Se estima que en 80 años habría algún tipo de igualdad entre hombres y mujeres y se pondría fin a la violencia de género.
Cada 25 de noviembre desde 1981, Latinoamérica conmemora el día contra la violencia de género. Los movimientos feministas de la región, acuñaron esa fecha en honor a las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras. A partir de 1999, la ONU se sumó a la jornada reivindicativa y declaró cada 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor a las hermanas Mirabal.
Un crimen de odio contra la mujer
Lourdes Ostertag, psicóloga clínica especializada en violencia de género, en comunicación con Universo 970 AM explicó que la violencia de género no es algo exclusivo de la sociedad paraguaya.
“La violencia hacia la mujer se remonta desde el comienzo de la humanidad, Europa, Asia, África, donde la violencia contra la mujer es algo estructural basado en el machismo y el patriarcado. Siempre se quiere adjudicar los actos violentos en contra de las mujeres como una violencia más, como que el mundo es violento y comparan con la violencia del hombre contra el hombre por ejemplo, que los hombres también son víctimas de violencia pero el hombre es víctima de violencia por parte de otro hombre en general, no hablemos de las excepciones, estamos hablando estadísticamente”, alertó.
La especialista mencionó que la violencia contra la mujer tiene una característica especial que es la posesión, considerarla un ser inferior y que no están en condiciones de igualdad con los hombres. “Desde que nacemos, nos ubican en una posición de inferioridad, de sumisión, de obediencia, tanto de parte de la sociedad como de parte de las religiones. Se llama también crimen de odio porque es comparable al odio que existe en el racismo por ejemplo, donde se mataba a las personas de color por serlo o los odios por motivos religiosos también”, aclaró.
Ostertag, señaló además que el resultado de la violencia contra la mujer, no es una simple mala conducta individual de ese hombre violento, sino que es el resultado de relaciones estructurales. “Desde que el mundo es mundo hay desigualdad entre hombres y mujeres. Porque vos no sos violento con quien querés, sos violento con quien podes”, subrayó.
Maneras de violencia
Indicó también que la violencia va en escalada, de menor a mayor y hay que identificar las señales desde el noviazgo. “Hay indicios que te pueden decir que ese es un posible hombre maltratador. Entonces empieza con la violencia psicológica, en forma de celos o de control. Con la excusa de los celos, este hombre va controlando la vida de la mujer o va ejerciendo una cierta autoridad o dominio sobre ella. Las mujeres viven con miedo, luego llegan los golpes, insultos, agravios, humillaciones” expuso.
En otro momento habló de la violencia política y dijo que en el área política, no hay igualdad entre hombres y mujeres. “Las mujeres tienen muchas más complicaciones para acceder a un puesto y cuando llegan a cierto nivel, tampoco se les da mérito. Siempre se supone o se hacen chistes de que ella lo habrá conseguido de otra forma, utilizando su cuerpo o la seducción. La mujer siempre está en foco para ser atacada, logre o no logre resultados” indicó.
Ejemplificó que el feminicidio normalmente ocurre cuando la mujer quiere terminar con la relación y que hombre no acepta esa decisión. Habló además de que falta mucho tiempo para poner fin a la violencia de género. “La proyección mundial para el fin de la violencia de género en un principio era de 50 años ahora ya se extendió a 80 años. En 80 años recién podemos aspirar a algún tipo de igualdad entre hombres y mujeres”, puntualizó.
Qué hacer para cambiar como sociedad
La psicóloga dijo que solamente promoviendo la igualdad de género es la forma, no hay otra manera. “Desde las primeras palabras que se pronuncian en la casa, luego en la escuela, promover de que hombres y mujeres somos iguales. Es la única manera que podemos aspirar de que algún día disminuya o que se erradique la violencia de género. Enseñar al hombre que no es no, que a la mujer se la respeta como su igual. La mujer igual que el hombre puede acceder a cualquier cargo público por sus propios méritos, que el cuerpo de la mujer es de la propiedad de ella, nunca suyo”, refirió.