Erika Matilde O´Higgins, de 38 años, es una chef profesional con un talento innato para cocinar diversos platos para sus comensales desde un comedor especialmente montado, mientras cumple una condena de 5 años. Ella tiene una mano envidiable para cocinar una gran variedad de recetas que causó una gran aceptación entre sus clientes fuera de prisión.

Zapallitos rellenos de carne y queso, costilla de cerdo a la miel o lomito a la pimienta son platos excéntricos que no suelen ser parte del menú de una cárcel. Sin embargo, en la cocina de Erika ubicada en el Centro Penitenciario para Mujeres, con régimen de semilibertad, “Hogar Nueva Oportunidad”, se elabora con éxito para clientes de exquisito paladar.

Esta peculiar cocina funciona en el corazón del centro penitenciario desde hace año y medio al mando de la cocinera que realizó sus estudios en el Instituto de Gastronomía IGA, en plan que el Ministerio de Justicia implementó como programa de reinserción social.

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“Entré presa y ahora soy chef. Comencé como un hobbie, con pizzas caseras para las internas y funcionarios, pero pronto levanté pedidos”, comenta con buen humor mientras sus platos van al horno, se cocinan al vapor y se saborizan con sal, paprika y cúrcuma.

Proyecta su propio restaurante, libre

Erika proviene de una familia de clase media, es ingeniera comercial y se dedicaba al comercio de insumos informáticos y antenas parabólicas, hasta que cayó presa y empezó de cero. Su madre y dos hermanos la apoyaron siempre, pero su matrimonio concluyó en divorcio y su hijo, ahora adolescente, pasó a vivir con sus abuelos paternos.

El trabajo de 8 horas diarias le entusiasma y ya montó la cocina con infraestructura propia. A un costo de Gs. 280.000, provee de almuerzo y cena durante 6 días a la semana a 15 clientes, incluyendo delivery que es realizado por una socia que recuperó su libertad.

Durante estas fiestas de fin de año aceptó 18 pedidos de platos artísticos de gran sabor. “Sé que podré pasar página y empezar de nuevo en mi propio restaurante ‘Lué’, ayudada de mamá que se dedicó de siempre a esto”, expresa Erika, quien espera contar ese día con la presencia de Moria Casán, con quien compartió celda en Buen Pastor.

“No juzguen; yo fui una de las personas que mirando el noticiero lo hacía, pero aprendí que todas las familias, aún las de buena educación y nivel social, están expuestas a que algunos de sus integrantes los defraude por cualquier motivo y los avergüence", contó Erika.

Erika Matilde O´Higgins en plena faena gastronómica. Foto: Gentileza

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