El Ministerio de Desarrollo Social, a través del programa Tenonderã, en el 2019 logró la inclusión de más de 10.000 familias en situación de pobreza, mediante el incremento de acciones como la cobertura y capacitaciones a los funcionarios.
Entre las gestiones puntuales se detallan el aumento de la cobertura geográfica, lo que permitió la inclusión de 9.985 nuevos participantes; el incremento del número de gestores empresariales; la descentralización, mediante la creación de una oficina regional en Coronel Oviedo para mejorar la capacidad de respuesta a los participantes, y el aumento del monto económico en concepto de capital semilla, de 2.400.000, a 3.000.000 de guaraníes.
Se intensificaron las capacitaciones a gestores empresariales del programa en áreas vinculadas a temas de habilidades blandas, capacidades emprendedoras, plan de negocios y rubros de producción.
Otra acción clave fue la implementación del proyecto demostrativo de empoderamiento de mujeres en los distritos de Carayaó, departamento de Caaguazú y Luque, departamento Central, trabajo conjunto realizado desde el Viceministerio de Políticas Sociales del MDS con ONU Mujeres.
Inclusión socioeconómica
Tenonderã es un programa de apoyo a la promoción e inclusión socioeconómica, plantea una estrategia para el aumento de activos, principalmente productivos, que contribuyan a la promoción social de familias en situación de pobreza y vulnerabilidad y al egreso sostenible de las familias participantes.
Actualmente cuenta con 36.577 perfiles de negocios en 176 distritos de 17 departamentos, con mayor concentración en San Pedro, Caaguazú, Concepción y Caazapá. De éstos 1.425 participantes pertenecen a comunidades indígenas y 238 corresponden a personas con discapacidad, inclusión priorizada por todos los programas del Ministerio de Desarrollo Social.
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La pobreza en Uruguay se ubica en 17,3 %, los niños los más afectados
La pobreza en Uruguay alcanzó al 17,3 % de la población en el 2024, según una medición por ingresos que cambió la metodología utilizada el año anterior, cuando el índice se ubicó en el 10,1 %, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esto significa que cada 1.000 personas, 173 no superaron el ingreso mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias consideradas por la nueva metodología, que utilizó una canasta que incluye muchos productos que la anterior no contenía.
El índice de pobreza de 2024 en relación al año anterior “es difícil (de) comparar porque hay cambios en la canasta y cambios metodológicos”, explicó el director del INE, Marcelo Bisogno, al presentar el informe.
“Los elementos más sofisticados en los no alimentarios pesan más” en la canasta que se utilizó para determinar la pobreza en 2024, “por ejemplo telecomunicaciones o automóviles”.
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El director de la entidad explicó que es imposible comparar los datos presentados con las mediciones internacionales de pobreza, como las de Cepal y el Banco Mundial, donde el país aparece con índices inferiores al 10 %.
El monto de la canasta básica definido para establecer el umbral de pobreza varía según la zona del país y si el hogar alquila o no.
La pobreza fue levemente mayor en la capital Montevideo (17,5 %) que en el resto del país (17,1 %), mientras que medido por edades los uruguayos menores de edad son los más pobres.
La pobreza alcanzó al 32,2 % de los menores de seis años; al 28,1 % de los menores de 6 a 12 años, y al 27,5% de los adolescentes de 13 a 17 años, mientras que en adultos de 18 a 64 años las personas bajo la línea de pobreza representan el 15,4 %.
Para los mayores de 65 años, la estimación de pobreza es de 6,3 %. También hay una mayor afectación en la población afrodescendiente (28,7 %).
En cuanto a indigencia - la capacidad de cubrir las necesidades alimentarias básicas-, el indicador se ubicó en 1,5 %. Montevideo registró una indigencia de 1,9% y en el resto del país de 3,4 millones de habitantes fue de 1,2 %.
En 2023, con la anterior metodología, las personas que no pudieron acceder con sus ingresos a la alimentación básica representaban apenas el 0,2% para todo el país.
