La Conferencia Episcopal Paraguaya dispuso que todas las actividades pastorales grupales sean postergadas hasta el final de las medidas sanitarias declaradas por el Ministerio de la Salud Pública y Bienestar Social. Invitan al ayuno y la abstinencia, en su práctica habitual.

En un comunicado a la opinión pública, los Obispos del Paraguay expresan su preocupación por la salud del pueblo, ante la propagación del COVID-19 a nivel mundial y también en nuestro país. Exhortan además a la conversión, evitando comentarios pesimistas, informaciones falsas, alarmistas y difamantes.

En ese sentido quedan suspendidas las catequesis, las jornadas, los retiros, los campamentos y celebraciones litúrgicas que impliquen la reunión de muchas personas. Los fieles quedan dispensados del precepto dominical de los domingos 14 y 22 de marzo (Cf. Código de Derecho Canónico, 87 y 1245; Catecismo de la Iglesia Católica, 2181), es decir no están obligados a participar de la misa dominical.

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Desde la CEP instan a acompañar las celebraciones eucarísticas transmitidas por las redes y los medios de comunicación, sin necesidad de acudir a los lugares de culto. Los sacerdotes celebrarán con asistencia reducida por las intenciones de los fieles y por la salud de nuestro pueblo.

Las bodas que puedan ser postergadas piden que se agenden en la fecha más próxima posible. De no ser posible, solicitan que se celebren con un grupo reducido de personas.

La visita a los enfermos, la unción y el viático, deben ser administrados diligentemente, según el requerimiento de los fieles, atendiendo a las medidas de higiene que se requieran. El Sacramento de la penitencia puede ser solicitado en forma personal. La comunión, si algún fiel necesita por alguna situación, podrá ser solicitada en forma individual.

El esfuerzo conjunto de todos los sectores de la población puede ser una primera protección para todos. Acompañamos las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno Nacional, del 11 al 24 de marzo del corriente.

La prevención y los esfuerzos por paliar la difusión de esta afección son una prioridad. La medidas deben ser tomadas a tiempo, aunque parezcan inquietantes, son necesarias para que sean efectivas.

Consideran que sería negligente e imprudente no disponer de acciones oportunas y necesarias, considerando la agresividad del COVID-19, la vulnerabilidad de un sector importante de la población y la escasez de recursos hospitalarios para dar asistencia respiratoria con el tratamiento adecuado a una población numerosa.

“En este tiempo de Cuaresma, esta situación la recibimos como una invitación de Dios, para prepararnos a la gran fiesta de la Vida, la Pascua, volviendo a renovar nuestro bautismo en la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo”.

Invitan a rezar

Asimismo, los obispos exhorta al pueblo católico a orar personalmente y en familia, elevando el espíritu al encuentro de Jesús. "Mirando su cruz, comprendemos el dolor de muchos enfermos y de aquellos que padecen de tantos males. Acompañando su pasión nos despojamos de la superficialidad con la que tomamos a veces la vida. Anhelando la resurrección, nos unimos a Jesús en su Victoria sobre el pecado y sobre la muerte”, finaliza el documento.


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