Por Yesica Vera.

Fotos: Nadia Monges

Personajes disfrazados también se acercaron hasta la Villa Serrana y son parte de la gran fiesta mariana.

Así como llegan personas de diferentes puntos del país o de países vecinos peregrinando, algunas de ellas aprovechan la ocasión para mostrar un poco la parte artística y generar una fuente de ingreso. En esta ocasión, se trata de 3 personajes que llegaron hasta capital espiritual del país para aportar arte como el ingrediente que faltaba.

La mujer araña es Tania Magalí Comet, que llegó desde Ñemby y recorre las inmediaciones de la Basílica para que las personas que quieran tomarse una foto con ella, lo hagan. Lleva a cuestas una especie de mochila donde indica el monto de 5000 guaraníes que es lo que se debe pagar para la foto. La joven dijo a La Nación que desde hace varios años se dedica a esto porque es lo que le gusta, recorrer vestida de “spiderwoman”.

El "depredador" es otra de las atracciones para los peregrinos en las inmediaciones del santuario. Foto: Nadia Monges.

En el lugar también está Luis Fernández Villalba, conocido como “soldado de plata” nombre de su personaje inventado por él mismo. El hombre se describió como un artista que se dedica a esto y que es de Asunción. Contó que está desde el inicio del novenario y que si bien la gente se acerca a él para tomarse algunas fotografías que son “a voluntad”, muchas personas se burlan de él y del trabajo que realiza a pesar de soportar el calor con el traje que lleva. Ese traje fue realizado por él mismo y consiste en ropas pintadas, además de un maquillaje especial.

Otro personaje es Edgar Martel, un peruano que vive en Paraguay hace 4 años y que un día decidió armar su disfraz de “El Depredador” con todo lo que tenía a mano: goma eva, cartón, metal, etc. Fue conocido luego de que en Pedro Juan fue detenido por la Policía porque pensaron que quería realizar algún tipo de ataque. A partir de ahí empezó a recorrer distintos puntos del país, así como otros países de la región: Argentina, Brasil, Bolivia, etc.

Este año llegó hasta Caacupé donde se convirtió en una de las atracciones y la gente se acerca a él a pedirle que pose para una foto y realizan un aporte voluntario.

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