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Capital humano, nuestra cultura y el liderazgo
- Salim Salemma
- Socio del Club de Ejecutivos
Analizar los niveles de pobreza es crucial al hablar de capital humano, ya que el crecimiento de la clase media implica un aumento de ese capital calificado. Actualmente, Paraguay cuenta con una clase media más significativa que nunca. En 1989, solo 1,4 de cada 10 paraguayos terminaban el colegio. Hoy, 36 años después, 5 de cada 10 lo hacen, y se espera que esta cifra siga aumentando, con una cobertura de educación inicial que alcanza el 98 %. En términos universitarios, la población estudiantil pasó de 25.000 personas en 1989 a alrededor de 400.000 en la actualidad, multiplicándose casi 20 veces.
A pesar de estos avances, el principal desafío sigue siendo el capital humano, especialmente en mandos medios, intermedios, jefaturas y gerencias. A menudo, es necesario traer personas de otros países para ocupar estos puestos de liderazgo. Aunque los paraguayos cuentan con una buena formación técnica, aún no se cubren completamente las necesidades de liderazgo en estos niveles. Peter Drucker, uno de los padres de la Administración de Empresas, decía que “la cultura se come la estrategia en el desayuno”. En nuestra cultura, valoramos mucho los contactos y la amistad, lo que nos dificulta decir que “no”.
En los años 90, la palabra “gerente” era sinónimo de progreso laboral. Le pregunté a mi padre, don Elzear, cuál era la clave para ser gerente, y él me respondió: “Saber decir que no”. En ese momento, no entendí la profundidad del concepto, pero con el tiempo comprendí que el liderazgo implica saber poner límites, lo cual no siempre es popular en nuestra cultura. El liderazgo y el pensamiento crítico están relacionados con una parte de la educación, que no es necesariamente técnica, sino humanística, conocida como habilidades blandas o soft skills. Liderar es influir en pos de los objetivos de una compañía. Aunque hay nuevas tendencias de liderazgo, como el participativo y el heterogéneo, muchas veces no encajan completamente con nuestra cultura, que prefiere líderes que den directrices claras.
Es importante considerar la cultura al implementar nuevas ideas, adaptándolas con tiempo para que encajen productivamente. Una de las principales virtudes de algunos países vecinos es su liderazgo, que a veces nos cuesta adoptar debido a nuestra idiosincrasia. Esto se refleja en la necesidad de mandos medios y en la contratación de directores técnicos extranjeros, como el exitoso profe Alfaro en la selección paraguaya, quien, a través de su liderazgo, ha transformado los resultados con un mismo equipo con capacidades técnicas.
El liderazgo empresarial debe estar ligado a un objetivo, y nunca ha sido tan necesario como hoy. Las nuevas exigencias requieren reforzar el liderazgo en nuestras compañías, mediante talleres y capacitaciones en resolución de problemas. Un gerente “es la persona responsable de planear y dirigir el trabajo de un grupo de individuos, de monitorear su desempeño y tomar acción correctiva cuando es necesario”. Por lo tanto, los gerentes son contratados para resolver y evitar problemas, y el liderazgo incluye la capacidad de interrelación con pares, gestión de problemas, manejo de inteligencia emocional, de frustraciones, medición de tiempos, capacidad de negociación, entre otros aspectos.
En conclusión, el problema no es solo la capacitación técnica, que existe y está democratizada, sino la falta de habilidades blandas necesarias para un liderazgo efectivo. El liderazgo no ha pasado de moda; al contrario, sigue siendo la base sobre la que se construye el futuro. Y, con el capital humano, el desarrollo del país.
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Pese al ajuste de proyección del BCP, no se espera un impacto significativo en la inflación
El Banco Central del Paraguay (BCP) revisó su proyección de crecimiento económico para este año, elevando del 3,8 % al 4 % la cifra de expansión del producto interno bruto (PIB). También revisó su proyección de inflación para 2025, elevándola del 3,7 % al 3,8 %.
Al respecto, el economista Jorge Garicoche explicó que, si bien los precios han aumentado considerablemente, esta proyección no es muy significativa porque existe un crecimiento económico que acompaña esto, más un alto consumo y crecimiento de la clase media.
