Además, hemos puesto nuestras instalaciones a disposición si el Gobierno precise de acciones más extremas, que esperemos no llegue a suceder en nuestro país. Su utilización tiene un costo de 9 millones de guaraníes, que incluyen la preparación del cuerpo, las cenizas en una urna y todos los protocolos que se deben cumplir”, mencionó el gerente.
Indicó que han adoptado el sistema de teletrabajo, además de desarrollar la atención al cliente online en distintas plataformas, como redes sociales o página web.
“En este momento contamos con una promoción para nuestro cementerio de Villa Elisa. El precio estaba en G.13.500.000 y ahora bajó a G. 5.000.000, con planes de financiamiento”, aclaró.
Sistema de cremación
-El cuerpo pasa por un proceso de inspección donde luego se extraen los líquidos y metales, como piezas o marcapasos.
-El cadáver es depositado en una estructura metálica para ser trasladado al horno, donde queda convertido en cenizas en tres a cuatro horas.
-El tiempo del proceso varía de acuerdo a la contextura física del fallecido y el tiempo de su deceso.
-El fuego puede alcanzar una temperatura de 1.000 grados.
Protocolos
El Ministerio de Salud Pública, desde el inicio de la pandemia, elaboró protocolos para el manejo de los cadáveres y una de las disposiciones era que en caso que falleciera una persona por COVID-19 no hubiera velatorio y se trasladara el cuerpo directo a la inhumación o cremación en el cementerio. En tanto que en caso que la muerte fuera por otras causas se podía hacer el velatorio, pero limitado a no más de 10 personas en la sala.
Ese protocolo se actualizó desde el jueves 16 de abril y ahora determina que no puede realizarse velatorio, sea cual sea la causa de la muerte de la persona.
Esta pandemia, lógicamente, ha tenido un impacto económico para estas empresas por diversos motivos. La venta de servicios prepagos y de parcelas en cementerio está prácticamente parada porque la gente tiene miedo de asumir nuevos compromisos que impliquen un pago mensual y la contratación de los servicios se ve disminuida notoriamente ante la no existencia del rito social de despedida del fallecido.