Este domingo se llevó cabo la misa central de Caacupé con el lema “Nos ardía el corazón cuando nos explicaba las escrituras", celebrada por monseñor Ricardo Valenzuela. Durante la celebración pidió mayor honestidad a las autoridades del Gobierno y a la ciudadanía para construir el país soñado y anhelado.

“La honestidad es una virtud moral y cívica necesaria para el hombre. Cuando la deshonestidad se instala, y se empodera especialmente en la administración pública, no hay recursos que lleguen para programas de desarrollo y de mejora de las condiciones de vida del pueblo; grandes cantidades de caudales desaparecen por canales ocultos y mediante procesos más habilidosos, que son los llamados popularmente como concursos amañados”, dijo durante la homilía.

Sostuvo que debe haber honestidad en el manejo de la cosa pública, en la palabra dada, en los proyectos y presupuestos, honestidad profesional y en la propia vocación regalada por el señor, así como no dejarse engañar engañar ni manipular. Señaló que este valor debe ser inculcado desde la familia y llegando a todos los ámbitos de la sociedad.

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Foto: Pánfilo Leguizamón.

“Los tribunales de justicia nacieron en la sociedad de los hombres para superar la ley de la selva; para hacer innecesaria la violencia, para asegurar el derecho y la convivencia. Toda ola de inseguridad y violencia debe llevarnos a pensar en la administración de la justicia. Hace tiempo venimos reclamando un saneamiento de nuestros tribunales, es necesario que en nuestro país los jueces y fiscales recuperen credibilidad”, añadió monseñor.

Indicó que el país soñado debe estar marcado por la honestidad de todos sus ciudadanos. Destacó que la exclamación sale desde el fondo del alma de todo paraguayo que ama sinceramente a su patria. Aseguró que sin honestidad, sin transparencia, sin pureza de intenciones y limpieza en las acciones, no se podrá construir el Paraguay anhelado por todos.

“Somos testigos de la angustia de nuestros fieles que se sienten huérfanos ante una justicia que muchas veces no encuentran. Necesitamos el imperio de la justicia insobornable, de la igualdad ante la ley justa. Es urgente el respeto a la verdad y a la persona humana”, agregó.

Foto: Pánfilo Leguizamón.

Mencionó que se necesita más que nunca que el valor de la honestidad cruce transversalmente todas las actividades del Gobierno y de la ciudadanía a fin de que la autoridades y los miembros de la iglesia sean los primeros en llevarla a la práctica.

El 8 de diciembre se celebra la mayor festividad mariana en el país, día de la virgen de Caacupé, donde miles de fieles peregrinan hasta la capital espiritual, pagando la promesa hecha. La imagen de la Virgen María está consagrada como la patrona y señora protectora del Paraguay.

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