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“Desde la Consultora Mentu también compartimos esta proyección, incluso estimamos que podría ser un poco más alto. Pero en términos de cálculo no termina siendo significativo, porque tenemos que considerar cómo impacta a los diferentes sectores y estratos sociales del país”, comentó Garicoche a LN.
Detalló que, por un lado, se observa un importante crecimiento en la clase media que está demandando más productos, por ende, un aumento del consumo. Por otro lado, la clase vulnerable, que si bien hay gran disminución (pobreza, tiene una participación importante en la población paraguaya. “Esto sugiere que la variación de precios en alimentos, especialmente, afectará más a estos grupos”, dijo.
Crecimiento del PIB
El BCP destacó el buen comportamiento de la demanda interna, particularmente en el consumo privado y la formación bruta de capital fijo, considerados los principales motores del crecimiento. Afirman que la economía paraguaya sigue dando señales de fortaleza en medio de un panorama internacional marcado por tensiones comerciales globales, condiciones financieras restrictivas y una desaceleración en Estados Unidos.
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Según el Informe de Política Monetaria (IPoM), en 2024 la economía cerró con un crecimiento del 4,2 %, impulsado por la recuperación de la agricultura y la expansión del comercio y la industria manufacturera. Para este año, se prevé una continuidad en la buena marcha de la inversión y el consumo, a pesar de la incertidumbre externa y la volatilidad de los mercados de materias primas.
Datos claves
- BCP elevó su proyección inflacionaria del 3,7 % al 3,8 %.
- El economista Jorge Garicoche afirma que el impacto no será significativo.
-El sector vulnerable (pobreza) es el que se verá más afectado, pero la pobreza sigue disminuyendo.
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La pobreza
- Victor Pavón (*)
Hay dos maneras de asignar los siempre escasos recursos. (Sobre el tema de la pobreza sugiero al lector los trabajos de Martín Burt, programa “Semáforo de Eliminación de la Pobreza” desarrollado en 60 países con 535 mil familias).
La primera manera de asignar los escasos recursos es utilizando la coerción que funciona como una orden de abajo hacia arriba mediante la legislación, por cierto, la preferida por los políticos y burócratas para congraciarse con sus electorados disponiendo del dinero de los demás.
La segunda manera, la eficiente y justa, consiste en promover la colaboración entre las personas mediante los acuerdos libres y voluntarios para organizarse, producir y comercializar los bienes y servicios.
Incluso en términos personales la respuesta no es diferente. Un antiguo proverbio chino lo explica mejor: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”.
Se trata, siempre, de predicar con el ejemplo. Es mostrar al indigente que el ser humano no está destinado a ser pobre toda la vida o predestinado a la mendicidad perpetua por algún designio del más allá.
Enseñar a pescar es una herramienta de doble vía: conocimiento y motivación. La persona que se gana el pan diario eleva su autoestima y es valorado por los demás. Alguien que no le culpa a otros de su situación para no convertirse en un resentido, pronto se percata que no hay mejor conducta que la del trabajo diario, el estudio y la disciplina. Nada es gratis. Es tener la actitud de saber que todo cambia en la medida en que, primero, nosotros cambiamos.
Desde luego que la educación es fundamental; la misma se inicia en el hogar y luego en la escuela. Y no solo se instruye para escribir, leer, sumar y restar, sino también la genuina educación es la que enseña buenos modales, el valor de la honradez, la disciplina, la capacitación, de que es bueno tolerar las diferencias sin dejar de lado los propios ideales.
De igual importancia, lo que he expresado hasta aquí no está aislado de la cuestión política. Cuando los gobernantes gozan de la riqueza malhabida, pronto los niños y jóvenes creen que ese es un modelo de vida, lo que luego los lleva a esperar que alguien con dádivas sin mérito alguno les provea del pescado, cumpliéndose así la primera manera de asignar los escasos recursos al que me refería al inicio de esta nota. Es más coerción, menos libertad.
En cambio, si se promueven los acuerdos libres y voluntarios entre los individuos se está enseñando a pescar en vez de dar el pescado y de ese modo se está dando un paso hacia una mejor sociedad civil, un mundo mejor ayudando de verdad a los pobres.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de la Fundación Faro. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.