Por Micaela Cattaneo

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Como cada 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, las mujeres saldremos a las calles para defender nuestros derechos y reclamar las injusticias ocasionadas por el machismo.

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La ciudad se pintará de color morado, levantaremos carteles con mensajes que reivindiquen nuestros derechos económicos y laborales, y cantaremos sobre la lucha por la igualdad de género, aquella que nos junta y nos mantiene unidas y con fuerza. Este domingo 8 de marzo, en todo el mundo, nos haremos escuchar una vez más.

La articulación Paro Internacional de Mujeres Paraguay – que abarca a organizaciones, colectivos y autoconvocadas de diversos feminismos y de todo el país – convocó a todos los sectores a la marcha #8M a partir de las 16:00 de este domingo en la Plaza de la Democracia. Desde este lugar y con dirección a la Costanera de Asunción partirá la movilización a las 18:00.

“Nosotras marchamos porque necesitamos visibilizar que las mujeres somos trabajadoras y que aportamos al desarrollo de la economía de nuestro país. Por eso, este año la consigna es '¡Insistimos! Nuestro trabajo vale”, menciona la docente y comunicadora feminista Cony Oviedo.

La primera movilización multitudinaria que reunió a todos los sectores fue hace 3 años, en 2017, y tuvo como antecedente el aumento de casos de feminicidios que se registró en Argentina, a fines de 2016. “Las mujeres argentinas hicieron un llamado para organizar un paro internacional, a modo de visibilizar estos casos pero también para dar a conocer la precarización laboral que afecta a las mujeres”, agrega.

En Paraguay, la marcha del 8M es organizada por mujeres del campo y la ciudad, en plenarias abiertas que aglutinan a movimientos sociales, políticos, estudiantiles - secundarios y universitarios -, y artísticos; oenegés y organizaciones de mujeres trans, lesbianas, campesinas, indígenas e independientes.

Oviedo menciona que, además de alzar la voz para que los derechos laborales de las mujeres sean garantizados, “marchamos contra los desalojos a las comunidades campesinas e indígenas, la falta de políticas públicas que aseguren mercados con precios justos para las productoras del campo, contra todo tipo de discriminación a las mujeres de la comunidad LGBTI+ y contra los despidos masivos que suceden cuando las mujeres deciden sindicalizarse”, destaca.

Asimismo, menciona la conmoción ante el caso de la niña Naydelin, asesinada en Minga Guazú, víctima de la violencia de género. “Marchamos para generar conciencia porque ya es intolerable la manera en la que nos violentan”, comenta.

El 2019 dejó 37 casos de feminicidios, la mayoría de estos en Central, Asunción y Alto Paraná. En que lo va del año se registran 5 víctimas, según la última actualización de datos del Observatorio del Ministerio de la Mujer.

La psicóloga Monse Vera, que pertenece a la organización del Bañado Sur, Rebeldes del sur, asegura que las madres, gancheras, recicladoras, trabajadoras domésticas y estudiantes de este territorio se ven afectadas principalmente por la explotación laboral, ya que no reciben remuneración acorde a la cantidad de horas trabajadas. “Hay talleres textiles donde les pagan G. 150 por cada vaquero que cosen y a las trabajadoras domésticas no les pagan el salario mínimo que indica la ley”, señala la profesional.

“Este domingo marcharán también en defensa de su territorio, ya que este se encuentra con amenaza de desalojo a causa de proyectos de construcción por parte del Estado. Por eso, su eslogan es 'Nuestro territorio, nuestras vidas y nuestros trabajos valen'”, expresa Vera.

Por otro lado, la periodista Noelia Díaz Esquivel, miembro del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), explica que la “no precarización laboral” en los medios de comunicación implica que las empresas periodísticas garanticen guarderías en los lugares de trabajo, acceso a un seguro social, cumplimiento de la licencia por maternidad y salarios y espacios igual de estelares como los que reciben los hombres.

“Queremos trabajar en medios de comunicación donde no nos acosen y existan protocolos de prevención, atención y sanción para ello y para casos de violencia intrafamiliar de las que podríamos ser víctimas, o nuestros colegas sean los victimarios. Queremos medios en donde dejen de mostrar los feminicidios como espectáculo; de cosificar y sexualizar los cuerpos de las mujeres, las adolescentes y las niñas”, sostiene.

Sobre el trabajo no remunerado

Según el Atlas de Género, elaborado por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) en colaboración con ONU Mujeres, los hombres dedican solo 5,3 horas semanales al trabajo doméstico, mientras que las mujeres 18,3 horas a lo largo de la semana.

“Esas cifras se ven reflejadas en el Bañado, incluso con números mayores”, dice Monse Vera de Rebeldes del sur. Y cuestiona: “Las mujeres salen a trabajar como limpiadoras, gancheras, etc., y después vuelven a sus casas y se ocupan de las tareas de la casa, otra vez”.

El informe “Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados y la crisis global de la desigualdad”, de OXFAM, revela que el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado llevado a cabo por mujeres de todo el mundo equivale a 10,8 billones de dólares anuales en la economía mundial.

“El trabajo doméstico y de cuidado debe ser reconocido porque es el que posibilita que podamos hacer otros trabajos fuera de casa. Ojalá que en algún momento de la historia podamos decir que ya no existen desigualdades entre hombres y mujeres”, concluye Oviedo.

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