Un interno de nombre Esteban Santacruz Villalba, de 30 años, condenado por posesión de drogas que cumplía condena en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, recuperó su libertad tras ser beneficiado con la figura de la redención otorgada por la jueza Silvana Luraghi y abandona la prisión 290 días antes de cumplir su sentencia.

Santacruz fue condenado en 2015 por posesión de drogas y redujo su sentencia mediante su comportamiento en el penal. La figura de redención está establecida en el Código de Ejecución Penal y consiste en la reducción de un día de la condena por cada tres días de trabajo o estudio.

El interno acaba de concluir el primer año de la carrera de contabilidad básica de la Universidad Metropolitana de Asunción a través de una beca. Además, se formó en corte y confección, auxiliar en enfermería, panadería y emprendedurismo como parte de programas de reinserción. Afirma que piensa continuar estudiando fuera del penal.

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Reinserción

Santacruz apoyó como facilitador del Ministerio de Educación y Ciencias, en el segundo y tercer ciclo escolar. Luego pasó a ocuparse como encargado del dispensario de salud del penal. Trabajaba además en una mini panadería en Tacumbú, horneando salados y dulce. Los tiempos que recaló en el Pabellón D, programa de la Pastoral Social, denotaron su buen espíritu y comportamiento.

Ahora se encuentra con sus padres, sus 11 hermanos, su novia y su hijo de 9 años. “Toda mi familia y vecinos de San José de los Arroyos quieren venir al asadazo familiar, hay triple festejo porque coincide con el cumpleaños de mamá. Mi pequeño (hijo) Juan Ángel, también salió mejor alumno. Estoy feliz, pero aún no lo creo”, expresó Esteban.

En otro momento comentó que abrirá una panadería-confitería con un hermano suyo. “Dicen que tengo manos para hacer panes, tortas caseras y pan dulces. Tenemos un local donde montarlo. Confío en que todo irá bien”, concluyó Santacruz.

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